Aquella desaforada celebración
en la final de Champions, cuando el marcador consumado no lo ameritaba, CR7
tenía una marketera razón. Estaba actuando. Había una cámara siguiéndolo y
tomando imágenes para su película “Cristiano The Movie”. Después la TV española
captó que no festejó el agónico gol del empate de Sergio Ramos, solo caminó
cabizbajo, sabiendo que no había hecho nada meritorio para lograrlo, pero
resultó evidente que andaba con la cabeza en otro sitio. No debió jugar aquel día
pero tuvo que hacerlo, porque el dinero es lo que realmente está en juego.
Los médicos del RM lo alertaron
de su lesión y aconsejaron descanso, bajo riesgo que la tendinitis rotuliana de
su rodilla izquierda, pueda volverse crónica. CR7 aceptó a medias, cuestionando
a los médicos y siguiendo un tratamiento con galenos particulares, del entorno
de su poderoso manager y mejor amigo Jorge Mendes. Quien tiene la obsesión de
hacer de CR7 el mejor de todos los tiempos. Le infunde la idea de que debe
ganarlo todo y a toda costa, aun a desmedro de su estado físico. Y es que el monstruo
del marketing tiene metida la cola en el entorno del portugués y que en su
primer partido del mundial demostró que no está ni siquiera al 80% de su nivel.
La razón es una sola, CR7 nunca pudo parar a tiempo y vino a Brasil solo a
hacer presencia.
Así y todo salió a la
cancha a enfrentar su primer partido del mundial mermado físicamente. Alemania
solo confirmo que es un candidato serio al título. Su mejor muestra han sido
los 4 goles que le aplico a Portugal, dejándolo moribundo, con dos jugadores
claves fuera y CR7 en algodones. Oscuro panorama que le espera al equipo lusitano.
Los alemanes jugaron a un ritmo de maquina recién aceitada. Vapuleó y humilló a
Portugal, lo hizo ver un equipo mediocre, sin vida.
Un triplete de Müller y
uno de Hummels marcaron la diferencia teutona. Pudo alargarlo si aceleraba,
pero fue cauto para dosificarse. Y es que Alemania ha conseguido que sus jóvenes
maduren antes del mundial y lleguen consolidados, para hacer una mixtura con
los más grandes. Sigue siendo el mismo Alemania que te demuele, te pasa por encima
como un tanque de guerra. Cuenta con un Ozil determinante, un Müller y su instinto asesino en el área, la
calidad en la pegada de Kroos, el desequilibrio de Goetze y una dinámica que lo
hace ver imponente, equilibrado y demasiado contundente. Hoy ofreció variantes
distintas sin exponer a Klose. Tiene un banco de lujo, un recambio generacional
necesario, consiguiendo ser un plantel antes que un equipo.
Lo de hoy ha sido concluyente,
después de ver a la mayoría de equipos, esta Alemania no tiene fisuras, se mueve
tácticamente perfecto y los 10 años de preparación que ha tenido Löw, en Brasil
pueden culminar con éxito. Habrá que esperar los siguientes partidos, pero lo
que dejó hoy han sido seguridades, para propios y extraños, para los que habían
puesto sus ojos en otras selecciones y han volteado la mirada y han concentrado
la atención en el verdadero candidato. Por demolición completa.
La estrella del partido, sin
duda Thomas Müller, que no solo se limitó a estar en área enemiga, colaboró en
todas las líneas e hizo jugar a sus compañeros, además marcó el primer
hat-trick del torneo y puso en alto el gran apellido Müller junto al número 13
no le queda grande. Por otro lado, Cristiano Ronaldo, terminó llorando, de
impotencia, de querer y no poder, ni física ni colectivamente. Termino como un
fantasma. Deambulando y observando como el tanque alemán pasaba por sobre los cadáveres
que se convirtieron sus compañeros. Quizás no sea culpa suya y no se haga
responsable de la derrota, pero acaso y su irremediable responsabilidad haya
sido el detonante, para que a pesar de la campaña millonaria de su nombre, hoy quedó
aprisionado, entre las ruedas de este “panzer” que aniquiló a los lusitanos, con
lo mejor de su futbol y la potencia de la que vino precedido. Candidato es,
ahora solo falta asegurarlo con contundencia en el verde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario