Argentina pide la mano de D10s

Era el mediodía y el Diego salía de la ducha, el celular de última generación timbró y al otro lado una voz le decía que hablaba con Grondona, el astro muy pícaro para estas cosas, de inmediato pensó, deben ser los boludos de Tinelli que me quieren cargar, y poniéndose en posición de “canchero” le aplicó la respuesta inmediata:

-Vamos chicos, díganme donde está la camarita- y se echó a reir
-No es ninguna cámara Diego, soy Julio Grondona y tengo una buena noticia para vos-
-¿En serio?... vamos dale Julio y decime de que se trata-
-Bueno a partir de este momento sos el nuevo entrenador de la Selección Argentina, estarás con Bilardo, si te podés venir mas tarde a Puerto Madero para conversarlo y hacerlo oficial-
-La que lo parió!!!- Vociferó el D10s dejando caer la toalla y el celular al piso, pegando un grito con el puño cerrado, como cuando anotaba uno de sus gloriosos goles.

Han pasado 11 largos años desde aquel 25 de Octubre del 97, cuando en un clásico contra River, el D10s del fútbol junto a Ñol Solano en el equipo, jugó su último partido a nivel profesional y decidió allí mismo colgar los botines de la manera más irreverente y muy propio a su estilo. Hoy regresa a la cancha, esta vez para ser la cabeza del cuerpo técnico que dirigirá a la selección argentina, pero más allá de estar en capacidad de hacerlo bien, el D10s cumple un sueño, le brinda un cachito de favor, la coyuntura futbolística de su país, el apasionamiento de un pueblo que respira fútbol por sus poros y que lo tiene como un tótem, al que idolatran y perdonan todo. Pesa también el hecho, de que un equipo con tantos nombres de nivel superlativo, mas que un entrenador consagrado, de pronto hoy esté urgido, de un baño interno de motivación y compromiso.

“Hay que volver a lo de siempre, a querer la camiseta, a hacerles entender a los jugadores que la camiseta se transpira, que eso es lo más importante, que no se puede cambiar dinero por gloria, eso lo entienden y hay que recalcarlo, entrenarlo y recordarlo cada mañana”

Ha sido el primer mensaje del D10s y tiene sentido, porque últimamente se hace más visible que los jugadores importantes, suelen actuar de manera superlativa en sus clubes y declinar cuando se enfundan la camiseta de su país y en ello tiene mucho que ver el vil dinero, que corrompe conciencias y valores. Quien sabe y aquel argumento del nacionalismo y el amor a la patria de los futbolistas, se vayan esfumando cada día, conforme van aumentando sus cuentas bancarias.

Por un instante visualizo el primer partido oficial el D10s dirigiendo a la selección Argentina, cuando el “Pelusa” ingrese al camarín los rostros de Riquelme, Tevez, Messi, Agüero, serán distintos, en lugar de darle la mano, lo van aplaudir. Ni que pensar cuando el equipo salga a la cancha, el Monumental abarrotado de punta a punta, donde no cabe un alma, desatará el grito desaforado y religioso ante su ídolo máximo, cuando todas las gargantas desencadenen el MARADOOOO... MARADOOOO.......MARADOOOO... de seguro que el equipo se sentirá respaldado, que el ánimo de la gente será distinto y que hasta el rival se sentirá opacado. Y es que aunque a veces suene desatinado, solo el D10s puede generar esta parafernalia insensata en un pueblo argentino, 100% futbolero y que hoy mas que nunca requiere un nuevo aire.

Algunos dirán que es una bufonada y quien realmente va a dirigir es Bilardo y el D10s solo va a poner la cara, y puede ser cierto, me hubiera gustado Bianchi como uno y al D10s de motivador, pero conociendo como es el Diego, eso era difícil que aceptara. Lo que sí es seguro y como siempre sucede en el fútbol, si el equipo camina y gana, Maradona tendrá mas halagos a su haber y aparecerán muchos que se subirán al bus del oportunismo, pero si tampoco sirve la motivación, será un fracaso mas del D10s, en su intrascendente carrera de DT, una raya mas al tigre, para quien fue el mejor del mundo dentro de la cancha y que hoy se lanza a una aventura difícil fuera de ella.

Justo cuando se apresta a cumplir 48 años y pronto a ser abuelo, Argentina le ha pedido una mano al D10s, para que revierta su presente, quizás para quien ya le ha visto la cara a la muerte, y se acerca a la media vida, esto solo sea un partido mas, puede que logre ganarlo o el destino escribirá, que a un día de su cumpleaños, volvió a morir un poco en el intento.

Que la paz sea con el mundial

Somos los últimos y era de esperarse. Aquellas ráfagas de ilusión que estuvieron matizadas con una capa delgada de actitud diferente en la fecha pasada, hoy solo resultan falaces respuestas a una realidad que duele pero se hace más cierta. Como cierta se va haciendo la profecía, que ir al mundial, para los peruanos, ya es una cruel y odiosa utopía.

Allá arriba, en La Paz, donde el aire es escaso, este equipo peruano necesitado de un soplo milagroso, se encontró con la sorpresa de encontrar su balón de oxígeno con un agujero que le empezó hacer perder aire demasiado pronto. El orgullo y la sangre en el ojo no explotaban aún cuando el segundo testarazo de Botero aniquilaba las fuerzas por completo y si faltaba el aire en esos instantes, este gol estaba terminando por ahogar las pretensiones de este grupo, que se fue cargado a Bolivia con demasiadas mochilas de responsabilidades asumidas por su misma gente, que olvidando un presente ineludible, se hizo de pancartas y alegorías ufanas, propias de nuestra mala costumbre de construirnos castillos en el aire.

Chemo hablaba de agruparse atrás y manejar la situación con perfil de humildad, esto parecería lo ideal, pero por lo visto ante Bolivia, seguimos igual, cada vez que vamos de visita, nos vacunan demasiado temprano, cuando el orden va tomando forma y los jugadores empiezan a tomar posiciones, el marcador ya tiene un dígito en contra y desde allí los planes y los deseos se convierten en ansias y estos a su vez devienen en apresuramiento y por consiguiente la angustia termina por propiciar los errores, que tienen consecuencia fatal.

No podemos asumirle la derrota a nombres que estuvieron o faltaron, la fatalidad de perder hombres en el camino se está haciendo moneda corriente y en ese ínterin, mas por necesidad que por capacidad, se sueltan al ruedo, jugadores que no tienen el kilometraje a nivel de selección que les brinde la capacidad de plantarse con personalidad en situaciones difíciles. Para este partido Zambrano y Chavez (por ejemlo) era su primera vez en la altura. A 3,600 mts, hay que saber correr lo necesario y la administración de energías es una valiosa arma, pero ésta se obtiene con muchos partidos de elite que brindan ese plus llamado experiencia.

No es hora de ponerse mas tristes de lo que ya estábamos, quizás resulte duro para los que aferrados a la nostalgia de la épica carrera del “Loco” Vargas, se hicieron la idea de que ir a La Paz, era un periplo simple y que todo era cuestión de actitud. De esto último quizás no existan quejas mayores, pero lo que se viene es mucho mas duro, Paraguay, luego Brasil de visita, con los antecedentes que llevamos a cuestas, podríamos asegurar que en casa ajena solo nos atrevemos a tocar el timbre, porque nos tiemblan las piernas, cuando el dueño de casa nos hace pasar a la sala.