Una noche de cuervos

Tengo amigos hinchas de la U por doquier. Conozco fanáticos cremas y me he encontrado con hinchas acérrimos que destilan sangre merengue por sus venas. Pero mi buen amigo Erick, es un caso especial. En cualquier lugar que lo encuentro, siempre hay una arenga o una vivencia para con su equipo, que me conmueve en demasía. Para alguien que tiene el pecho edil, acostumbrado al sufrimiento, cada vez que lo escucho, siempre me queda esa rara sensación, que uno puede ser, hincha apasionado y amar una camiseta, pero muy pocos, pueden ser predicadores del evangelio futbolístico de su equipo, mas aún, cuando en ese amor y fidelidad confeso por sus colores, siempre están presentes, sus vivencias compartidas a veces alegres, a veces tristes, con su hija, quien ha heredado ese sentimiento, a veces irracional por Universitario.

Erick, se fue al “Lolo” Fernández -un templo de fervor crema- y mientras su hija sudaba en el voley, con la U en el pecho, él, apretaba las manos y rogaba porque sus temores escondidos de perder ante los “cuervos”, sea al menos por la mínima diferencia y al final, no sea una señal de un mal presagio, por lo que pudiera pasar en Asunción. Temprano me comentaba, esa forma desdeñosa y exagerada que tenían los “fanas” del “ciclón” en su dignidad, como valoran y comparan con sus rivales acérrimos, las estadísticas de eliminaciones en copa, la menor asistencia en un estadio y el simple hecho de no permitir -aunque estén eliminados- de que estén demasiados peruanos en la popular visitante y la U pudiera parecer, ser local en su propia casa. Debe ser una cuestión de actitud calenturienta o parte de la identidad del hincha argentino, pensaba para mis adentros.

Pero el nuevo Gasómetro lució despoblado de hinchas “cuervos” y en cambio, muchos corazones cremas en la tribuna, lo llenaron de banderas. Esta U solo debía ir por la igualdad y lucía confiado. Este San Lorenzo, sumido en sus pesares internos, solo se arreglaba el cabello para salir a un compromiso asumido por las circunstancias. No era su lucha, tampoco su responsabilidad, esa era una carga para el rival. La U solo jugaría a no dejarse vencer por San Lorenzo, pero debía evitar la fatiga mental, por la ansiedad de saber que pasaba en Asunción, con el San Luis mexicano. Pero este equipo “cuervo” no esperaba –y tampoco es su culpa- que su rival salga timorato, deshilachado y por momentos autosuficiente, quizás ensalzados mas de la cuenta, por ese exceso triunfalista de la prensa peruana, que siempre logra poner en un pedestal a un equipo o un jugador y mandarlo al demonio al día siguiente por un mal resultado.

Era el minuto 21” y mi amigo Erick, acompañado de hinchas cremas, digerían un trago amargo. Calheira, el que debía meterla para estar tranquilos, traiciona su función y marca en su propio arco. Era lo previsible –pensaba Erick- pero otra desatención crema, deviene en un 2-0 que más que una sorpresa, ya era una fatal preocupación. Los hinchas no dejaban de alentar en la tribuna. Pero la U no aparecía y entonces el partido se hizo una pantalla de TV dividida entre Bajo Flores y Asunción. El reloj en el “Lolo” era otra pantalla gigante y los temores y angustias, fueron calando los nervios como perros de presa. Esa garra crema, tan enaltecida, tan orgullosa, no apareció nunca y el desgano fue un jugador que se metió a la cancha y para desgracia, se puso la camiseta crema.

El fútbol es una cuestión de oportunidades, es cierto, pero debe existir una cuota de actitud y entrega, para que se muestren a favor. Buscar un resultado de visitante, implica guardar precauciones y tener mucha paciencia para ir dibujando el panorama dentro del verde. Un planteamiento defensivo, no solo es cuestión de amontonar nombres, también es una cuestión de estrategia y un cachito de inteligencia. Si Solano no arrancó es porque no llegó 10 puntos al partido, sus minutos en la cancha fueron nada y ese botín derecho tan recordado en Argentina, se quedó en Lima, junto a ese equipo dúctil y funcional, que hizo ilusionar tanto a los peruanos y los pasquines, ya celebraban por adelantado una clasificación merengue.

Hoy temprano, vi a mi amigo Erick. Su rostro melancólico y su andar desencantado, me hicieron sentir una congoja ajena, mucho más cuando me contó que su hija, aún sabiendo el resultado, trataba en su inocente fervor, de seguir haciendo cuentas con la calculadora, quizás no resignando una suerte definida por un gol de diferencia. Talvez tratando de remendar su desazón por ese gol mexicano en el epílogo de sus angustias. Quizás también porque ella tiene la misma sangre de su padre, tan crema como la suya y tan caliente como esta noche de cuervos, donde se esfumaron esas alegrías que estuvieron tan cerca de los ojos y han quedado regadas por el suelo, tan lejos del corazón y hecho trizas en el sentimiento
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2 comentarios:

  1. Lindo articulo... muy emotivo. Como hincha de Alianza voy a guardar respetuoso silencio por Universitario... total, tengo mi propio espacio para decir lo que pienso. Me gustaria que uno de estos dias se animara a escribir algo sobre la problematica y el estancamiento del futbol Peruano. A lo mejor he perdido la pasion del hincha joven, ya no lo soy, por eso pienso que tal vez ese tema no requiera de tanta lirica que probablemente confunde mas a nuestros jovenes. Se lo digo con el mayor respeto.
    Saludos.

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  2. La verdad somos mvy faciles de engañar x la prensa de a china, por otro lado, como hincha, imagino k vno piensa "esta es la oportvnidad de hacerla", sin embargo pocos son los k con ambos pies en el svelo ver la realidad. Les faltó plantel de lejos, y Solano está para jvgar aki nomás. En el fvtbol actval por desgracia ya no sirven solamente las ganas, hay ke tener tambien gente ke sepa en la cancha, y en vniversitario la garra perdió filo hace mvcho.

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