RECUPERACIÓN MENTAL


Ganar era una posibilidad vinculada a la ilusión y a un deseo mental como la fantasía de llevarnos la Copa América. Empatar era una posibilidad real, perder también, pero jamás de esta manera, tan indecorosa y dolorosa que nos ha caído como una estocada en el orgullo. Cada uno de los cinco goles han sido puñaladas que nos fueron rasgando el alma sumiéndonos en una lenta agonía, hasta matarnos de dolor en una tarde fatídica. 

Es difícil encontrar explicaciones válidas cuando el resultado lapidario es una bofetada al mea culpa que asume Gareca como responsable directo. El planteo inicial táctico de un repetido 4-2-3-1 con Paolo de 9 y Farfán como 2da punta, buscó la presión alta y distraer la generacion de juego de Brasil que coaccionado por su gente buscó ser vertical con Firmino de 9, Gabriel Jesús y el veloz Everton.

El fútbol genera circunstancias que inducen al error involuntario. Nadie sale a perder menos a buscar la desgracia. Ante Brasil se puede someter la superioridad pero no cometer errores garrafales. Es como meterse a la jaula del León, se te cierra la puerta y te das cuenta que te olvidaste las llaves afuera. 

El inicio con dinámica solo duró 10 minutos. Error de posición genera la ventaja brasileña de balón parado. Cuando la mente empezaba a ponerse en alerta, llega la fatalidad vestida de groseria para Gallese, que sólo lo pueden entender los que alguna vez se pararon bajo los tres maderos. Exceso de confianza, negligencia o simple pánico escénico, vaya uno a saber. En menos de media hora remontar 3 goles ante Brasil ya es una acción titánica y tremendamente arriesgada.

El resto sólo es consecuencia de lo que generó la tormenta, dolor, desolacion y daños colaterales. Nadie se acordará del penal atajado por Gallese, porque nos ubicamos más en el efecto pero no en la causa. Es más fácil tirar leña al fuego sin ningún tipo de remordimiento. Hoy piden la cabeza de Gareca los mismos que lo enaltecieron y pusieron en el atril de nuevo redentor del fútbol peruano.

Duele mucho este papelón, nos remueve las tripas por la humillación. Pero antes de tirar la puerta pisemos suelo firme. Suponemos tener un gran equipo por los jugadores que tenemos y el ir a Rusia nos cascabeleo la memoria, pues no fue un factor de superioridad sino de causalidad. Esfuerzo si, pero tambien se alinearon los astros. A varios les ha pasado factura su actual momento y a Gareca le cuesta dejar de ser paternalista, prefiere apostar por seguir en su zona de confort. 

Quizás sea la hora de la toma de decisiones, pero tiene que ver con una voluntad de cambio. Lo radical y extremista sólo ocasiona fisuras y desgaste de tipo emocional. Gareca es el que sabe mejor que nadie lo que debe hacer. A los hinchas sólo nos toca renovar la confianza y hacer que este golpazo nos haga más fuertes. La fuerza de recuperación mental está en hacer consciente lo inconsciente. 
VAMOS PERÚ!!



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