Luisito corazón

Increíble lo que hoy el futbol nos ha regalado. Las imágenes que quedaron en el Arena Corinthians serán difíciles de borrar de nuestras memorias. Que importa si somos, brasileños, argentinos, croatas, peruanos o musulmanes, todos nos hemos emocionado hasta conmovernos de una manera brutal. El causante de tanto delirio se llama Luis Suárez, el mejor delantero del mundo, el 9 letal, el “pistolero” venido de la tierra oriental y que a punta de huevos, garra y pundonor, hoy marcó dos golazos matadores y decisivos que fueron como dagas asesinas para un Inglaterra que se debe despedir del mundial, de la forma como menos se imaginaba.
 
Aquel día del debut de Uruguay y del costalazo que sufrió ante Costa Rica, Luisito estuvo obligado en el banco, padeciendo en cada oportunidad que sentía su ausencia en la cancha, cuando veía como su Uruguay querido, era mancillado en el honor y el orgullo, la pesadumbre de no haber podido estar dentro para defenderlo lo abrumaba. Pasaban por su cabeza tantas cosas, la impotencia lo hacía repasar imágenes de hace un mes, cuando debió someter su voluntad a los galenos para operarse de los meniscos de su rodilla izquierda y terminar en una silla de ruedas. Muchos lo dieron de baja, pero solo algunos repararon que a este pistolero, aun le quedaban en el tambor algunas balas de rebeldía.
 
El Maestro Tabares quiso cambiar el chip y metió cinco cambios, esta vez ante la buena nueva de contar con Suarez, en paralelo debió resignar la ausencia del capitán Diego Lugano, que quedó fuera por lesión. José Giménez y sus frescos 19 años debía asumir tamaña responsabilidad. Y hasta la media hora aguantó bien la celeste, metiendo pierna fuerte y buscando la aproximación, en base a presionar desde la media cancha, quitarle la pelota al conjunto inglés, peleando más que jugando. Pero manteniendo el cero con hidalguía.
 
Ninguno se animaba por asumir riesgos. Anunciaba el “cebolla” Rodriguez, punzaba Cavani, pero respondían Johnson y Baines por las bandas para surtir de balones a Welbeck, Sturridge y a Rooney. Se salvaba Muslera, por el poste y el destino se empezó a pintar de color celeste, para que aparezca el héroe del partido.
 
Jugada de Lodeiro para limpiar la cancha y ceder a Cavani, ambos hicieron la pausa justa, uno para aguantar la marca y el otro para mirar donde estaba ubicándose Suarez. El pase fue justo a la cabeza de Luisito que hace el giro oportunísimo para dejar fuera de sitio al portero inglés. GOLAZO, el “Pistolero” corre desaforado, los uruguayos se vuelven locos. Inglaterra estaba más cerca de hacer el primero, Uruguay se iba al descanso con el balón bajo el brazo.
 
Partido de terror se jugaba en San Pablo, debía haber un solo ganador, no se aceptaba el empate, el que perdía, se alistaba para regresar a casa. Inglaterra el inventor del futbol, no se sentía el elegido para irse. Lo tuvo hasta dos veces para doblegar la resistencia charrúa. Hasta que Rooney embocò el premio a la insistencia y emparejaba el marcador haciendo más difícil el esfuerzo de un Uruguay que no jugaba bien, pero no dejaba de morder, de rasgar y no dejarse sucumbir ante el asedio inglés. El partido se hizo conmovedor, las fuerzas cada vez más escasas las piernas que ya no ayudaban. Se sacaba el vigor desde las entrañas para resistir a poco del final.
 

Pero estaba Suarez, el prócer uruguayo. Casi 40 días sin jugar, guardaba el jolgorio para el final. Saque largo de Muslera que sobra a todos Gerrad habilita sin querer al pistolero. Luisito la ablanda y perfila el impulso para sacar un zapatazo con toda la rabia, potencia y la agresividad contenida, con toda la furia guardada dentro. Cuando el balón inflaba la red y el estadio pintado de celeste reventaba de alegría, el buen Luisito solo lloraba, tenía las piernas acalambradas, el cuerpo temblando de emoción y el corazón demasiado acelerado. El crack, el héroe exhausto, había agotado todas sus fuerzas. Hizo dos golazos y dejó casi fuera a los ingleses. Justo él, que juega en el Liverpool inglés, que irónica coincidencia.
 
Un regreso glorioso, para Suarez que llegó con lo justo, con el riesgo latente de una delicada lesión recién salvada. Grandiosa recuperación de un delantero de lujo, para este mundial que cada vez se juega con más adrenalina. Un cabezazo inteligente y un derechazo asesino le han devuelto la vida a la celeste. Un partido de alto riesgo que han sacado adelante, ante Inglaterra, el inventor del futbol que hoy se perdió en su propio laberinto de la confusión. El héroe fue Suárez, que jugó con el alma y el corazón. Uruguay sigue soñando.
 
 

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