Guerra de tronos

La lucha del trono europeo se jugaba en la cancha. En la tribuna los súbditos clamaban por sus monarcas y la realeza se formaba en fila para abanicar las bondades futbolísticas de sus equipos, que ponían en juego una corona. Una justa mundialista, el mejor escenario para que Italia e Inglaterra, midan fuerzas en una nueva versión del clásico europeo. El espectáculo se trasladó al verde y el balón se echó a rodar.

Fue un tremendo rito al fútbol lo que brindaron Inglaterra e Italia. Mucha verticalidad de parte de Italia y lateralización inglesa marcando el inicio. Llegaban más rápido los ingleses con menos toques que los italianos al arco rival. Pasar de defensa al ataque le resultaba más práctico a Inglaterra. Había mucha dinámica y velocidad, para trasladar el balón con el buen uso de las bandas. Tiros de media distancia y llegadas de peligro marcaban una tendencia que Italia sopesaba con la tenencia del balón, cuidarlo y administrarlo con propiedad, para ello tiene a un maestro aduanero, Andrea Pirlo, un jugadorazo que piensa más de lo que corre, pero es más veloz que todos con el pensamiento. Un jugador de acero inoxidable.

El equipo de Prandelli dominaba las colinas, se escabullía por los flancos, con Balotelli como único guerrero en punta, luchando con su espada. Los ingleses veían amenazar sus dominios, apelaban a su dinámica para el desborde y contrarrestar el avance italiano con barricadas de futbol veloz y preciso. Los dirigidos por Hodgson hacían más simple la creación de ataques, afianzados en el desborde de Sterling, pero Italia buscaba la fórmula de probar de fuera del área. La genialidad de Pirlo para dejársela a Marchisio que baraja un fierrazo cruzado al ras del césped y abrió el marcador. Golazo.

La alegría no duró mucho, porque la respuesta inmediata de Inglaterra fue una contra letal: con desborde veloz de Rooney, centro bajo, calculado que no llegó Paletta y Sturridge la empujó para la igualdad. Sobre el cierre del primer tiempo, Italia se mostró mucho mejor: Balotelli iba a hacer el gol del mundial, pico detrás de la defensa inglesa, la pinchó y Jagielka la salvó en la línea. Sin darle respiro, en la jugada siguiente Candreva incrustó su tiro en el palo. Partidazo.

La jugada que definió el partido, vino del más polémico, del más cuestionado pero no tan menos efectivo. Recién se acomodaba Inglaterra en el campo y Balotelli apareció por el segundo palo y con un cabezazo al piso la clavó poniendo el 2-1. Baldazo de agua fría para Inglaterra que intentó, buscó y aprovechó los espacios que le regalaron los italianos; sin embargo, no les alcanzó.


 
Si hay un equipo que sabe jugar a defenderse bien, ese es Italia, El equipo de Prandelli retrocedió demasiado y genero el riesgo que no aprovecharon Rooney y compañía. Inglaterra se paró en campo rival y fue por la igualdad: usó los costados, probó por el medio, utilizó la media distancia, pero nada, no hubo caso. Italia se movía al compás de Pirlo, y tuvo sus chances de ampliar la diferencia, pero la historia ya estaba escrita. A Rey muerto, Rey puesto, en esta guerra de tronos, el clásico europeo ha elegido un nuevo monarca, y por ahora es italiano.