La garra rompió el Cristal

El campo artificial del José Díaz, luce hoy un verde palidecido, quizás reflejando en mucho nuestro fútbol doméstico, pero también desnudando un mar de sospechas a su calidad defendida a ultranza por los que manejan su entorno. Allí saltaron Cristal, con la soga en el cuello y un futuro afligido, el rival Universitario, vilipendiado y amado por su propia hinchada, ambos representantes de la hegemonía de un clausura que asoma inédito, con una tabla que pareciera encontrarse al revés, con un Municipal encaramado en la punta y su fiel hinchada rezando para que el campeonato se acabe hoy mismo. Caso diferente para los llamados grandes, la pasan mal y sus presupuestos hoy resultan siendo paupérrimos en comparación con los resultados.

Siempre se habla de la garra en el fútbol, por eso la “U” ha sido reconocida, Cristal en cambio, siempre se ha caracterizado por ser un equipo aburguesado y conformista. A la hora de la verdad estas premisas resultan siendo ciertas, mas aún cuando hay mucho en juego, la “U” deseando aquietar las aguas y acercarse a la cima y Cristal buscando salir a flote y tomar aire, porque cada vez siente que se hunde más en el mar de la incertidumbre. Por eso el rostro de Oblitas, con la mirada en el limbo, se disipó en esa torre humana de color crema que se hizo al final de los 90’ para celebrar la victoria merengue, sin entender como se le pudo ir de las manos, por eso se fue del estadio, tranquilo, sin hablar y acompañando sus pasos perdidos.

Mayer Candelo es colombiano, tiene el caminar cancino y acompasado, es un jugador distinto y marca la diferencia, por su rapidez mental que resuelve en segundos lo que parece difícil, últimamente fue desacreditado, por su poco afán a enfundarse el overol de obrero en la cancha, es el líder de una “U” irreverente, distinta para con su legado. Michael Guevara, es peruano y es una de esas “promesas” que asoman en nuestro fútbol, su etiqueta relevante es asemejarse físicamente al “Maestrito” Solano, por ello su apelativo. Tiene en los botines quizás mucho más de lo que él mismo sospeche. Es de aquellos jugadores que requieren un espacio para ser figuras, ayer le tocó estar a la sombra de Montaño y hoy a la de Candelo, coincidentemente, ambos Colombianos.

Pero anoche los dos no se encontraban, se buscaron mental y físicamente, pero unas veces la cancha y otras la pierna del rival lo impidieron, en un partido de ida y vuelta, los errores se hacían más notorios. Pero los genios requieren a veces de un par de minutos, Fano ya había generado el empate con un fierrazo a boca de jarro. Cuando las agujas extinguían lo que parecía una paridad, se juntaron, primero el colombiano, viniendo desde atrás, inventa la jugada, que queda trunca, pero Guevara la encuentra, en el área, de espaldas a Delgado, entre tres despistados defensas rimenses hace una pintura, para dejar que Candelo, defina con la que menos sabe, la diestra, pero suficiente para reventar la trinchera norte que explotó de júbilo y se fue contenta a casa.

Siempre se habla de la justicia en el fútbol y es real, no existe, es una cuestión de oportunidades, Cristal se encontró con el gol, sin merecerlo, no supo liquidar el partido y entonces las circunstancias le pasaron la factura. Al frente estaba un equipo que hojeaba su libro de historia y encontró la página justa, que hablaba de garra, pundonor y nunca bajar los brazos, aplicó la lección aprendida y era cuestión de tiempo derribar esa torre imaginaria de la adversidad. Fue oprimiendo y luchando, el rugido de la 12 se hizo mas fuerte, viniendo de atrás, con dientes apretados, dos estupendos goles, se llevó una victoria merecida, que lo deja cerca de los puestos de vanguardia, dejando a Cristal como a un enfermo que ha pasado repentinamente a cuidados intensivos, aún cuando los médicos ha brindado su mejor esfuerzo, su diagnóstico sigue siendo de pronóstico reservado.

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