COMO NO TE VOY A QUERER


“Como no te voy a querer… Si eres mi país querido, el país bendito que me vio nacer”. Suena el cántico en las gradas con los peruanos que no quieren abandonar el mítico Maracaná y siguen saltando y gritando desaforados. Sus voces lejos de quebrarse por el lamento, se hacen más fuertes y se confunden con sus lágrimas, pero de orgullo, por su selección, por sus jugadores que ven desplomar sus últimas fuerzas en el verde y también por las de todo un país, que unido en una sola fuerza ha vivido esta final histórica de Copa América abrazados a una misma ilusión. La realidad le ha golpeado el pecho con desaire y desahoga su tristeza desgañitando su garganta y su voz pareciera ser más fuerte que los bramidos cariocas que vitorean a sus indiscutidos campeones en este templo del fútbol mundial.

Nada que reprocharte PERÚ. Aunque muchos hayan perdido la esperanza y te ningunearon por no saber entender la fatalidad y lo que significa un accidente en el fútbol. Pero al final comprendimos todos los peruanos el significado de la fuerza de voluntad para romper paradigmas, superar nuestras limitaciones y enfrentar al destino con actitud positiva, ser capaces de convertir un problema en una oportunidad. Pudiste hacer consciente lo inconsciente y fuerte de la cabeza para levantarte desde la adversidad.

Nos llevaste por los caminos de la perplejidad, la encrucijada y el júbilo extremo. De un comienzo impreciso y sinuoso quedaste al filo de la expiración. Te adormeciste en un letargo pero despertaste recuperando la memoria y nos regalaste ramilletes de flores de colores. Uruguay -amigo generoso- y su poderío fue un escollo que superaste con esfuerzo supremo y Chile, el rival eterno, el del clásico de nunca perder, fue la demostración magistral de nuestra identidad, nuestro ADN y la forma más hermosa de gozar un triunfo categórico que tuvo ribetes de epopeya futbolística.

Enfrentaste a un Brasil distinto a su tradición, mucho más pragmático y menos hechicero, ordenado y eficaz, a quien Tite le agregó una dosis extrema de AGRESIVIDAD. Gareca fiel a su convicción, hizo el mismo planteamiento de la debacle. Decidiste enfrentarlo más que reverenciarlo. Duelos personales patrones a definir. Fuiste valiente para disputar las condiciones y llevar el juego al límite. Pero si algo positivo tiene este Brasil son sus variantes de juego. Cambia de lado con propiedad y presiona sobre el trivote rival. Se recoge rápido y siempre se ve bien cubierto. Te destruye por las bandas. Lo controlaste hasta el sablazo inicial que emparejó un penal narcótico y duró como un soplo, hasta la cuchillada destructiva. Lo combatiste con sudor y lágrimas. Lo pujaste y lo tuviste a merced, pero la sapiencia de Tité reordenó todo y la estocada final llegó cuando tus fuerzas daban su último aliento. Allí quedaron regadas nuestras esperanzas, pero muy arriba del cielo quedó retratada tu dignidad.

Miraste a los ojos al gigante sin complejos. Es verdad que impusieron su jerarquía y superioridad en los momentos claves, pero nunca renunciaste a pelear. Esta historia no acaba con este final. Lo más importante es que se ha recuperado la CONFIANZA de hinchas y jugadores. La imagen del pasillo del campeón Brasil a nuestra selección es un RECONOCIMIENTO ante los ojos del mundo. No perder este protagonismo requiere seguir siendo COMPETITIVOS. El fútbol es el gran juego de las emociones, que sobrevienen en acciones y decisiones que derivaran en resultados y por ende sus consecuencias. En ello es factor importante seguir afianzado el COMPROMISO.

Pero cuanta ilusión generaste en todos nosotros PERÚ, y cuán grandioso te miramos, que nos cuesta conformarnos con este segundo lugar. Una señal de inconformidad que cuestiona entender la importancia de este subcampeonato, porque volamos imaginariamente demasiado lejos y aún tenemos nublada la reflexión. Solo nos queda dar las GRACIAS por todos estos momentos vividos y que nos han reconciliado como país y nos ha vuelto a unir en un gran abrazo de gol.

Como no te voy a querer, mi PERÚ querido, si eres el país bendito que me vio nacer.




Una gran VARbaridad


Las cosas que tiene el fútbol. El partido por el tercer puesto de la Copa América, que normalmente nadie le encuentra sentido, que se olvida antes de jugarlo y que en la previa había tenido voces desatentas y una confirmación a una actitud de inapetencia, fue cobrando bríos y asumiendo una actitud beligerante. En el fondo las declaraciones de Vidal, indicando que sería un partido “sin ninguna  importancia” solo era una asolapada forma de esconder sus propios caracteres que están fundidos a su innata pedantería. En el fondo hay una visible animadversión reforzada con las últimas definiciones de Copa América que le dieron títulos a la roja y dejó con demasiado encono en los del Río de la Plata. Un partido de mero trámite que tuvo ribetes de escándalo con la ilógica expulsión de Messi y Medel en un acto desatinado de absurda bravuconada.

Argentina Y Chile salieron con la sangre en el ojo. La albiceleste había quedado fuera de la final en un partido cuestionado ante el anfitrión Brasil y por su parte Chile fue vapuleado por un Perú sorprendente. La rivalidad desnaturalizada se llevó a la cancha y empezó con roces, faltas y empujones fuera de lugar. Poco juego y mucha fricción. Mejor Argentina en una versión moderna  con Paredes de amo y dueño, Dybala y Agüero en sintonía con un Messi más participativo. Chile desacomodado sin esa agresividad conocida, con problemas para ganar la segunda jugada. Messi se aviva en el cobro de una falta que no fue y cede al Kun -el del City- quien se saca al arquero y define con categoría. Después Lo Celso filtra para Dybala y hace la de crack. Excelente control orientado y cuando le quedaba larga, la puntea deliciosamente ante la salida de Arias. Un 2-0 que en 21 minutos era la misma historia de Chile ante Perú que lo hizo perturbar los nervios y encender la "mechita peligrosa".

Era el partido para que Messi  redondee esta etapa de regeneración argentina. Pero le tocó vivir ese instante desafortunado cuando el control de las emociones se va al carajo y las buenas intenciones por el inodoro. Leo no acostumbrado a las trifulcas, -cosa contraria a Medel conocido por su bravuconada y juego al límite- quiso cobrarse una entrada del chileno apenas iniciado el partido. La imagen es de trifulca de colegio. Medel pechando a Messi que sostiene a pie firme, los dos cara a cara y después viene lo inverosímil. El árbitro paraguayo Mario Díaz de Vivar, visiblemente descollado por la circunstancia, decide expulsar a los dos. Difícil de entender la injusta tarjeta roja para Messi. Una amonestación para los dos hubiera evitado tanta controversia. Se empezaba a terminar el partido que ya estaba demasiado caliente y desequilibrado.

A Messi lo tildaban de falta de liderazgo y lo comparaban odiosamente, ahora que asume compromiso, pone el pecho por todos y aunque un poco desenfocado en tono maradoniano, dispara munición gruesa contra la ineptitud de CONMEBOL para reclamar un despojo ante el anfitrión, no acude a recibir la medalla de la vergüenza y le empiezan a caer acusaciones de irresponsabilidad, aparte que a futuro se tendrá que bancar las consecuencias de sus palabras. La aplicación del VAR ha quedado duramente cuestionada. Al ser una herramienta tecnológica para ayudar a los árbitros en sus decisiones, su no utilización genera suspicacias y presunciones válidas si finalmente resulta ineficaz o está amañado con lo deshonesto.

Para Chile este presente le dejó la disyuntiva de evaluar a su “generación dorada” y valoración en su nueva línea de tiempo. Argentina parece haber encontrado la nueva generación desde donde debe iniciar su urgente resurgimiento. Igualmente ha quedado más claro el liderazgo de Messi, siendo más terrenal y argentino que nunca. De este partido lo que más se va a recordar será al árbitro paraguayo Mario Díaz de Vivar y su afán de figuración que le enmarañó el criterio haciendo notorio un partido intrascendente. Finalmente su yerro arbitral se convirtió en una gran  VARbaridad.





PERÚ ALEGRE Y FINALISTA

PORTO ALEGRE ciudad de la alegría peruana, la que hoy se discurre por todo el cuerpo y se destila como nuestro pisco por cada rincón del país. El regocijo de cada corazón peruano que late más acelerado que nunca. El júbilo que estalla como fuegos artificiales y dibuja en el firmamento todas las emociones encendidas. Perú después de 44 años es finalista de una Copa América y como la clasificación al mundial, sentimos hoy que la espera vale la pena porque se disfruta con algarabía contenida. La resaca del triunfazo nos va a durar varios días, quizás toda una vida, porque noches como esta nos dejan con los ánimos inflamados y nuestros sueños en forma de balón tienden a ser más placenteros y celestiales.

Ganarle a Chile tiene un sabor distinto, por todo lo que encierra como clásico y rivalidad que suele traspasar las fronteras del tiempo y del fútbol mismo. Hacerlo de la forma tan contundente y en la instancia que se ha brindado adquiere un valor histórico. Un 3-0 lapidario, en un partido de un Perú dinámico con mucha personalidad, inteligente y solidario, superándose a sí mismo en una actuación redonda e inolvidable. 

Para doblegar a Chile era necesario neutralizar el origen de su juego, cortar muy arriba y desconectar a Vidal, Aranguiz y Pulgar, aislando el vínculo con Alexis y Vargas. Tarea demandante de mucho sacrificio y desgaste físico. Gareca plantea el 4-2-3-1 con variantes de 4-4-2 recogiéndose para presionar en cada sector, ocupar los espacios con relevos oportunos y ser vertical con disposición estratégica para llevar a Chile al desconcierto, convertirlo en la antítesis del equipo compacto y que caiga en un cúmulo de inseguridades. Chile fue asfixiante al inicio de los dos tiempos, pero se pegó un portazo con la eficacia peruana. Siempre que quiso generar, sus intenciones se cayeron como castillo de naipes.

Una noche soñada que empezó bien y se fue haciendo portentosa. Yotun nuevamente siendo el protagonista del juego junto a un Tapia gigante que terminó devorándose hasta el pensamiento de sus rivales. Zambrano en toda la dimensión de un Kayser, firme con carácter y autoridad y un silencioso pero efectivo Abram que es su mejor complemento. Sociedad en las bandas de Advíncula y Trauco con un Carrillo muy voluntarioso y Flores mordaz y efectivo. Cueva sin llegar a ese nivel de desequilibrio, sumado a la tarea del voluntariado y arriba un Paolo Guerrero en toda la plenitud de capitán de barco. Con toda la madurez que le brindan los años y la sapiencia de su kilometraje futbolístico. En subrayado y negrita está Gallese invulnerable, reivindicado y haciendo que cada atajada fuera como un gol celebrado. Mientras Perú fue una fuerza asociada, Chile apeló al brillo de alguna estrella solitaria. 

El primer grito nace de un centro que Carrillo no alcanza a cabecear y se la encuentra el “Orejas” Flores que mete la estocada para abrir el partido. La insistencia chilena genera espacios y de contra Zambrano lanza largo para Carrillo que saca al arquero. El centro de la “culebra” cae en el pecho de Yotun y con precisión de cirujano hace el segundo. En media hora pintaba para debacle chilena y gloria peruana. El mismo “Yoshi” se devora el tercero que hubiera sido lapidario. Pero estaba escrito que Paolo debía escribir su nombre. Tapia redondea la faena y pone una delicia. El “Depredador” se saca el overol y se pone el smoking, con autoridad elimina al arquero para definir al estilo callejero. Un CRACK de élite. En el epilogo Gallese ataja el penal a Vargas en un mensaje subliminal de que no hay nada que cambie cuando la luna decide alumbrar para un solo lado.

El futbol es cambiante como las personas y la vida misma. Perú enderezó el barco que andaba vacilante en su ruta mientras Chile que asomaba como sólido, vio pulverizada sus intenciones. En esta victoria, el factor mental fue muy importante, no se trata de incluir ningún chip de actitud y tampoco alguna sesión matinal de charla motivacional. El factor psicológico ya tiene base cierta desde antes del Mundial, hoy se trabaja en recuperar la capacidad individual, haciendo consciente aquello que el subconsciente genera como un factor limitante. Superarse a sí mismo anexiona el aporte al colectivo y fortifica el compromiso.

El solo hecho de pensar que Perú estará en el mítico Maracaná ante Brasil en la final de la Copa América, estremece las emociones. Una revancha después del papelón solo deja la alternativa de revertir el pasado haciendo un partido inteligente, de seguro con el doble del esfuerzo desplegado pero confiados en haber recuperado la memoria. Dejar los miedos afuera, seguir fortaleciendo la confianza y asumir que para que pueda surgir lo posible, debe intentarse muchas veces aquello que nos parece imposible. Pase lo que pase tenemos contento el corazón y sublime la confianza. Hoy somos un Perú alegre y finalista.

VAMOS PERU!!



UM BELO HORIZONTE

Los clásicos no se juegan, se ganan. Brasil y Argentina en una final adelantada. El Maracaná se vestirá de fiesta este domingo, pero solo repartió dos tarjetas de invitación, una ya la tiene Brasil en su bolsillo. Argentina en su mejor partido de la Copa América, hizo lo correctamente posible pero no le alcanzó para doblegar a un equipo carioca superado por momentos, pero que puso la eficacia como estandarte. Gabriel Jesús en su mejor momento fue vital para su equipo y disputará la final mientras Messi, una vez más se fue con las manos en el rostro, secándose las lágrimas de impotencia, como no queriendo mirar de frente a este eclipse total del corazón argentino.


Duelo de potencias mundiales. Brasil intentando manejar el partido con determinación, orden y equilibrio entre sus líneas, imponiendo la fricción y presión alta en la salida rival para la recuperación inmediata del balón. Casemiro encima de Messi y Arthur con Coutinho dando una mano conociendo a la perfección los movimientos de Leo. Argentina resuelta, intensa en la marca, pasándose de vueltas, ocupando espacios para evitar filtraciones. Scaloni referenció a Evertón y basculó la presión por los costados descuidando el medio. Plantea bien el inicio, pero después Brasil abre la cancha y lo fue llevando a la confusión sin saber dónde cubrir. Soportaba bien los sacudones, pero la “canarinha” con espacios es tremendamente letal.

La diferencia en el marcador se da por la virtud eficaz de Firmino como primer referente de marca de la salida rival y de Gabriel Jesús, transformado por Guardiola en un jugador más completo y no solo un 9 de área. Además de ello la jerarquía de Dani Alves que a los 36 años demuestra velocidad de pensamiento, sabiduría y habilidad innata. Como el vino añejo, más agradable de sabor, más embriagador. El primero, Dani exquisito desparramando rivales habilitando a Firmino y Gabriel Jesús letal. El segundo que liquida a una Argentina corajuda, un arranque de locomotora terrible que devuelve la gracia a Firmino que firma a placer. El futbol se justiprecia en el juego, pero se mide en goles, siempre que se habla de justicia se cae en crueldad con el equipo que hizo merecimientos, pero termina vapuleado por la virtud de la contundencia.

Mientras Brasil tiene la ventaja de validar 4 años forjando su nueva identidad y cuenta un saldo de números positivos, Argentina parece ser una eterna obra de arte, que se empieza a escribir todos los días con muchos borradores estrujados tirados al tacho de basura. Tuvo que batallar demasiado para equiparar las capacidades técnicas individuales de un Brasil más consolidado y que brinda opciones de riesgo por la versatilidad de sus hombres. Tité ya es un profesor forjado y Scaloni el alumno aplicado que desea sorprender al maestro.

El mejor partido de Argentina y el de Messi tantas veces reclamado. Apareció en los momentos cruciales con entrega y actitud. La gente lo quiere ver siempre desparramando rivales y haciendo goles increíbles, caso contrario sus detractores lo descalifican gratuitamente. Pocos entienden el tema táctico y estratégico de una selección que se encuentra en proceso de consolidación. En este torneo cuando no se ha podido, Leo ha priorizado ponerse el overol y ser uno mas para depender todos del equipo y no que el equipo dependa exclusivamente de él. 

No es argumento de justificación el triunfo del “Scratch” por la actuación del árbitro cuestionado por cobros en ambos lados. Pero dos jugadas de penal no se quisieron revisar. Arthur a Otamendi que incluso pudo ser expulsión del brasileño y Alves al Kun Agüero antes del segundo gol de Brasil. En otros partidos por menos, se hicieron consultas a la tecnología. Son detalles que cambian radicalmente la historia de un partido. La aplicación selectiva no es garantía de reducción de injusticias. En esta ocasión al parecer el VAR no fue utilizado, porque estuvo de permiso o salió de juerga y se perdió en un BAR.

Esta selección argentina en la derrota ha encontrado algunas respuestas que de pronto pudieron maquillarse en el júbilo oportunista de los resultados embusteros. Brasil en cambio pudo vencer incluso a los temores mediáticos de la sombra por malos recuerdos de una cancha donde sufrió su peor pesadilla. 

Hoy Brasil ha despertado con el rostro pintado de color esperanza de ganar una Copa América, en su casa, con su gente y en camino a recuperar su hegemonía mundial. Hoy Brasil observa desde la ventana, esperando tranquilo a su rival de la gran final con la seguridad de ver um Belo Horizonte.