EN EL NOMBRE DE JESÚS

Bendito Futbol, tú que nos regalas estos partidos tan vibrantes, intensos, con las revoluciones a mil con un epílogo digno de película de terror. El poderío de un Brasil que contra Perú hizo un partido perfecto, sin fallas ni fisuras y con eficacia al 100% versus un Paraguay digno, con toda su raza y estigma guaraní, con esos huevos de siempre que lo hacen respetable así se presente a luchar descalzo, tan solo con una lanza y un pañuelo amarrado en la cabeza. 

Lo de Paraguay es digno de un estudio científico y tema para los amantes de las estadísticas que priorizan los datos por sobre los rendimientos. En todas las Copas América que se han jugado, los guaraníes solo han ganado un solo partido de los 20 disputados. Sin embargo, en todo ese trayecto han disputado 2 semifinales y una final, nada menos. Ahora pasaron a cuartos con solo dos puntos, teniendo que desempacar las maletas de retorno y prácticamente se metieron por la ventana.  Y estuvieron a punto de generar otra debacle. Los torcedores brasileños vieron al fantasma del mundial 2014 pasearse por el estadio Arena do Gremio y desaparecer por entre las gradas silbando bajito.

Es natural dejarse llevar por el último partido. En teoría un equipo que mete 5 goles debería repetir el plato o al menos ganar con la misma contundencia. Pero cada partido es totalmente distinto, otra historia, otros actores, otro capítulo. El futbol es como la vida misma, donde la convicción resulta fundamental para lograr objetivos y en ello están incluidos los errores. Paraguay en los 90 fue una muralla inexpugnable sin fisuras defensivas, Brasil hizo lo técnicamente correcto, pero lo forzadamente imperfecto. Un Paraguay eficiente y un Brasil ineficaz hicieron un partido de un solo lado, jugado al límite y con rasgos de heroísmo.

Este Paraguay es un equipo en construcción. La llegada del “Toto” Berizzo -Un Bielsista consumado- ha sido oportuna. El DT y su perfil bajo esconden a un guerrero y sobreviviente que ha desafiado pruebas dificultosas. Enfrentó con valentía una lucha al cáncer de próstata y le ganó el partido. Su personalidad calza con el espíritu guaraní que tiene impregnado el espíritu batallador y defender en el fútbol está en su ADN. En este poco tiempo Berizzo ha logrado un sistema defensivo compacto y agresivo, pero la materia pendiente está cuando debe hacerse vertical y pasar al ataque sin perder el orden. Por ello hizo partidos memorables ante Argentina y Brasil, pero no fue igual contra Qatar y Colombia donde buscó ser protagonista.

Un partido con mucho ritmo e intensidad física genera desgaste y difícilmente puede sostenerse, menos ante Brasil, que tiene muchas variantes ofensivas y hoy cuenta con un jugador tan desequilibrante como Everton que rompe líneas desde la individualidad. Paraguay puso los pies bien puestos a tierra y sabedor que era complicado ganarlo, lo fue llevando hacia su conveniencia, ayudado también por la fortuna. Fernandez sacó dos goles cantados, el palo le dijo no a una jugada superlativa de William. Everton, Coutinho y De Jesús se la devoraron en la puerta. El balón regresaba a campo guaraní pero el reloj bajó a la cancha para ser la pulga en la oreja del equipo de Tité. 

La encrucijada de la definición por penales pone a prueba el temple para soportar el nerviosismo que recorre el cuerpo y hace temblar las piernas. El tiro de los doce pasos es una dosis de sufrimiento adicional que acelera a mil las pulsaciones en cada ejecución. El capitán Gustavo Gomez el emblema guaraní y Derlis González la joya paraguaya, erraron sus disparos. Firmino en Brasil pagó caro su afrenta a la cara de desprecio ante Perú. La última oportunidad quedó en los pies de Gabriel Jesús, que definió con mucha categoría y logró que la “Canarinha” deje en el camino a un corajudo conjunto Paraguayo que no pudo repetir la historia del 2011 y 2015.

Brasil ya está en semifinales y deberá disputar su acceso a la final en el estadio Mineirao, de Belo Horizonte, el mismo lugar y la misma instancia del Mundial 2014 donde fue humillada por 7-1 ante Alemania. El fútbol es generoso, pero a veces y solo a veces tiende a ser también travieso con la historia. Desde aquella vez Brasil viene curando una herida y ganar esta Copa América sería el bálsamo perfecto. La torcida brasileña tiene confianza en el equipo de Tité, pero para que ese recuerdo nefasto no se traiga al presente renuevan su fe, en el nombre de (Gabriel) Jesus.




No hay comentarios:

Publicar un comentario