Hora de partir por distintos caminos

YA ES HORA DE PARTIR
Reimond Manco se ató los pasadores de su calzado y se dispuso a pisar el verde de Matute, debía reemplazar a Mauricio Mendoza, un feliz mortal que aunque juegue como para deportarlo, igual tiene su lugar en este Alianza que se aferra al sueño de llegar a la cima, con pasos de dificultad pero con la mirada puesta en la meta, aunque le quede poco respiro para el camino. La gente en la tribuna se entusiasma cada vez que el “pelusa” hace su ingreso, es de aquellos jugadores que encandilan, que tienen la luz de la magia siempre prendida y aunque en su descargo tenga una juvenil apariencia frágil y menuda.

Arrué mas allá de hacerle caso a su conciencia, escuchó alguna voz que bajó de la tribuna y que le puso música a sus oídos, Manco entraría para buscar el desequilibrio que no dio Mendoza –una vez mas- y tenía en el pensamiento que el chiquilin de juego alegre, sea el jugador diferente, el que marque el paso para su Alianza que estaba 2-0 abajo en el marcador. Entonces se vio un Alianza envalentonado y con alegría, así pudo emparejar el partido y así pensaron los hinchas de pecho blanquiazul que llegaría el epílogo, muy lejos de sus deseos.

Entonces del cielo bajaron los ángeles y el verde pálido de Matute, se fue haciendo de color esperanza. Reimond se la encuentra en mitad de cancha y la aprisiona a su botín, amaga al primero y sale por el lado contrario, al segundo lo dejó sembrado, sin despegarse del balón, sigue su rumbo fresco y alegre, a pura cintura se encuentra con el perfil cambiado y hace la de los grandes, enganche hacia adentro, defensas para el otro y cuando salía Penny, le lanza el dardo envenenado que se fue adentro.

Una joyita de gol que convirtió el estadio en un loquerío blanquiazul. Fue el primero que hizo en esta, su corta aventura profesional, pero que ya nos dio el campanazo y la voz de alerta, que estamos ante un jugador de calidad de exportación. Como que ya se hace hora que decidan de una vez, que el próximo año Reimond Manco, en lugar de estar rompiendo cinturas domésticas, ya debería estar en el camarín de un club europeo de primer nivel. Dicen que la oferta del PSV holandés está en pie, ojala que se haga realidad, porque sinceramente para él y en buena hora para nuestro fútbol, ya le llegó la hora de partir.

SENTENCIADO A MORIR DESANGRADO

Muni de mi vida, el camino a primera fue espinoso, sufrido y demasiado valioso, como para resignarse a morir de esta manera, pero todo está consumado, así lo ha dictado el destino. Nuestro último alegato ha sido demostrarles a todos de que estamos hechos y cuanto valen los corazones ediles, pero también para deslindar culpas, aquellas que hoy pagamos los inocentes hinchas, los abnegados jugadores e incluso hasta el desacreditado técnico.

Si hubieran querido -con justo derecho- estos jugadores se quedaban en casa y el final hubiera sido peor. Quisieron salir a gritar su enojo y vaya que lo escuchamos todos, la banda había llenado el San Martín, con toda su euforia y su escondida melancolía, a sabiendas que podíamos salir de allí con el corazón destrozado. Pero así somos los de pecho edil, incondicionales e incomprendidos, esta religión lo ha conseguido.

No entiendo como tengas que devolver tus credenciales de profesional, para retomar otra vez tu vestido de humildad, si hasta casi el final de este latido, estabas haciendo historia y nos pusiste el cartel del “si se puede”, acaso y sea injusto y porque la justicia no existe en el fútbol, que por culpa de unos ineptos aprovechados, hayamos tenido que venir a mendigar milagros para nuestra historia. Acaso y si de justicia se trate, mañana se termine diciendo que ya no existe descenso y que seguiremos viviendo entre los grandes. Acaso y esto resulte siendo mas injusto que nos empaten, cuando nuestros corazones estaban encendidos al máximo.

Muni de mi vida, empiezo a recoger mis banderas de ilusiones y me dispongo a vestirme de negro, ayer era Cristal quien agonizaba en su cama de las desilusiones, hoy eres tú quien está tendido, con tu franja manchada de sangre, por el abuso infame, de esos embusteros que se vaciaron las cuentas. Hoy te veo moribundo y sentenciado a morir desangrado, quisiera que exista la justicia de las horas eternas, pero ya no quiero pensar en que faltan dos fechas para culminar este tormento, ya no tengo fuerzas, ya no tengo ganas, porque, te confieso que yo también tengo rasgado el corazón y quebrada las ilusiones. Creo que ha llegado la hora de partir, al mismo lugar en donde vivimos horas felices, también ingratas, pero inolvidables.

Los compadres clandestinos del fútbol

Las cosas que tiene el fútbol. Quien lo diría, hace unos días estábamos maldiciendo nuestra suerte y soltábamos censuras unidas a oscuras predicciones, cuando nuestra selección fue abofeteada con alevosía y ventaja, sin que siquiera hagamos una mueca de defensa. Sin embargo, no tuvo que pasar mucha agua bajo el puente, para que volvamos a vestirnos de euforia, porque si algo bueno tiene el fútbol nuestro de cada día, son sus hinchas, su gente, que se evangeliza en hinchada fiel y deja de lado el pasado que lo acongoja, para llenar la tribuna y conceder sus pasiones a la justa causa de sus colores.

Un nuevo clásico, que dejó un resultado emparejado y tuvo como beneficiados a terceros, en la recta final de este clausura que amenaza con sorpresas arriba y abajo, pero también en la mesa de la FPF, que ya empezó a lanzar el tufillo de desagrado, para decidir por ejemplo, que el torneo del 2008 sea con 14 equipos. Bueno mas allá de producir arcadas, sabiendo como se maneja Burga y sus correlogionarios, eso no será ninguna sorpresa.


Hoy que nuestro fútbol vive horas de sabor desagradable, ha sido meritorio lo que se vio en la tribuna, gente vestida de esperanza para ver buen fútbol, que se fue tranquila, porque abajo en el verde, los compadres se enfrascaron en una riña que tuvo un tiempo para cada uno pero que mas allá de quien pudo haberse llevado el triunfo, nos ha dejado algunos signos de interrogación:

El “café” Mendoza, es un colombiano privilegiado y no por sus primores de buen futbolista, sino por esas horrorosas deficiencias técnicas de cara al gol, que tuvo y tiene a menudo, pero sin embargo, para su buena estrella, puede darse el lujo que en su hoja de servicios, figure haber jugado por Alianza y la “U”, encima de todo fue pugnado por ambos clubes, como si se tratase de tremenda figura. Cabe la pregunta ¿Quién se beneficia realmente con esta clase de fichajes?. Acaso la respuesta sea que el único tamiz que existe, es manejado de manera exclusiva, por ladinos dirigentes y vivazos empresarios.

Alianza siempre ha sido cuna de nuevos valores e incluso generó toda una vorágine de expectativas, para esperar la aparición de los nuevos “potrillos” que apacigüen la tan necesitada regeneración de nuestro fútbol. Pero, su hoy técnico Arrue, aún no se atreve a soltar a Reimond Manco desde el inicio e insiste en los nombres de reventados gladiadores íntimos. Acaso la aparición de nuevas figuras, dependa solo del técnico y no de un adecuado trabajo de divisiones menores, cabe preguntarse entonces, si es mas importante, apostar por la renovación progresiva o por la desidia de cuidar los resultados inmediatos, al margen de que estos últimos, incluso puedan ser negativos.

Un técnico de mediano cartel, como Careca, ha llegado a la “U” como muchos, a llenar el currículum y experimentar técnicas y estrategias. Pero lo mejor de todo no es el resultado de su aplicada disposición, sino los hombres que ha escogido para ello, resaltando de sobremanera los jóvenes, Fernández en el arco, Duarte, Balta y Rabanal, que por lo pronto, ya pisaron el suelo, en un partido de exigencia, ello al margen de sus actuaciones individuales, va marcando su kilometraje. Esta medida le está dando la razón, la que incluso puede generar que arregle extender su contrato por un par de años. Suerte la de Careca, o personalidad para asumir los retos, algo que no se encuentra muy a menudo en nuestro medio, a veces ello es la clave del éxito mediático, aunque tratándose de la "U" esta historia ya ha sido escrita hace tiempo, con otros protagonistas, pero con los mismos resultados.

Este fin de semana los compadres, cada uno por su lado van a enfrentar realidades que apuntan a un bien común, que es despertar la ilusión de un pueblo golpeado. Sus hinchas, serán nuevamente protagonistas de esa turbulencia que los aprisiona y los hace olvidar pasados tormentosos. Alianza y la “U” son los equipos de mayor hinchada, nunca se sabrá quien tenga mas simpatizantes o verdaderos hinchas, pero está claro que han logrado tapar con un dedo, el presente desagradable. Quien sabe si el clásico no se hubiera jugado tan pronto después del desastre de Quito, nuestro ánimo no hubiera curado tan rápido. Pero de una cosa si estamos seguros, que estos compadres, se odian como enemigos, pero sin siquiera ellos proponérselo, unieron a los amantes del fútbol, el fútbol nuestro de cada día.

El alto precio de la improvisación

En la tranquilidad que brindan las horas de sosiego, resulta mejor replantear ideas que no sean conceptos en caliente, ante una vergonzosa presentación en la mitad del mundo, de este equipo peruano, timorato, sin alma y tan diferente al de hace unos días, que fue un bálsamo en las horas de ansiedad. Miro un cartel donde el “Chemo” publicita un analgésico con la expresión limpia y recreo su contraparte a la sonrisita nerviosa, ante lo inexplicable que reflejaron los cinco cachetazos ecuatorianos. El gran arranque de Farfán, para el gol de Mendoza, que dejó en el aire la idea, que se pudo hacer algo más y que resquebraja la embustera plusvalía de nuestros jugadores de cartel. Mirando mas allá de un equipo remendado y una actitud vergonzante, la única respuesta con la que tropiezo es esa IMPROVISACIÓN, con la cual se alimenta el fútbol nuestro de cada día.

Improvisación en el verso del “Chemo” de que no tendremos una generación como esta en 50 años, y apela al reciclaje de jugadores añejos, de pronto porque no hay de donde escoger o quizás porque no hay muchas ganas de generar riesgo. Pensando en Ecuador llama a hombres sin nivel de competencia del Cienciano, a sabiendas que, quien digita los nombres es Juvenal Silva, inefable dirigente que hace prevalecer sus propios intereses, antes que los del propio país. Cuando dice que cualquier jugador del extranjero está por encima de los del torneo doméstico, como si el simple hecho de irse fuera, a un campeonato anónimo, brinde alguna sustentación para calificar la jerarquía de un jugador.

Disponer el ensayo a cinco en el Cusco, para después tenerlos un día y medio en Lima, descompensando su aclimatación. Programar un viaje a Quito, una noche antes del partido, provocando los efectos de la altura en mas de un jugador, siendo Rodríguez el que paga las consecuencias. Acarrear problemas por denuncias de programas de TV faranduleros y tener un plantel desconcentrado y peleando por sus intereses monetarios, antes que alerta para la competencia de rigor, muestra un manejo de grupo, que prioriza la voluntad del jugador antes que la autoridad del entrenador. Armar un equipo nuevo en dos días, sin preparación y que se juntan en el camarín, habla por si misma de una marcada improvisación, que no solo le atañe al DT porque finalmente él, solo resulte siendo el fusible –uno mas de la lista- que permita cuando lo echen, que los verdaderos causantes de esta desorganización, sigan perpetuados al poder.

Quizás el Chemo tenga tan buena intención de querer cambiar esto, como todos los peruanos, aunque como entrenador, siga pensando como jugador. Pero cualquiera que se ponga el buzo, se va a encontrar con una realidad dura, tan nefasta como nuestra y que tiene orígenes de tipo formativo. Ahora que se habla de intervención del gobierno, acaso y no sea importante que el proceso inicial de un futbolista, involucre de sobremanera la parte social y emocional, para mas allá de tener un buen deportista, se logre una buena persona, con valores y principios. Es imprescindible generar camadas de nuevos jugadores y darles el roce internacional inmediato, para tener alternativas de nivel. Así podríamos evitarnos por ejemplo, las insolencias y el soberbio proceder de los mal llamados “extranjeros”.

Hoy tenemos mas jugadores jugando fuera, es verdad, pero para afrontar el fuste de una eliminatoria solo son rescatables seis o siete y paramos de contar. Ante Ecuador quedaron fuera Vargas, Guerrero y Rodríguez, Solano quema sus últimos cartuchos. Detrás de ellos no se cuenta con gente que garantice armar un equipo de jerarquía. El reciclaje es solo un calmante y a veces nos hace perder ecuanimidad. Queremos que el “Chorri” siga corriendo como hace diez años y que Bazalar sea prolijo, cuando la edad le jala la camiseta. Mientras los rivales apuran a sus nuevas caras e inyectan sus equipos con sangre joven, nosotros seguimos esperando que los años se hagan eternos. Aún es desorbitado lanzar a Manco o Duarte como soluciones, pero les haría mucho bien (por ejemplo) el que vayan haciendo el kilometraje futbolístico, compartiendo con los consagrados los avatares de una eliminatoria, en lugar de esos nombres gastados que nunca han marcado (ni marcarán) la diferencia y solo llenan una lista de convocados.

En el fútbol actual, los jugadores dejaron de ser súbditos ordenados a su DT y solo obedecen a comportamientos desviados por el nivel social de donde provienen –normalmente muy pobre- y el cambio radical que le encuentran a sus vidas. Hoy en día los futbolistas mas allá de ser netos deportistas de competencia, son buscadores de fortunas y todos sin excepción están unidos a un solo motivo: el vil dinero. El dinero termina por corromper conciencias, trastocar personalidades y sustituir hasta su propia identidad.

Hoy los jugadores se agrupan por afinidades y categorías, por el nivel donde juegan o el entorno en el que se mueven. Tienen el poder para moverse dentro y fuera de la cancha, de acuerdo a sus conveniencias, asumen posturas y arrogancias, que a menudo somos los mismos hinchas quienes lo propiciamos y después terminamos por lapidarlos cuando los resultados son ajenos o a veces catastróficos como este. Pero siempre tienen un trasfondo, que incluso va mas allá de lo netamente deportivo. Los jugadores pueden derrocar un técnico, cuando no va con sus intereses. Pueden hacer cambiar la historia cuando les viene en gana y también pueden echarse para atrás, cuando de por medio esté en juego su razón de ser y su mejor incentivo: el vil dinero.

Mucho de lo que vamos a seguir reprochando, nos va a terminar agujereando las ganas, pero el fútbol en esencia, no dejará de ser siempre un juego, un retozo y diversión, pero con niveles de competencia y dificultades, que exige estar preparado para afrontarlas. Pero es muy cierto que el fútbol dejó de ser deporte, hoy es un imperio, un negocio, un mercado de prodigios del balón, que ha convertido a sus protagonistas, los jugadores, en dioses omnipotentes, capaces de generar alegrías y tristezas, cimentar el orgullo o la inferioridad de una nación, supeditados a su propia voluntad de intereses pecuniarios, porque el amor por la camiseta y hasta por propio el país, ha pasado a ser un simple argumento de corte nacionalista, mas usado y sentido por el pueblo, que por ellos mismos.

Dependiendo del matiz que le queramos dar, el fútbol puede ser un juego, un conflicto bélico, una batalla, o una simple competencia. En una eliminatoria se asume que la selección nacional es la que representa lo mejor de nuestro balompié, pero acaso quien los elige, no sean los mismos integrantes de la nación, sino alguien que obedezca a intereses ajenos, de ladinos personajes que viven del fútbol. La objetividad es sinónimo de moderación y en ese sentido, nos debe hacer realistas, esto es lo que tenemos y esto es lo que somos. Aunque el fútbol y la política vayan de la mano y sus resultados tiendan a estar regidos por los que llevan sus riendas, no es muy cierto que un país se vaya al descalabro económico, su gente mejore en identidad o acreciente sus complejos de inferioridad, si es que se clasifica o no al mundial. El resultado de un partido solo cambia nuestro ánimo. El fútbol es una cuestión de momentos y oportunidades, por eso nos apasiona tanto.

Hoy maldecimos nuestra suerte, pero mas temprano que tarde, volveremos a sentir que podemos alegrarnos e ilusionarnos y que seguimos teniendo un motivo encendido para que todos los que lo llevamos dentro, sigamos hablando de fútbol.

Un punto de partida para mirar de frente

Aquella actitud pesimista que muchos peruanos asumieron antes de enfrentar a Brasil, dejaban un manto de duda que contagiaba. Aquel deseo insensato de esperar que nos goleen para después llenarse la boca, con aires de videntes privilegiados y dilapidar nuestra realidad futbolística, dejaban endeble aquella fácil forma de entregarse a la desgracia antes que suceda y a resignarse a que el monstruo imaginario, nos destripe, sin intentar un ápice de defensa.

El mar humano de caras pintadas de rojiblanco desfilaba hacia el Monumental, algunos confiados en un buen partido, otros con la ilusión de celebrar una hazaña y la mayoría, por ver de cerca a las estrellas cariocas. Llegando al estadio, mi hijo miraba emocionado las tribunas, que tenían color de fiesta. Abajo en la cancha, los brasileños respiraban el aire de la gente, que lejos de hacerlos sentir extraños, se rendía ante su nombradía. Se sentía un aliento timorato a la bicolor y un respeto asolapado al temido ‘Scratch’ que vino de visita, pero desde que entró al verde, se sintió demasiado patrocinado.

Para jugarle bien y amenazar a Brasil, se debía hacer un partido para siete puntos. Se requería entonces un equipo presto a la lucha de manera constante y tenaz. Una actitud de agresividad, sobre la base de querer, mas allá de poder, de hacer de la disciplina táctica un mandamiento, regido por la irreverencia ante la historia de un Brasil, que de visita, juega de manera mezquina, esperando el mínimo error del rival. Es su estilo, el mirarte de reojo y si te ve espantado, termina por aniquilarte temprano.

Por eso vimos un inicio de dientes apretados, sin resignar la suerte ni el balón, aquella actitud tan reclamada y remendada, fue apareciendo como una flama que empezaba a encender la ilusión del hincha. Penny enchufado, Salas –espectacular- junto a Rodriguez y Acasiete –destacable- anticipaban todas y el “loco” Vargas mordía los pensamientos ajenos, Lobatón hacía un partido redondo y Jayo era prolijo en la marca. Solano no estaba fino en el servicio, pero entregado al sacrificio. Guerrero y Farfán deshojaban oportunidades para el regate y Pizarro peleaba con Lucio y Juan, dos torres inexpugnables. Hasta allí se veía un once ordenado y no asustado, un equipo prevenido para el asalto, sin resignar nada a la suerte. Brasil en cambio, jugaba con el timón automático, desperezado y confiado en el desgaste del rival.

Mi hijo se impacientaba –igual que yo- cada vez que el tridente mágico, de Ronaldinho, Kaká y Robinho, se juntaba para hacer daño. Cada avance carioca tenía respuesta bicolor y se hizo un partido de ida y vuelta. El tener tapada la boquilla de la lámpara mágica brasileña, corría el riesgo de hacer caer en la distracción, llevar al error. Por algo a Kaká le dicen el ‘Dios’, porque está en todas partes y ninguna a la vez, aparece donde nadie piensa y cuando lo hace, suelta esas ráfagas de calidad infinita que encandila los ojos y hace sufrir a los rivales. Balón perdido, espacio descubierto y el brasileño suelta un bombazo que deja sin chance a Penny. La mirada perdida de mi hijo busca refugio y atina a abrazarme con nerviosismo, yo busco respuestas y me tomo la cabeza, mirando los dedos índices de Kaká que apuntan agradecidos al cielo.

Para la segunda mitad, el no ver a Guerrero espantaba la expectativa. Las cosas empezaban diferentes. Aplaudimos el reciclaje del “Chorri” Palacios, como entregados a nuestro libro de historia y contagiados por los cojones que le ponía a las jugadas. El “Chemo se la juega con un Mendoza resistido, por un laborioso Jayo, en una actitud temeraria, con la idea de abrir la cancha y de ir por el todo o nada. Balón luchado que provoca un corner, frente a nuestra ubicación, despeje de Juan que sale disparado hacia la humanidad de Vargas y el “loco” lejos de buscar el centro, se hamaca y le mete un fierrazo que encuentra la pierna de Lucio y se fue adentro.

El estadio explotó de locura desenfrenada, abrazado a mi hijo, saltábamos alegres con gritos desaforados que reventaron nuestras gargantas, la alegría de la gente fue indescriptible, en ese instante, todos fuimos hermanos, todos fuimos mas peruanos que nunca. Nos habíamos ido encima de Brasil. Lo tuteamos y lo miramos a los ojos, lo hicimos sentir por unos minutos que estábamos en casa, pero Brasil no solo tiene un nombre, posee jerarquía y en pocos minutos emparejó todo. La tragedia nos tocó la puerta, pero el barbas se puso la bicolor, nos dimos cuenta que el partido había concluido cuando Ronaldinho intercambiaba camisetas con Farfán.


Aquel mar humano, mostraba las mismas caras a la salida. No se pudo ganar, pero tampoco perdimos. Aunque este punto no sirva de mucho, se logró ante un grande como Brasil y toda su constelación de jugadores de nivel superlativo. Recién veremos su valor real, en el largo plazo, cuando esta eliminatoria se encuentre en la etapa de las definiciones, ojala y para ese entonces hayamos recuperado el regocijo y no sea una simple alucinación.

Llegando a casa, intento poder hablar y no me salen las palabras, mi hijo está igual, aquella celebración del gol peruano, se nos ha quedado como una experiencia valiosa, aunque haya maltratado mas de la cuenta a nuestra gargantas, dejándonos una molesta afonía. A sus cortos diez años, mas allá de ir a hinchar por la bicolor, mi hijo fue a ver a Ronaldinho y terminó empujando con sus gritos al “Chorri”. Yo fui con muchas dudas y terminé sorprendido por el empuje del “Memo Salas”. Fui esperanzado en ver a Farfán y Guerrero, pero me quedé totalmente subyugado, por la prestancia y la calidad del número 7 de Brasil ; Izecson Dos Santos Leite, mas conocido como Kaká.

Meritoria la actitud, pero deberá ser una constante, quien nos dice que, en la visita a Quito y por las ausencias obligadas, se termine afrontando contra Ecuador, una formación inédita como incógnita, pero de pronto efectiva, por el tema de la altura. Así las cosas, la tarjeta de crédito del “Chemo” está con observaciones y requiere un aval de triunfos del corto plazo, es lo mejor antes de irse de vacaciones, es lo más aconsejable para terminar el año con saldo a favor y mucho de credibilidad. Al menos la actitud mostrada ante Brasil, deja en claro que se tiene un buen punto de partida, para mirar de frente aquello que parezca imposible de lograr y por lo que valga la pena luchar..

Disciplina para afrontar el reto

De nuevo rueda el balón mundialista, con él se elevan nuestras ansias y alientan nuestras ilusiones marchitas. Se viene una jornada que para nuestros intereses y posibilidades tiene marcada la obligación para nuestra bicolor, de hacer cuando menos tres puntos de seis en juego. Tarea por demás complicada y titánica, si en este cáliz de esperanza, para empezar el primer sorbo, tenemos parado frente a los ojos, al 'Scratch' con sus figuras relevantes, nada mas y nada menos.

Aquel indicio timorato de llevar a Brasil a jugar en la altura, estaba dentro de una posición plausible, pero debía existir una planificación y orden que consistían en nueve días de aclimatación. La altura de Arequipa está en rango FIFA, allí Brasil sufriría mas de la cuenta, lo más sensato hubiera sido jugar en Arequipa y, en un vuelo chárter, ir directo a Quito. Eso permitiría a nuestros jugadores del exterior jugar en Quito al noveno día de altura, aclimatados totalmente. Pero ante Brasil se estaría recién en el día cinco, con adaptación a medias, pero igual con ligera ventaja en el tema de manejo de altura.

Todo esto fue abortado por el ‘Chemo’, mas por la fuerza de los jugadores, que por un argumento de sentido común. Los seleccionados, dejaron mal parado a su técnico, negando cualquier posibilidad de ir a la altura. Los venidos de Europa están en otro “level” y su mejor vitrina es vestirse de corto en la comodidad de nuestra ciudad capital y asemejando todas las bondades que les brinda su dulce vida de “extranjero” y que de cuando en vez, le apetece venir a visitar nuestra Lima y su gente futbolera. Pero la altura no garantiza nada, mientras, entre lo que se dice y se hace, no exista una buena disposición para acatar la disciplina, un tema que últimamente, ha sido regateado sin resentimiento alguno.

El llamado del ‘Chemo’ ha sido muy discutido, aunque obedezca a un toque de criterio, el tener dos equipos para afrontar distintas eventualidades, solo si de geografía se trata, porque en la cancha serán complicados los dos encuentros. Son dos escenarios diferentes, pero una misma idea colectiva de ir por la gloria o morir en el intento. En estas horas que se intenta remendar el mal inicio de las eliminatorias, hay opiniones encontradas, que sugieren nombres y vapulean a renombrados caudillos de anteriores etapas. Nuestra realidad futbolera no deja mucho de donde escoger tampoco y a veces el antojo de una decisión del corto plazo, apura en hacer el llamado a quien hace un buen partido o al que tiene bajo el brazo un pergamino que lustra su nombre con orgullo. Mas allá de que estén los que deban estar, existe un tema de disciplina para ser coherente con lo que hizo prédica el ‘Chemo’. De nada valdrá preparar gente en el Cusco y al final se opte por lo más simple, eligiendo los nombres, por encima de los hombres, haciendo caso omiso a lo que dicte la razón. Peor aún, y según los acontecimientos, termine por actuar por instinto, para estar mas cerca de los corazones y las voces de los hinchas.

Contra Brasil se deberá poner toda la carne en el asador y en esa premisa, vienen siendo muchos los llamados pero muy pocos los elegidos, la fatalidad nuevamente nos ha dejado huérfanos en la primera línea de volantes, que más allá de tapar la inspiración y destreza brasilera, debe tener salida prolija. Lo más probable es que Jayo y Lobatón, asuman esa misión, aunque a despecho de volver a improvisar, el acertijo termine dando un mejor resultado. Acasiete y Rodríguez, están en buen nivel, pero solo individualmente. Como pareja, no llegan a consolidar ese consorcio de ideas y funcionamiento en una parte importante de la zaga. El ‘loco’ Vargas sería mas útil desde atrás, pues como volante, se hace previsible y lógicamente anulable. La preocupación sigue siendo el marcador derecho, es el lado donde se recuesta Robinho y si está enchufado podemos pasar un mal rato. Esperemos que ‘Ñol’ y la “Foquita” reiteren su buen momento, amén de Paolo Guerrero que es nuevamente la mejor esperanza de gol. El que anda por la cornisa de la vacilación es Pizarro, la banca no le brinda ninguna credencial de titularidad, pero es la carta ciega del ‘Chemo’ quien no se va hacer problemas para ponerlo desde el vamos.

Así las cosas, la blanquirroja se prepara mas con ansias e ilusiones que con propia convicción, mas con la fuerza de su gente, que con su propia realidad que golpea sus atributos. En el verde saldrá dispuesto a tutear a este ‘Scratch’ que cuando juega de visita, a veces es mezquino y que aprieta el acelerador solo cuando las circunstancias los desfavorecen, la rica técnica de sus jugadores puede desnivelar en cualquier momento y en ello la concentración y firmeza, será lo que mejor deba aportar cada peruano que le toque estar. Nuevamente en la palestra el tema de la disciplina, esta vez la táctica, la estratégica, para realizar bien la tarea con los pies, teniendo bien caliente el corazón pero también fría e imperturbable la cabeza.

En la tribuna, nuevamente es incontrastable lo que brinde la gente que asista al Monumental, ya está dicho que no asistirán en gran masa los hinchas acostumbrados al aliento incansable y que aseguren hacer sentir que somos locales. Aquí la disciplina se vuelve conducta y toca ser solidarios para elevar la voz, vibrar al extremo y soltar la alegría escondida, aunque sepamos para nuestros adentros que a este escuadrón brasileño, con jugadores tan acostumbrados a la alta competencia, no le hará mella. Acá solo cabe meterse en cuerpo y alma a la cancha y salir a tomarle la cola al León. Que podamos salir lastimados, es un riesgo, porque tenemos el alma de ciervo y el cuerpo de ratón, pero acaso no de atrevimientos extremos, se logran conseguir los objetivos y se rompen las mas grandes barreras.

VAMOS PERU!!

Los de arriba y los de abajo

La eliminatoria mundialista, ha puesto la pausa a este clausura, que en su recta final, ha dividido a los equipos, en dos grupos bien definidos, unos que luchan por la gloria y otros por evitar la desventura.

LOS DE ARRIBA

El camino hacia la cima se va tornando mas despejado, se hace hora de sacar la calculadora y hacer el itinerario, porque quedan cuatro fechas para definir quien llega primero a la cúspide y en este tramo aquel que pisa en falso, puede perder el equilibrio y caer al vacío de la desilusión irremediable. Si miramos la tabla, del primero al sexto puesto, solo hay cuatro puntos de diferencia, casi nada Los últimos resultados van abriendo la ventana de las conjeturas y lo que se viene es un reposo obligado que servirá para apaciguar las ideas y enmendar rumbos.

La “U” concretó un 3-1 ante Boys que bautizó a Moisés Baráck como su nuevo técnico. Se quedó en la retina lo de Mayer Candelo, que hizo la distinta y culminó una jugada que la tiene patentada en su disco duro, sirvió con guante de seda para que el “vagón” Hurtado defina a placer el tercer tanto, un gol con aroma de café, bien colombiano. Ahora le toca esperar con mucha calma, con el espíritu en paz y con la tranquilidad de no tener ningún convocado en la selección. Otra vez su eterno rival, Alianza, en una nueva versión del clásico que definirá opciones. Esta vez con un sabor a revancha, un postre que se saborea mejor cuando está bien frío.

Alianza subió a la altura del Cusco, provisto mas de ímpetu y ganas que de arresto físico, allá arriba es imperdonable, dejar que el tren de las oportunidades se vaya, porque después se viene el aluvión rojo, llamado Cienciano que de tanto golpear la muralla de la esperanza, termina por devastarla. Ha sabido recuperar ese valor agregado, de ser invencible en su fortín y ya se puso el cartel de favorito, porque para su suerte, el fixture es cómplice de sus ambiciones. De todos los candidatos que quieren llegar a las alturas, es el mas privilegiado, porque allá arriba, el rojo tiene su vida hecha, es su habitat y con eso le basta y le sobra para alimentar la ilusión de llevarse un torneo, que le era esquivo hasta hace algunas fechas atrás.

Lo de Cristal es para la reflexión, su camiseta color cielo esperanza, hoy mas que nunca brilla entre su gente atribulada, cuando todos lo daban por muerto y lo dejaron abandonado a su suerte en la habitación de los desahuciados, se acordó de su grandeza y apoyando sus brazos en las muletas de la pujanza, empezó a caminar y hoy ya le dieron de alta. Se le ve mejorado, aún no está del todo fuerte, pero pisa firme en el torneo. Aferrado a su sueño, se llevó de encuentro a un candidato como Bolognesi, que empieza a quedarle grande, el pergamino de equipo grande, hay voces encontradas que definen una relación impurificada, entre lo que quiere Reynoso y lo que pueden hacer sus jugadores.
Cristal ha resucitado, viene abandonando la zona de las tinieblas y casi sin proponérselo, ya se metió entre los cuatro candidatos al título del clausura, solo depende de si mismo y de que el sueño de sus hinchas, acompañen sus pasos.

Después viene el baile de los que sobran, metido allí está la San Martín, no muy lejos de su objetivo final, que es meterse dentro de los seis primeros y asegurar los play off , el Ancash y Melgar juegan a no hacerse daño y quedarse en el limbo de ser un don nadie y tampoco comprometerse con dificultades ajenas, lo suyo pasa por un tema de supervivencia.

LOS DE ABAJO

De los cuatro equipos que ocupan los últimos casilleros, hay dos que como van presentadas las cosas casi han definido su futuro y los otros dos han puesto las barbas en remojo para no contagiarse de esa enfermedad llamada fracaso y que pulula en la denominada zona de descenso. Boys y Alianza Atlético deben sumar todo lo que puedan, restar lo menos posible y multiplicar sus esfuerzos para no verse comprometidos con el Total Clean y mi Muni querido que después de lo que le hicieron al llevarlo a Juliaca, lo han sentenciado a muerte y a vivir rezándole a la virgen del acumulado, para que multiplique sus puntos y deje su cuerpo a otro infortunado candidato a morir, pero con lo que tiene y con lo que muestra, resulta tan difícil pensar en la esperanza.

El tema de la baja, se ha visto comentado con sarcasmo extremo, y es que resulta demasiado sospechoso que justamente los dos equipos comprometidos con el descenso, sean sus ladinos dirigentes, fieles escuderos de Burga -incluso forman parte de su directiva- como mandamás vilipendiado de la Videna, en un acto por demás abominable para los ojos limpios de los hinchas ediles que acongojan sus penurias, en esa fe indomable y ese amor infranqueable que arrea su bandera de esperanza.
Lo mas probable es que haya baja y estos dos equipos dejen su lugar a otros inquilinos en la profesional. Lo mas increíble –y bochornoso- es que Burga haya hecho un pacto diabólico con estos dirigentes y en aras de cumplir con la “recomendación” de la FIFA, el torneo del 2008 se lleve a cabo con 16 equipos. Entonces, tendrán licencia para zurrarse en el reglamento, y se descubrirá tremenda patraña escondida y pactada entre estos bribones del fútbol que fungen de dirigentes y no hacen mas que vivir de las ilusiones de tanto hincha que sufre arriba en la tribuna. Aunque ello beneficie a mi Muni querido, el mismo hecho de tener esta clase de dirigentes, ya es un hecho que huele a podredumbre.

Dejemos que esta pausa nos enfríe las emociones, para encontrarnos después con el tramo final de este clausura que se puso entonado al final. Dejemos para mas adelante el análisis y entremos de lleno a la eliminatoria. Dejemos un momento guardadas nuestras expectativas, que ya han marcado en nuestro torneo doméstico con nombre propio, quienes son los de arriba y quienes los de abajo.

Bondades y pecados de un clásico

Se ha jugado una nueva edición del clásico, esta vez lejos de la ciudad, lejos de la vista, pero muy cerca del corazón de los que aman una camiseta añeja en el tiempo y vigente por las emociones que siempre despierta. Unos de crema y otros de blanquiazul, todos pendientes de un resultado, esta vez la suerte se fue a la Victoria, pero nos dejó mucho para el análisis.

ACTITUD.- Está dicho que en el fútbol moderno, un equipo que es redundante, se hace previsiblemente frágil y vulnerable, no basta salir a la cancha con el libro de historia bajo el brazo y enseñarle al rival el tatuaje con la garra amenazante, hoy se hace ineludible tener la idea clara, la cabeza fría y el corazón caliente, pero mucho más importante es la actitud, de querer ganar desde el inicio. La “U” salió a esperar en el medio, agrupando hombres y colocando línea de tres atrás, (peligrosa disposición cuando no se trabaja) una idea moderna de Gareca, pero que para nuestros futbolistas, no acostumbrados a la disciplina táctica, termina siendo una daga amenazante. Alianza salió sin Maestri, pero con un sistema agresivo, desde el vamos, Arrué le ganó la iniciativa al clásico rival y a los cinco minutos ya tenía entre sus argumentos, tres llegadas claras a puerta.

EFICIENCIA.- Un equipo que crea situaciones, pero no las concreta, termina alimentando el apetito voraz del rival, lo hace peligroso y prueba de ello es que muy temprano, Alianza embocaba el primero con un gol de buena factura. Ciurlizza –que bien le hace al fútbol su recuperación- destila con gotero un centro al corazón del área y Viza, le gana el vivo a los defensas merengues, le puso la justa, en una media “chalaca” que salió cruzada, lejos de las manos de Fernández, un golazo para empezar la fiesta blanquiazul. Después vino el error de la defensa crema, fortuito, pero error al fin y dentro del área se paga caro, Benavides se la encontró mansita y mató a placer. Mientras la “U” porfiaba por hacer fútbol y se enfrascaba en errores de acoplamiento, de entendimiento que lo hacía chocar contra el ímpetu de sus integrantes, Alianza, con el marcador a favor, controlaba los tiempos y administraba su fútbol mas por inteligencia que por fuerza del rival, que al final de la primera mitad, dejó a los cremas con la sangre en ojo, pero carente de contundencia. Para el final la historia pudo ser diferente si la “U” hacía eficiente la culminación de todo lo que generaba, el tiempo fue su otro rival y Alianza liquidó con un gol de Acosta, a mérito de tremenda habilitación de Manco entre dos rivales.

DECISIÓN.- La era de los “jotitas” nos legó nuevos valores, algunos están incrementando su kilometraje de a pocos, ayer estuvieron Correa y Manco, uno crema, con intermitencias propias de su aún incipiente bagaje, pero Reimond es un predestinado para el fútbol, en los pocos minutos que tiene jugando en primera, destila, esa picardía propia de los nacidos con una estrella, va siendo hora que alguien haga algo y se vaya rápido afuera, de seguro que su formación en Europa - por ejemplo- nos devolvería un jugador de otra dimensión. Lo que si resulta preocupante es la situación de Duarte, quizás el de mejor proyección, en un puesto clave en el fútbol peruano, pero mientras la “U” tenga a Gareca, va a primar su temor a los resultados que a jugársela por un joven que tiene a su corta edad, mucho mas categoría de cualquier extranjero que defiende el área crema. Allí hay un factor de decisión, muchos dicen que a los jóvenes hay que soltarlos despacio, y en esa premisa, vamos a seguir llamando “juvenil” a un jugador que frisa los 24 años y recién tenga un par de partidos en primera. Acaso y el calendario sea el termómetro que indique que es o no hora que salte a la cancha, eso lo define la calidad del jugador no su partida de nacimiento, si no es ahora, cuando podremos saber si solo eran unos buenos proyectos.

INDOLENCIA.- Cada vez mas nos convencemos que nuestras autoridades políticas y futbolísticas, son tan parecidas o clonadas, quizás porque en ambas prima la antojadiza forma de elegirlas, sin un perfil obligatorio y tampoco argumentan una pizca de sentido común y menos criterio para la toma de decisiones. El llevar al partido a Chimbote ha sido por un tema trillado y manoseado llamado SEGURIDAD, ni el Monumental, ni el José Díaz supuestamente cumplían con los requisitos previos, para un encuentro de alto riesgo. El resultado previo al clásico, hizo ver, que quienes tenían que evitar los desmanes de los vándalos disfrazados de hinchas, eran novatos aprendices de policías y el descontrol ha dejado un saldo trágico: Un joven muerto y muchos heridos.
Pero acaso sea injusto decir que el fútbol sea el culpable, de los tiempos violentos que golpean nuestras sociedades y que nuestros jóvenes y niños, tengan la torcida idea que el color de camiseta, los hace antagonistas encarnizados y que entre ellos, la pasión satánica está disfrazada de odio, hacia su propia realidad que los llena de impotencia, de rabia y furia insaciable. Quizás ese iracundo proceder, no los haga darse cuenta que la muerte está sentada a su lado, sonriente, a la espera de brindarles un abrazo mortífero y letal que terminará por quedarse con su propia existencia.

IRRESPONSABILIDAD.- El ser dirigente de fútbol, faculta a cualquier hijo de vecino, tener el poder de un equipo, algunos creen que eso también los hace dueños de la verdad. El directivo Nolli, sale a decir que el arbitraje fue “desastroso” y que hay mano negra contra la “U”. Fano –fiel a su estilo- argumenta que siempre es así –cuando pierden- y que los árbitros juegan en su contra.. Toñito Gonzáles –alguien le engaño que es sucesor del “Puma”- sigue haciéndose expulsar de manera irresponsable y de forma continua, también argumenta que el árbitro es el causante. Pero contrariamente El DT Careca, dice que perdieron en buena lid y que fue por errores propios y falta de actitud. Mayer Candelo –el referente crema dentro del campo- hace la pausa, para reconocer diplomáticamente que perdieron por atributos del rival, pero deja entre líneas la actuación del árbitro.
Todos por la TV vimos que si hubo errores arbitrales, no fueron tan “siniestros” y tampoco, desnivelaron un partido definido desde el inicio, por la actitud blanquiazul. Es que cuando se pierde resulta tan simple echarle la culpa al árbitro, pero personalmente, hubiera querido que ese mismo Nolli, hubiera admitido lo mismo, el día que el árbitro no le cobró tremendo penal a Sawa y le ganaron a mi Muni querido, con los pantalones en la mano. Es que en el fútbol, nuestro fútbol de cada día, es tan fácil salir a declarar sandeces, cuando no se tiene la personalidad de asumir con hidalguía que el rival fue mejor dentro de la cancha.

Dejame que te cuente celeste

Dejame que te cuente, bajopontino de pecho celeste y corazón maltrecho, si la última vez que fui a visitar a tu Cristal, en su lecho de enfermo, lo encontré levantado, en pantuflas, con su bata color verde esperanza y un rostro diferente, como si hubiera podido –después de muchas noches- conciliar el sueño, sin pesadillas y solo con sobresaltos propios de su estado convaleciente. Estaba de pie, recién salido de la ducha y mirando por la ventana al Señor de los Milagros, que pasaba por la calle, pude percibir que mascullaba entre dientes alguna plegaria, pidiéndole al Cristo morado -patrono de la tienda blanquiazul, , que no lo deje morir tan joven, que le dé un cachito de esperanza, para que pueda resucitar y estar nuevamente con su gente.

Déjame que te cuente, blanquiazul, si cuando tu Alianza salió a la cancha, en la tribuna, ya no brillaba el color morado, porque el calendario había agotado los días. Al frente tenía un enfermo del corazón y del alma, un convaleciente que visitaba tu Matute de tantas victorias, un mórbido rival que reposaba sus ansias en el espíritu indomable de los que no se resignan a morir tan pronto, allí tu Alianza se puso laborioso para doblegar su propia intermitencia y salió en busca de llevarse tres puntos que lo encumbrarían en el altar de los privilegiados aspirantes a este candente clausura, que no deja espacios para el vaticinio apurado y donde cualquiera puede quedarse con la corona del equipo mas aplicado o quizás el del menos deprimente.

Dicen que las fieras heridas son las mas peligrosas, dicen que un partido de fútbol no termina hasta el pitazo final, entonces entiendo que cuando los de pecho celeste y blanquiazul, estaban cerrando las persianas de un encuentro disputado y de encono relevante, vino el zarpazo escondido, el que hace mas daño, porque te encuentra desprotegido, tres dedos de Carlitos Lobatón y cual aparición fantasmal, da Silva, el cristiano y garoto de arremetida feroz, pone el testarazo mortal, que dejó sin habla a este Matute que dejó de rugir en el último instante, guardó sus banderas y se fue mascullando su rabia contenida, disfrazando alguna lágrima que le dejó este resultado, injusto quizás, pero tan real como que Cristal, ayer enfermo, en coma y casi desahuciado, hoy está en la disputa creciente de acceder a un lugar de privilegio, las cosas que tiene el fútbol, nuestro fútbol, será por eso que lo amamos y lo sentimos tan fuerte.

Dejame que te cuente hincha del fútbol, que te resistes a creer que solo en Octubre pueden existir los temblores y que se desperdigan los milagros, hoy he visto retozar a este Cristal por el verde prado de sus ilusiones, se ha levantado de entre los muertos vivientes y se ha puesto de nuevo de pie, he visto el rostro de Oblitas y es diferente al de otros días, quizás porque esta semana milagrosa ha podido refugiarse con su propia sonrisa, o simplemente porque alguna extraña poción de ánimo y grandeza, ha podido lograr que despierten sus hasta ayer, escondidos y adormitados discípulos, que se han encontrado con su propia identidad, esa que se aferra a ser menos y que de a pocos le está inyectando sangre a este Cristal, que empieza a resucitar, cual ave fénix.

El derrumbe de las ilusiones ediles


Hoy no tenía muchas ganas de verte, porque algún mal presentimiento me acompañaba el espíritu, pero fiel a mi causa edil, busque con afán un TV, para mirar de principio a fin tu periplo por ese Monumental tan vapuleado. Alli te esperaba la “U” que como estaba jugando, no metía miedo, ahí aguantaste lo que pudiste, para que después de batirte con 10 hombres casi todo el partido, estabas arrancando un empate valioso. Hasta que Mosquera, tan fiel a su mediocridad, hace el desbalance, sacando a Sawa, quien metía temor a los merengues y terminó aplanando cualquier intento de hazaña. Otra vez hemos perdido, por sexta vez consecutiva y nuevamente estamos, en la misma encrucijada de querer y no poder, de tener un pueblo edil que se desgarra y unos desalmados corazones dirigenciales, que les importa dos centavos, nuestro futuro.

Muni de mi vida, Muni de mi corazón, has salido lleno de temores, en busca de una aventura que marcaba ribetes de desconfianza. Te has apilado a la espalda, toda la ilusión y el fervor de tu hinchada, para llenarte de valor y escalar hasta la cima de este inverosímil clausura. Has llegado sin saber como, ni hasta cuando, te has visto sorprendido por una realidad prestada, cuando viste desde arriba, como los demás se despedazaban allá abajo por seguirte, aquello hizo que algún ingenuo corazón edil, se llene de emociones sorpresivas, como efímeras. Has complacido los apetitos voraces de ladinos dirigentes, que empezaron a venderte como atribución de capacidades simuladas, que en el fondo no han hecho más que esconder incompetencias visibles.

Pero esa realidad resultó una utopía para tu futuro, has resbalado desde la cima y vienes cayendo en vertiginosa caída, en tu camino vas envolviendo tu desdicha como una bola de nieve, que se va convirtiendo en una avalancha de desgracia anunciada. A pesar de ello los que te amamos, los de pecho edil y los que te guardamos devoción, rogamos porque puedas revolverte en tu caída y te sostengas de alguna ramita bienhechora, que aunque no te perdone de seguir cayendo, al menos amortigüe tu bajada y te pueda salvar la vida. Con pena y rabia contenida, vemos como esos mismos maliciosos sujetos, vestidos de dirigentes salvavidas, han comenzado a marcharse del lugar, te van dando la espalda ante la adversidad, porque en el fondo, quizás no les importe o jamás les importó tu existencia y solo saciaron sus propios apetitos personales.

Solo el tiempo y las circunstancias van a darnos señales de vida. Los verdaderos hinchas ediles estamos guardando nuestras banderolas y nuestros cánticos, porque nos aprestamos a irnos masivamente a la iglesia a rezar por tu futuro, como otras veces, como tantas veces, quizás el ser hincha del Muni sea una masoquista forma de vivir con la vida en un hilo o una extraña devoción incomprendida, de seguirte donde sea, en las circunstancias que sean y con las personas que sean. Y es que este sentimiento es mas que una pasión y tiene que ver con este credo, esta religión que solo lo entendemos los que tenemos la franja tatuada al pecho.

Muni de mi vida, muni de mi corazón, no quiero extender aún mis lágrimas, solo quiero rezar por la añorada esperanza que algún día, tus riendas caigan en manos limpias e inmaculadas que tengan el mismo sentimiento de los mortales de corazón edil, aquellos que demuestran cada semana de que estamos hechos los hinchas del Muni. Aquellos que quiere verte en esa cima de donde vienes cayendo, pero no solo para que sepas llegar, sino para que vivas allí para siempre.

ECHA MUNI POR SIEMPRE!!!

Panorama sombrío y futuro impredecible

El fútbol, esa hipnótica exaltación que nos toca bien adentro del corazón, a veces suele ser una droga que nos adormece y nos hace soñar despiertos. Cada vez que se juega una eliminatoria, los peruanos nos embadurnamos la piel de esperanza y solemos apresurar la imaginación, olvidamos rápidamente cualquier realidad que nos aqueje y volcamos todo el desenfreno en esa ilusión, tan íntima que guardamos dentro, para creer en algo o en alguien, para desparramar a veces sin sentido, toda esa euforia por ir al mundial, que a veces nos nubla el pensamiento sensato y cuando la realidad nos da el cachetazo sorpresivo, solo es para reaccionar con desazón, contra nuestros jugadores primero, el DT después y tan luego seguido, estrellar contra la pared, las propias quimeras, creadas por nosotros mismos.

Ha terminado el partido contra Chile y nos queda en la boca, un sabor desagradable, insípido, porque el 2-0 es un resultado que marca una línea imaginaria entre la desilusión y la expectativa, porque la tenemos clara, el fútbol es un negocio de momentos y oportunidades. Hoy, un equipo chileno que tiene pintado el color del pensamiento Bielsa aún incompleto, aprovechó dos ocasiones insensatas para la defensa peruana y abrió la puerta temprano. En cambio Perú la tuvo a su merced, para inflar el orgullo fatigado, pero se quedó sin sencillo y el billete grande de la inoperancia, le pasó la factura. Quizás la historia pudo ser diferente, es verdad, pero acaso y el pudo ser o el casi, no necesariamente sea el mejor alimento del fútbol.

Hoy Chile hizo lo práctico, jugar un 3-3-1-3 poblando el hábitat de Solano y Vargas, para dejar huérfanos a Pizarro y Farfán, apretar la salida de los laterales, presionar a los centrales y con eso nos hacen mucho daño –igual que contra paraguay- los DT rivales le han apuntado la placa al vagón maltrecho de nuestra defensa y la primera línea de volantes, porque De la Haza puede ser voluntad y Quinteros una opción de fútbol, aunque Jayo solo sea experiencia. Pero se ha visto que la pelota en ese sector, es una brasa ardiente, no se crea fútbol y entonces nos hacemos previsibles. La opción fácil es lanzarla a que los delanteros de turno, se fajen como héroes anónimos y después reciban palos de los hinchas por su falta de entrega. Chile ha definido un partido en 50 minutos, los siguientes 40, fue un rezo peruano para que se acabe pronto y no nos llenen la canasta.

En el análisis a conciencia, remojando la pasión en agua helada, el horizonte que se nos pinta es una acuarela de colores tristes, si mañana se jugara contra Brasil y Ecuador, el que menos iría a buscar alguna plañidera plegaria, para ofrendarla al Cristo moreno pidiendo un milagro, porque el hoy de nuestra selección solo nos vislumbra un panorama sombrío. De cara al futuro nos hace pensar que las palabras del “Chemo” al asumir el cargo y argumentar que tenemos una generación de jugadores de nivel superlativo, las hizo pensando en solo un par de ellos, porque a la hora de la verdad, no apareció nadie, ni individual, ni colectivamente.

Pero vayamos mar adentro, tomemos el bote de la mesura y rememos en la dirección del entendimiento. Para cualquier DT se le hace complicado conformar un equipo, con un esquema de juego definido, con cuatro días de anticipación, menos aún, con casi la totalidad de sus jugadores, militando en el exterior, la excepción a la regla, pueden ser Brasil y Argentina que tienen jugadores de nivel superlativo en todas las posiciones. En nuestro caso –y le pasa también a otros rivales- depende mucho el momento que pasen sus integrantes titulares, si repasamos algunos ejemplos, Pizarro y Solano no alternan, Farfán viene de una lesión, los demás alternan muy poco y si lo hacen el nivel donde juegan es medianamente aceptable. Todos pedimos a Guerrero, es verdad, lo extrañamos y lo echamos mucho de menos, pero su lesión es de cuidado, quedo al margen y no llegará en ritmo competitivo, además, mientras nuestro mediocampo no genere fútbol y no se vea juego colectivo, seguirá el mismo camino de luchador solitario, en busca de los balones perdidos en el mar de la incertidumbre.

La tarea pendiente del “Chemo” estará más centrada en corregir los errores, en planificar lo que se viene, aunque el descargo que lo acompañe, sea el poco kilometraje en el banco y ya estamos cansados y hastiados de tanto cambio. Pero mas fuerte sigue siendo el deseo imperturbable, que nuestros jugadores se consoliden en sus equipos, de esa premisa partirá la esperanza que si les va bien y alternan seguido, se puede vislumbrar algún cambio mediático, del corto plazo, porque el próximo mes se juegan nuevamente nuestras cartas y nuestros futbolistas del exterior no la pasan tan bien que digamos. Por el diseño de esta eliminatoria, depende muchísimo el momento futbolístico de los jugadores, hoy tenemos el ejemplo remedado de Ecuador que anda con medio equipo en el extranjero y hoy hasta su temible altura, es un problema para ellos mismos.

Nos toca entonces solo esperar, que nuestras figuras relevantes, alcancen un nivel de competencia y a partir de allí empezar por remendar este comienzo desabrido, que nos deja sin abrazos compartidos de alegría, que encuentra a todos los peruanos, desilusionados, sin ganas, pero que es también momentáneo, pues solo perdurará hasta que nuevamente volvamos a narcotizarnos de esta pasión bendita llamada fútbol.

El pálido comienzo de la ilusión

El balón le llega limpio a Solano y antes que los cancerberos Paraguayos puedan evitarlo, el Lord de la pegada fina, entierra el botín y le da justa, un pase maestro que cruza el campo desde el sector derecho y llega hasta el otro lado, donde el “loquito” Vargas va apareciendo. Antes que el balón pise tierra, el volante empalma, un zurdazo justo, potente, que violentamente atraviesa el área y pega en el palo del arco de Justo Villar, caprichosamente se sale del enfoque peligroso y origina un ataque guaraní que nuevamente es desperdiciado. Mala suerte paraguaya, una nueva mirada de agradecimiento al cielo, de parte de todos los peruanos.

Esta jugada, pudo ser un golazo de extraordinaria factura, que hubiera despertado del letargo al estadio, que lució tan frió como el equipo. También pudo cambiar la historia de un encuentro trabado y deslucido, jugado por un equipo peruano, sin ideas y que se fue fundiendo al mejor estilo guaraní. Pero así también debemos ser sinceros en apuntar que la sacamos barata, porque Paraguay pudo llevarse los tres puntos, si no hubiera estado desastroso en los últimos metros, para definir con acierto. Por nuestro lado, nos quedaba el consuelo que si no se pudo ganar, tampoco se debería perder, menos en el arranque de esta eliminatoria mundialista.

El “Tata” Martino es un zorro viejo en estas lides, trajo un esquema, donde el sacrificio era el emblema y el pressing desde la salida del rival, estaba como prioridad ineludible. Puso cuatro volantes de ida y vuelta, para cortar los circuitos, aisló a Solano de Vargas, se encontraron distantes De la Haza con Quinteros. Cada vez que se generaba un avance peruano, siempre estuvo un paraguayo, respirándole la nuca y mordiéndole los tobillos. Entonces el equipo peruano se hizo largo, siempre encimados y anticipados en todas las líneas. Pizarro y Farfán vestidos de héroes solo atinaron a lucharlas todas, se hizo del pelotazo desesperado la mejor arma peruana, que siempre fue ganado en el mano a mano, por la férrea defensa guaraní, que al tener un rival partido, optó por jugar al contragolpe, que tranquilamente pudo haberle dado un resultado favorable.


En el análisis concienzudo, queda como tarea pendiente, para el “Chemo” recomponer las líneas. Sigue siendo el talón de Aquiles, la primera línea de volantes, no hay una buena contención y se extraña una salida limpia y prolija. En definitiva, Galliquio ha desbordado la confianza y ha pecado en irresponsabilidad. Pizarro, sigue en su deuda eterna, a pesar de haber trajinado bien. Se extraña a Guerrero, con su contagiante empuje, pero no olvidemos que esta es una selección y cualquiera que se encuentra en ella debe estar preparado para la hora de la verdad, pues de nada vale el rendimiento individual, si no se consolida el juego de conjunto.

Contra Chile, es otra historia –con ribetes políticos y encono milenario- de seguro el planteamiento será diferente, podremos perder con cualquiera, pero nunca contra ellos. No estaría demás, adormecer la euforia y tomar este empate con tranquilidad, la eliminatoria es larga y en el camino se van escribiendo nuevas historias. Los resultados de esta primera fecha han marcado una tendencia al juego de presión en ambas áreas y demuestra que en el fútbol las distancias se han acortado. Ya no hay equipos con distintos planteamientos de local o visita. Hoy se juega de igual a igual y para ello se debe contar más que con buenos jugadores, de unos buenos atletas.

Remendando la almohada para un sueño

No siempre resulta bueno hablar y vaticinar resultados de un partido, antes de jugarlo, pues podemos pecar de románticos soñadores o de pesimistas apostadores. Hoy vivimos una coyuntura harto difícil, con autoridades del fútbol encontradas, cartas notariales que vuelan por el aire cual papeles perdidos en el basural de las intransigencias y acomodados resultados electoreros. El pueblo futbolero que acompaña cada semana en el estadio, el que alienta y ruge en la tribuna, el que se faja los 90 minutos, no estará el sábado en el Monumental, el alto valor de las entradas lo dejará de lado. Los que si pueden ir y poblarán el coloso de Ate, son aquellos turistas, los que miran el partido por su TV de 42” cómodamente en casa, ese que se hace hincha por circunstancias y no por sentimiento. Ese público que cuando el equipo mas necesite el aliento, se sentirá avergonzado y meditabundo, fuera de su hábitat y bostezará su tímido aplauso, cuando lo sorprenda una jugada que levante el estadio o quiera Dios, algún peruano anote un gol.

En el equipo, ya están todos los que son y todos los que deben estar. El problema ahora resulta que en retaguardia y en avanzada ya hay dos probables bajas, Rodríguez llega entre algodones, aunque él mismo lo haya negado, por otro lado el que ha llenado de coraje nuestra esperanza de gol arriba, Paolo Guerrero, el que todos esperaban con ansias, tiene una rotura fibrilar y no estará en los dos primeros partidos, si lo hace no estará diez puntos y eso no le sirve al equipo de todos y tampoco al mismo carismático atacante.

Que Chemo tiene otras alternativas, es cierto y la dependencia de un solo jugador no es buena, el equipo debe funcionar bien, cohesionado y mostrando esa actitud que nos dejaron los partidos preparatorios. La hora de la verdad nos toma calmados, pero preocupados, los temas dirigenciales no debería afectar al grupo, pero de seguro que incomodan. Es la hora en que nuestros jugadores, con el kilometraje que han alcanzado -algunos en torneos de nivel superlativo- se vistan de sapiencia para afrontar las horas difíciles y que desde que entren a la cancha se contagien de esa ilusión que todos los peruanos, van iluminando, de a pocos, entregados a ese sueño de llegar al mundial, que se refleja en su confianza y esperanza que este equipo despierta. Quizás se viene haciendo hora en que mas allá de tener jugadores de renombre, por fin estemos recobrando nuestra identidad, tan vapuleada y manoseada, pero que es posible hacerla nuestra nuevamente.

En cada corazón peruano habita un DT, hoy todos ya tienen su equipo ideal con suplentes y todo. Los esquemas tácticos se dibujan por doquier y los vaticinios no se hacen esperar, acaso y no es de fútbol, que se alimentan los peruanos. Por eso el hincha fiel y enfermizo, ese que deja de adquirir un alimento para estar en el estadio, ha sido tocado en su parte mas endeble, su bolsillo, ahora buscará cualquier TV prendido, para alentar a su manera, a este equipo que nos ha dejado en los labios un sabor agridulce, pero digerible, que lo mejor que nos puede brindar es su talante que permita cambiar de una vez por todas esa mentalidad tan reclamada.

Queda esperar que el Chemo, acomode el tablero y arme el equipo con las mejores piezas. Queda en los jugadores embalsamar la ilusión de un pueblo que clama resultados que lo hagan olvidar su realidad. Queda en todos los hinchas hacer un buen sitio, para ir remendando esta almohada de tranquilidad, donde reposemos nuestras quimeras y empecemos a soñar de nuevo, en una nueva eliminatoria, que Dios quiera esta vez, nos lleve a buen destino, creo que ya lo merecemos y lo que es mejor, tenemos con que lograrlo.

Mas aBURGAsados por el poder del fútbol

El preludio de esta pantomima electoral que ha reelegido a Manuel Burga, por otros cuatro años al frente del directorio de la FPF pintaba una acuarela gris, con un panorama donde el horizonte de las buenas intenciones, se fueron esfumando conforme se fueron haciendo fuertes las convivencias de intereses personales y ese afán desmedido, por perpetrase en el poder. Una lucha de amenazas, marchas y contramarchas, lo que es peor, un reto desfachatado a la majestad del ejecutivo, que al saber de los resultados, prepara la arremetida para derrocar al rey puesto por su aldea maniatada a su voluntad, pero resistido por todo un pueblo.

En el análisis profundo, el problema no es esta elección, que ha tenido ribetes de transparencia, y en todo caso resulta legal, sino en la misma Ley del Deporte, que brinda autonomía a las federaciones nacionales y son sus mismas bases las que eligen a sus autoridades, incluso el IPD no tiene poder de control sobre ellas. Allí está la punta de la madeja, porque en el fútbol, son 37 las bases que participan de la elección, 25 representan a las ligas departamentales y solo 12 al fútbol rentado, siendo los clubes profesionales, los que aportan el espectáculo, los jugadores, también generan dividendos, pero son siempre minoría a la hora del sufragio Los verdaderos dueños del fútbol irónicamente son las ligas departamentales.

Ya sabemos que a estas ligas departamentales, basta prometerles una losa deportiva, arreglar el potrero que usan como estadio y pasar debajo de la mesa, a sus representantes un sobre cerrado con maliciosos intereses creados, para comprar una conciencia, que se transforma en un voto preconcebido en el mismo corazón de la Videna. De nada valdrá entonces que los clubes pataleen, el pueblo se levante o el gobierno lo llene de amenazas. La Ley tendrá buenas intenciones, pero jurídicamente le otorga a Burga justamente esa autonomía, que lleva un membrete autorizado de la FIFA y que en la práctica es un blindaje internacional, que de ser traspasado por el gobierno, el ente rector mundial hace la simple, la elimina.

Ahora bien, el cuestionamiento del ejecutivo, es sobre las irregularidades que han existido, primero, para la postulación de Burga –está suspendido por el Consejo Superior de Justicia y Honor en el Deporte- y también por Juvenal Silva, que integra su lista y que por su cargo de congresista, está impedido de participar en actividades con intereses propios. Esto ya nos pinta un panorama oscuro, si mañana el Consejo Nacional del Deporte, interviene la FPF, al día siguiente, Burga irá con las quejas a la FIFA, alegando una intromisión, el resultado, aunque suene descabellado o inverosímil, es posible, nos dejarán sin eliminatorias para el Mundial Sudáfrica 2010 y sin participación en cualquier competencia organizada por la entidad.

Indudablemente que se nos viene la noche, como si los problemas propios de nuestro torneo doméstico no fuera suficientes, ahora en medio se queda el fútbol, como una víctima inocente de los exabruptos de estos seudos dirigentes que solo tiene pensamientos ladinos para su bien común, el maldito dinero. El gobierno, lo único que tratará es de limpiarse la cara, para decir después que ha cumplido la ley, que patético, esa misma ley que le ha dado carta abierta a todos esos facinerosos vestidos de traje y que lo único que saben, es vivir del fútbol bendito, ese del que se alimentan todos los peruanos.

Una apocalíptica siesta futbolera

El torneo clausura ha concluido, se ha jugado la última fecha y miramos la tabla, resulta para no creerlo. Ha campeonado el Bolognesi y como San Martín se llevó el apertura, debió quedar entre los seis primeros, no lo hizo, entonces no hay partido de desempate, ambos van a la Copa Libertadores de América. Universitario memorablemente ha remontado, junto al Ancash y Alianza Atlético van a la Sudamericana.


Pero la noticia fatal. El desastre del descenso, ha dejado a un grande en el descalabro total, en el ocaso de una trayectoria limpia, gloriosa e histórica. Sporting Cristal, el equipo que tuvo la oportunidad de darle un beso volado a la Copa Libertadores, el próximo año se irá junto con el Total Clean –recientemente ascendido- a jugar la segunda división. Es un castigo demasiado duro para su pueblo que vestido de celeste llora su amargura, porque no entiende como pudo pasar eso, si lo tenía todo, pero sucumbió ante su pedantería y la aburguesada glotonería de futbolistas cotizados, pero sin ningún sentimiento en el corazón.

El tiempo se pasó muy rápido y ya se programaron los partidos de la Libertadores. El Bolo tendrá que luchar con lo poco que tiene de jerarquía y lo mucho de sapiencia, contra el America de Mexico, el Nacional uruguayo y el River Plate argentino. San Martin, no se queda atrás y se va derecho a la iglesia porque su grupo también es para ponerse a rezar, le tocan el Nacional Colombiano, el Colo Colo Chileno y un brasileño nada desconocido, el Gremio de Porto Alegre. Ambos equipos se han puesto el ánimo en las espaldas, pero el hincha, no de esos equipos, si no el peruano en general, ya se va preparando para una nueva catástrofe, una de las tantas muertes anunciadas que nos viene acompañando en estos torneos continentales.

En la Copa Sudamericana, a los equipos peruanos les toca llaves que parecen una pesadilla de noche de terror o bromas de muy mal gusto. La “U” debe ir a Chile y Argentina, mientras el Ancash, debe subir a Bolivia, bajar a Uruguay y pasear por Brasil, Alianza Atlético tiene una llave mas que dura, debe revalidar con el díficil Independiente argentino, un cupo para seguir avanzando y como quien no quieren la cosa, los tres -junto a los hinchas- van haciendo sus maletas, pero han colocado un santo rosario, por si las dudas.

De pronto, alguien ha tocado a la puerta y antes que empiecen a jugar nuestros equipos representantes, nos hemos despertado de súbito, nos damos cuenta que estuvimos dormidos por un instante, miramos la TV asustados, están pasando el noticiero de la noche y pensamos que será mejor que nos vayamos a servir un café calientito, para disipar este sueño que nos encontró frente a la computadora, mirando esta extraña tabla de posiciones, aunque inverosímil, con el orden de los equipos fuera de lugar o increíblemente desproporcionada, pero es real y no está tan lejos de lo que pueda suceder.

Si por un instante cerramos los ojos y dejamos que la ilusión óptica nos envuelva, podríamos volar en esa alfombra mágica de nuestra imaginación, abrazados a nuestro balón, podríamos permitirle al fútbol que se recueste a nuestro lado y quien sabe, soñemos juntos. No hay porque sorprenderse, este es nuestro fútbol señores y cualquier cosa puede suceder. Dios nos coja confesados.

Sinfonia para una noche de tinieblas

Cuando uno lo mira de pies a cabeza, repara por su contextura. Una pinta de rapero rasta, con devoción extrema por las hamburguesas, la sonrisa tímida de su rostro moreno y el acento colocho entre los dientes. Cuando pisa el césped, la visión se hace lumbrera. Tiene el prodigio en esa zurda que de cuando en vez suele lustrar con afanoso antojo y cuando lo hace, los rivales le temen, porque es rápido de pensamiento y posee la potencia de una locomotora. La fineza de su zurda ha marcado diferencias en nuestro fútbol doméstico, tan endeble y falto de figuras relevantes. Cuando Johnnier Montaño llegó al puerto, los hinchas –también la prensa- le reprocharon los kilos del cuerpo, pero no repararon en los quilates de su poseído y diabólico juego, ese que a veces se hace vital y determinante, para este Boys, que cuaja su futuro, en resultados entrecortados que va forjando en el camino.

La jornada terminaría anoche con un Cristal que asomaba en regularidad y un Boys luchando por romper un empate incoherente. Hasta que alguna mano divina –quizás muy cerca del puerto- desapareció la luz del estadio. Allí se bajaron las revoluciones celeste y afinaron las ganas los rosados, porque cuando amaneció artificialmente, se vino un vendaval porteño que encontró aún adormitados a los rimenses. Fueron dos mazazos, directos y sin vacilación que hicieron añicos la esperanza que se hacía fuerte en la florida. Hasta que esa misma mano divina, que se llevó la luz, dejó un cachito de tiempo y dejó para el epílogo a que el regordete y vilipendiado Montaño, se vaya a la esquina, lustre la lámpara y saque los demonios que tiene guardados. Apuró el enganche y dibujó una parábola, inmensa, descomunal, que fue a parar al fondo de las entrañas de un desubicado Delgado. Un soberbio golazo como para apagar las luces –de nuevo- e irnos de una vez del estadio. Allí quedaron sepultadas las esperanzas celestes que con esto, aún no están extintos, pero en el camarín hubo un extraño olor a muerte lejana.

En el fútbol moderno, aquel equipo que peca en ser redundante, se hace previsible y corre el riesgo de ahogarse en sus propias intenciones. Hoy es importante el reinvento, la idea clara, la cabeza fría y el corazón caliente. Si nuestro fútbol no trasciende las fronteras, es justamente porque sus equipos, son inestables en esencia, en la brega exigente se hacen débiles y sus jugadores tienen una intermitencia que va mas allá de lo tolerable. Por ello se ven rendimientos y resultados disparejos, tan gitanos y a veces alejados de nuestra realidad.

La “U” está haciendo de su carencia de argumentos, una malsana costumbre. Vocaliza la expresión importante, a su mejor tenor: Mayer Candelo. Pero cuando el “colocho” no está irradiado de magia, termina siendo un frustrante actor que minimiza el protagonismo y la tarea que deberían hacer sus acompañantes. Esa dependencia dañina hace que los cremas cuando ganan y sonríen, sea por factor individual y pierda puntos por un diseño errado de función de equipo.

Alianza se ha llevado puntos valiosos a Matute, le sirven para su recuperación anímica, aunque sigue dependiendo que sus individualidades marquen la diferencia. Por lo pronto Maestri trajo el gol tan esperado. Mi Muni querido, se fue muriendo como sus ansias y sucumbió ante sus limitaciones. Extraña mucho al Sawa bullidor y le reza a las mil vírgenes para que su orgullo maltrecho no lo termine de liquidar.

El torneo nos deja para el análisis a dos equipos de provincias –con muchos jugadores limeños- que mantienen un lugar expectante. Bolognesi, se ha quedado encaramado en la cima, repitiendo campañas anteriores, con un equipo modesto pero prolijo en sus líneas. El pensamiento de Reynoso al parecer ha empezado a calar en las huestes tacneñas, a pesar de que tuvo un comienzo incierto, la apuesta por el largo plazo, es una constante de la directiva. A tropezones ha logrado pasar por entre los cadáveres de los grandes que luchan contra sus propias realidades opuestas y ya le llegó la fama, ahora viene lo mas difícil, mantenerla.

El Ancash, está sentado en un sillón cómodo, a las faldas del Huascarán, se hace invencible en casa y sale de cacería por pagos ajenos, al margen de su pasado tormentoso, del cual no es culpable, está en el pelotón de oferentes para un lugar privilegiado al final del clausura. Que pueda llegar mas lejos, va a depender en demasía que siga cosechando puntos en Huaraz y de cuando en vez se vista de pirata para traerse ilusiones ajenas.

Hoy tenemos una tabla de posiciones inimaginable. El final de esta semana que se avecina, de seguro va a pintar una acuarela diferente, con distancias que se dibujarán en horizontes más lejanos o cercanos. Pero en el fondo no deja de ser una tabla inédita, tan inverosímil, pero tan real como nuestro fútbol nuestro de cada día.

Una luz en la zona de descenso

Esta jornada del clausura peruano, ha marcado resultados significativos y como venimos apuntando, presenta un torneo inédito, si no es el ideal, va camino a convertirse en uno de los mas reñidos y competitivos que se recuerde. Al término del domingo futbolero, El Muni querido, el Muni de mi vida, me ha puesto de nuevo en tierra, no tuvo que subir a las alturas, ya estaba en ella, quizás por el afán de su fiel hinchada que sin saber cómo, mantuvo un liderazgo prestado, coyuntural y atrevido. Cienciano se acordó de ser local y le asestó 4 mazazos que trajeron abajo nuestro orgullo, nuestra falsa ilusión, bastaba mirar que a falta de medio tiempo, todos se querían subir al avión de regreso.

Cuando Lobatón falló el penal para Cristal, los hinchas en la tribuna, sintieron un escalofrío, extraño y espeluznante, la historia se volvería a repetir pensaron, el frío de la tarde se bajó al gramado y los protagonistas solo dejaban ganas, nada de fútbol. Hasta que Espejo la puso adentro y devolvió el alma a los concurrentes. Oblitas encontró la sonrisa perdida y Cristal ha logrado que el oxígeno le dure una semana mas, ha visto una luz, pero sigue en esa zona de descenso, tan peligrosa y fatal.


La “U” le ha avisado a su gente que no soporta jugar a su lado, que se muere de ansiedad cuando la trinchera le sopla la nuca, que es mejor cuando se va de casa y lejos del hogar hace mucho mejor su faena. Se trajo tres valiosos puntos de la altura –igual que del Cusco- que le dan el vuelto por aquellos que no supo ganar de local. Le resultaría mejor jugar en Arequipa, porque con todos los puntos, que no pudo ganar en el Monumental, estuviéramos hablando del protagonista principal de este clausura extraño.

Alianza, intentó, porfió y ambicionó, pero todo se quedó en deseo, apurando el paso pero tragando ansias, Mendoza hace la diferencia, se pierde diez jugadas de una que acierta y si algo se puede rescatar, es esa tenue advertencia que el regreso del mejor Ciurlizza viene en camino. Que de a pocos Manco se va impregnando de horas en primera y van acumulando su kilometraje futbolístico. Que la actitud del equipo es diferente, pero que ha marcado dependencia del ‘tanque’ Maestri, que sufre mas de la cuenta para embocarla y poder manejar los tiempos.

Boys y San Martín jugaron a quien era el mas “macho”, los universitarios con el apertura en los bolsillos del conformismo mediático y los rosados apelando a seguir en la brega, un Montaño, que quizás juegue sus últimas horas en suelo chalaco y el próximo se vista de otro color. La paridad los deja igual como empezaron, pero tan distintos como insólitos en su perfomance.

Esta jornada aplaude un nuevo líder. El “Bolo” con Reynoso “a la cabeza”, aprovechó el desliz de los de arriba y se ha encaramado en la punta de manera momentánea. Pero si sometemos nuestra voluntad al análisis concienzudo, veremos que entre el último y el puntero, no hay mucha diferencia, por ello no debiera resultar sorpresa que cualquiera de los que hoy libran batalla por salir del fondo, si levantan cabeza, al termino del clausura, podrían tranquilamente estar disputando un lugar de privilegio, mientras los que hasta hoy, aprovechan el pánico y han tenido sus quince minutos de fama –incluido mi querido Muni- podrían vestirse de infortunio y luchar contra el tiempo y la adversidad para no caer al abismo de la temida zona de descenso.

Nuestro torneo doméstico es así de variopinto, es tan nuestro y tan arraigado a nuestras costumbres que fácilmente pasamos del embrujo a la hecatombe y de la alegría a la tristeza. Nada es sorprendente y tampoco irreal, así es nuestro fútbol y esta es nuestra afligida y lograda realidad.