El mundial de las ausencias

Los cuatro años de espera, han terminado. El día en que el mundo se paraliza, para ver rodar el balón en una nueva justa mundialista, ha llegado, y esta vez, como tantas veces, el fútbol será nuestra leche y comida, nuestro sustento diario, que alimentará nuestras emociones y encenderá las pasiones. Serán días de euforia o angustia, para todas las naciones que tienen un puñado de hombres en Sudáfrica, luchando por su bandera y su camiseta, para alcanzar la gloria de besar la copa como campeón del mundo. Mientras, los peruanos, como tantas veces, nuevamente nos preparamos, para sentarnos en las tribunas imaginarias de un cómodo sofá, encendiendo la TV en HD y de las pulgadas más anchas, para disfrutar de la esencia del fútbol que nos encandila, que nos cautivará íntegros, así sea enarbolando banderas ajenas o celebrando alegrías extranjeras.

En un mundo globalizado, donde el fútbol es una industria que mueve toneladas de dólares y euros, donde los futbolistas son reyes midas de sus propias existencias, a veces hay tragedias que no pueden resolver, ni el más poderoso empresario, ni el mas millonario astro del balón, con licencia para el derroche extravagante. Hoy, en que deben ser atletas, antes que jugadores de fútbol, ninguno, por muy grande que sea su estrella o estrafalaria su cuenta bancaria, puede estar ajenos a una lesión caprichosa, esa que es como una maldición perversa, y que asesina sin compasión, a sus más cándidas ilusiones.

De todas las selecciones, Alemania debe ser la más castigada. Primero fue el deceso de su arquero titular, Robert Enke. Su reemplazo René Adler, decidió dejar el mundial, pues tenía una cita con el quirófano. El volante Simon Rolfes, no pudo superar su lesión a la rodilla y quedó fuera de lista. Pero la más significativa y también la más dolorosa, ha sido la de Michael Ballack, el volante del Chelsea y capitán teutón, sufrió la lesión de tobillo a manos de Kevin Prince Boateng, en la final de la copa de Inglaterra, quien es jugador de Ghana, rival de Alemania en el grupo D de la primera fase. Se habló mucho de la premeditación, pero igual Ballack se quedó sin mundial. El que tomó su lugar, Christian Traesch, sufrió la misma lesión y para dar crédito a esta “maldición” Heiko Westerman, se fracturó el pié izquierdo y ya es para echarse agua bendita.

Antes de ello, Inglaterra había perdido figuras de manera encadenada. Primero fue su estrella mediática David Beckham , quien sufrió la rotura del tendón de Aquiles. Quizá la más grave para su recuperación y la mas catastrófica para sus patrocinadores, quienes ya han declarado pérdidas millonarias de publicidad. Michael Owen, también se lesionó casi de la misma forma y quedó postergado. Tras los escándalos sexuales que atormentaron la casa británica, Fabio Capello, le quitó la cinta de capitán a Jhon Terry y se la cedió a Rio Ferdinand, pero este último, no pudo superar su lesión a la rodilla y se tuvo que bajar del avión a Sudáfrica.

Andrea Pirlo, puntal de la selección Italiana, sufrió una distención en la pantorrilla y su recuperación puede durar 20 días, casi lo que dura el mundial. Por América la cosa no ha sido esquiva. El hondureño Carlos Costly, se fracturó el tobillo en su mejor momento. El “Chupete” Suazo, la esperanza de gol para Chile, se aferra a superar el desgarro en el isquiotibial de su pierna izquierda. La FIFA ya aceptó el tratamiento con plaquetas, que vía intramuscular es considerado dopaje. Le colocarán directamente en el tejido dañado, buscando reparar una ausencia notable, que ya se hace notar.

Las selecciones africanas, también han sufrido en carne propia lo que significa una pérdida valiosa o una desdicha inconclusa. Ghana, tuvo que aceptar con impotencia, cuando su mejor jugador Michael Essien, se quedó con sus anhelos de brillar en este mundial. Pero no sería el único. Nadie hubiera presagiado siquiera, que en un partido amistoso ante Japón, en una jugada aparentemente normal, la estrella del Chelsea inglés y capitán de la selección de Costa de Marfil, Didier Drogba, sufriera la fractura de su brazo derecho. Aunque hay una remota posibilidad, todo hace indicar que también se perdería el inicio mundial. Sven-Goran Eriksson, su DT, considera aún posible que pueda llegar, apelará a jugar con protección si es necesario, pero desde ya están mermadas sus posibilidades.

Quien sabe la ausencia más lamentable, por su trascendencia para los que amamos el fútbol, sea la de Salvador Cabañas. El extraordinario delantero paraguayo, no estará en el mundial y sabe Dios si algún día vuelva a pisar una cancha de fútbol. Su recuperación es asombrosa y digna de su fortaleza, pero no estará en este mundial, por obra y gracia del infortunio, que le dejó una bala clavada en su cerebro, pero enterrada para siempre, la alegría de su gente, que deseaba celebrar con él, un gol, en una justa mundialista.

Algunos extrañarán a Ronaldihno y Adriano, otros putearán a Maradona por dejar a Cambiasso y otros nombres que se quedaron en casa. Pero este mundial será de los equipos resultadistas, de los que se aferren a inmovilizar al rival, para después ir en busca de la red. Será de los equipos, donde los técnicos tengan tanta o más importancia que los propios jugadores. Y es que el fútbol moderno, tiene como ingredientes mucho de estrategia, sudor y jerarquía, un poco de buen juego colectivo y una dosis generosa de inteligencia. Será un mundial con ausencias por obligación, pero también será porque hoy, son más importantes los hombres, que los mismos nombres.

A prepararse, que ha comenzado la fiesta mundial del fútbol.


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