En el fútbol, el penal es la
pena máxima. Se entiende como la sanción a una infracción ante una acción
vedada dentro del área. Pero en un mundial, en una instancia de octavos, para
poder dilucidar al ganador de un partido, donde ha existido paridad en todo ámbito
de competitividad, la tanda de penales, resulta siendo un castigo para ambos
equipos. Una condena de alta tensión para los jugadores y un daño colateral,
con el sufrimiento extremo para los hinchas. Se relaciona al azar, a la técnica, la
decisión, personalidad o categoría para la ejecución, pero siempre no pasará de
ser una medida extrema y consecuencia, de aquello que no se pudo resolver, en el tiempo
reglamentario.
En la etapa de octavos del
mundial ya no se juega con el plus adicional que hay otro partido para poder
reivindicarse. Solo queda seguir en la brega o hacer las maletas de regreso a
casa. En esta fase se juega de manera muy táctica y los equipos se someten a la
exigencia máxima física y mental. Las estrategias tienen un estudio del rival, sus
fortalezas y debilidades, que generan el sistema adecuado para buscar el mejor
resultado. Francia hizo un derroche de poderío y vapuleó a una Argentina, que
solo pujó hasta lo que le quedó de aliento. Portugal, sucumbió ante el coraje
de un Uruguay, que impuso su raza y temperamento. En esta llave hubo, futbol, calidad,
sufrimiento, angustia y goles. Hasta el final de la tarde, aún se respiraba un
aroma de mundial.
Hoy le tocó a España. Un partido para el aburrimiento indigno. Aun con
los traumas del inicio de un mundial acéfalo. A 48 horas del debut era
despedido Lopetegui. Con un inicio tacaño de cuatro partidos tres empates y un
solo triunfo ante Irán sufriendo hasta el epílogo. Esta España ha dilapidado la
poca estela que le quedaba de aquel estilo de juego estético y efectividad
arrolladora. El toqueteo intrascendente, la horizontalidad obtusa y su propia
identidad, tan negada como extraviada, no podían llevarlo a buen puerto. Hoy
fue eliminada en la tanda de penales, por el anfitrión Rusia, que tuvo un antecedente
negro, pero en base a un juego mezquino, un orden militar y una efectividad
impensada, se metió a octavos, sorprendiendo a todos y ahora va a disputar
cuartos de final.
Rusia es la prueba palpable que hasta para hacer un juego
mezquino y formar un muro infranqueable, aprovechando el menor error del rival,
en el objetivo de conseguir resultados, hay que tener una planificación, nada es producto del azar. España terminó en
una tanda de penales lastimera, el fin del ciclo de una generación que hizo creer que
sería eterna. Una despedida indigna para un astro del futbol como Iniesta, que
merecía un marco más refulgente. En el estadio de Luzhniki se quedarán las
cenizas de esta selección que no estuvo nunca a la altura de las expectativas. Fue candidata,
mas por antecedentes que por capacidad mostrada.
El otro clasificado fue Croacia
que también venció por la tanda de penales a Dinamarca. Partido de ritmo empalagoso,
lleno de errores donde ninguno mostró alguna superioridad evidente. Dinamarca
se puso en ventaja tan rápido que ni siquiera se dieron cuenta. Mandzukic lo
empata en el marcador y en el juego. Croacia empieza a extrañar tanto ese
colectivo que lo llevó a ser primero en su grupo, postergando a la Argentina.
Ambos rivales quedaron enmarañados a una estrategia de no perder, más que
arriesgar a ganarlo. Modric la tuvo en los pies desde los doce pasos antes de
que el reloj se los lleve de encuentro. Los peruanos nos sentimos aliviados por
Cuevita, cuando el mejor jugador del
mundial –hasta ahora- erró su disparo y dejó abierta la puerta a la temida
ronda de los penales.
En la sentencia máxima fue más
efectivo Croacia. Un duelo espectacular de los arqueros Schmeichel de
Dinamarca y Danijel Subasic que fue el héroe croata al atajar tres remates. Esta
vez Modric acertó desde los doce pasos, revirtiendo su error anterior y Rakitic
hizo el definitivo para dejar al equipo balcánico a la espera de Rusia en
cuartos de final. No fue esquivo ponerse a pensar que Perú pudo estar
disputando esta instancia y se nos pasó por la cabeza que pudimos tener otra
historia y que estuvimos a un penal que finalmente hizo la diferencia.
España se va del mundial más
por una falta de juego y su escasa capacidad de revertir su realidad que por el azar o la efectividad de los penales. Y es que existen
muchos imitadores de Guardiola, pero el Tiki Taka debe tener profundidad, dinámica,
precisión y velocidad, sino no sirve de nada. Pep solo hay uno, es el puto amo del
futbol.
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