Sinfonia para una noche de tinieblas

Cuando uno lo mira de pies a cabeza, repara por su contextura. Una pinta de rapero rasta, con devoción extrema por las hamburguesas, la sonrisa tímida de su rostro moreno y el acento colocho entre los dientes. Cuando pisa el césped, la visión se hace lumbrera. Tiene el prodigio en esa zurda que de cuando en vez suele lustrar con afanoso antojo y cuando lo hace, los rivales le temen, porque es rápido de pensamiento y posee la potencia de una locomotora. La fineza de su zurda ha marcado diferencias en nuestro fútbol doméstico, tan endeble y falto de figuras relevantes. Cuando Johnnier Montaño llegó al puerto, los hinchas –también la prensa- le reprocharon los kilos del cuerpo, pero no repararon en los quilates de su poseído y diabólico juego, ese que a veces se hace vital y determinante, para este Boys, que cuaja su futuro, en resultados entrecortados que va forjando en el camino.

La jornada terminaría anoche con un Cristal que asomaba en regularidad y un Boys luchando por romper un empate incoherente. Hasta que alguna mano divina –quizás muy cerca del puerto- desapareció la luz del estadio. Allí se bajaron las revoluciones celeste y afinaron las ganas los rosados, porque cuando amaneció artificialmente, se vino un vendaval porteño que encontró aún adormitados a los rimenses. Fueron dos mazazos, directos y sin vacilación que hicieron añicos la esperanza que se hacía fuerte en la florida. Hasta que esa misma mano divina, que se llevó la luz, dejó un cachito de tiempo y dejó para el epílogo a que el regordete y vilipendiado Montaño, se vaya a la esquina, lustre la lámpara y saque los demonios que tiene guardados. Apuró el enganche y dibujó una parábola, inmensa, descomunal, que fue a parar al fondo de las entrañas de un desubicado Delgado. Un soberbio golazo como para apagar las luces –de nuevo- e irnos de una vez del estadio. Allí quedaron sepultadas las esperanzas celestes que con esto, aún no están extintos, pero en el camarín hubo un extraño olor a muerte lejana.

En el fútbol moderno, aquel equipo que peca en ser redundante, se hace previsible y corre el riesgo de ahogarse en sus propias intenciones. Hoy es importante el reinvento, la idea clara, la cabeza fría y el corazón caliente. Si nuestro fútbol no trasciende las fronteras, es justamente porque sus equipos, son inestables en esencia, en la brega exigente se hacen débiles y sus jugadores tienen una intermitencia que va mas allá de lo tolerable. Por ello se ven rendimientos y resultados disparejos, tan gitanos y a veces alejados de nuestra realidad.

La “U” está haciendo de su carencia de argumentos, una malsana costumbre. Vocaliza la expresión importante, a su mejor tenor: Mayer Candelo. Pero cuando el “colocho” no está irradiado de magia, termina siendo un frustrante actor que minimiza el protagonismo y la tarea que deberían hacer sus acompañantes. Esa dependencia dañina hace que los cremas cuando ganan y sonríen, sea por factor individual y pierda puntos por un diseño errado de función de equipo.

Alianza se ha llevado puntos valiosos a Matute, le sirven para su recuperación anímica, aunque sigue dependiendo que sus individualidades marquen la diferencia. Por lo pronto Maestri trajo el gol tan esperado. Mi Muni querido, se fue muriendo como sus ansias y sucumbió ante sus limitaciones. Extraña mucho al Sawa bullidor y le reza a las mil vírgenes para que su orgullo maltrecho no lo termine de liquidar.

El torneo nos deja para el análisis a dos equipos de provincias –con muchos jugadores limeños- que mantienen un lugar expectante. Bolognesi, se ha quedado encaramado en la cima, repitiendo campañas anteriores, con un equipo modesto pero prolijo en sus líneas. El pensamiento de Reynoso al parecer ha empezado a calar en las huestes tacneñas, a pesar de que tuvo un comienzo incierto, la apuesta por el largo plazo, es una constante de la directiva. A tropezones ha logrado pasar por entre los cadáveres de los grandes que luchan contra sus propias realidades opuestas y ya le llegó la fama, ahora viene lo mas difícil, mantenerla.

El Ancash, está sentado en un sillón cómodo, a las faldas del Huascarán, se hace invencible en casa y sale de cacería por pagos ajenos, al margen de su pasado tormentoso, del cual no es culpable, está en el pelotón de oferentes para un lugar privilegiado al final del clausura. Que pueda llegar mas lejos, va a depender en demasía que siga cosechando puntos en Huaraz y de cuando en vez se vista de pirata para traerse ilusiones ajenas.

Hoy tenemos una tabla de posiciones inimaginable. El final de esta semana que se avecina, de seguro va a pintar una acuarela diferente, con distancias que se dibujarán en horizontes más lejanos o cercanos. Pero en el fondo no deja de ser una tabla inédita, tan inverosímil, pero tan real como nuestro fútbol nuestro de cada día.

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