EL MAESTRO EN LA DERROTA

El Maestro Tabárez toma asiento con la dificultad de sus años y deja escapar esa sonrisa retorcida que lo caracteriza. El partido ha terminado y su rostro sosegado contrasta con lo que su equipo suele dejar en la cancha. El Uruguay de los pocos habitantes, pero que en materia de futbol posee un corazón gigante, una voluntad férrea, diamantina y un espíritu combatiente a prueba de conflictos. Ese equipo ha sucumbido ante Francia y ha quedado eliminado de la copa del mundo. Tabárez, ante la interrogante que han aprendido de la derrota, responde “Ninguna, se aprende solo de la primera, con las demás solo se sufre. No será la primera vez que ello suceda” Un mensaje contundente y didáctico que el futbol no termina en un partido, pues siempre hay lugar a otra oportunidad para volver a empezar.
 
Los rostros tensos y serios de los jugadores, cuando entonaban sus himnos, daban a entender que iba a ser un partido muy disputado. Con mucho nervio y entrega para disputar cada espacio de terreno, son los partidos predilectos para los uruguayos. Deschamps, lo sabía muy bien, pelearlo en el cuerpo a cuerpo no era mejor alternativa. Era mejor apelar a su gran cartel de individualidades y su poderío físico y técnico. Buscar la eficacia desde el juego, evitando la fricción y enlodarse en una contienda de músculo puro, que es un terreno delicioso para Uruguay. Evitarlo sin ensuciarse, es inevitable, pero esta Francia posee jugadores que saben aparecer con prestancia, en los momentos dificultosos.
 
Deschamps plantea el 4-2-3-1 nominal conocido, con variantes posicionales para el retroceso. Pogba más ofensivo, respaldado por Kanté y Tolisso, en un trabajo prolijo de recuperación. El tridente de siempre MBappe abierto por derecha, Giroud de punta y Griezman como enganche y en su función de mariscal de campo. El Maestro Tabarez con un 4-3-1-2 inicial que se hace un 4-3-3 en función de espera, a desmedro de quedarse sin volumen ofensivo. Stuani va por Cavani, más recogido y buscando tapar la salida limpia.
 
Juego cortado, soso y hasta limitado. La resistencia celeste versus la insistencia francesa. El flanco izquierdo de Uruguay el más asediado, MBappe pegado a la banda evitando subidas de Laxalty apoyado por Pavard que trepa seguido. En Uruguay Nandez sobresaliente anulando a Hernandez. Le corta el juego a Francia pero le cuesta encontrar el equilibrio. Suarez alejado de la escena, extrañando a su “partner” Cavani que por el planteamiento francés, tampoco iba a tener espacios, aunque no se puede predecir si ese par de potros indomables estando libres, alguien pueda estar ajeno a su galopada y esa bravura que les permite escribir la historia a su manera.
 
El gol es consecuencia del asedio francés. Tuvo que ser la pelota parada. Jugada preconcebida, lo cobra Griezzman a media altura y mientras la defensa guaraní tiene tomados a los atacantes galos, aparece de atrás Varane, se adelanta a todos y conecta de cabeza, la puso abajo, lejos del alcance de Muslera. La tuvo Uruguay. Cabezazo contra el piso de Cáceres, Lloris pone la mano milagrosa y evita la paridad.El plan uruguayo de mantener el cero hasta acomodarse y aguantar el vendaval galo, se fue al agua. Paradojas del futbol, la celeste mordió la manzana que tenía su propio veneno. 
 
Tabárez tira al “Cebolla” Rodriguez, buscando un apoyo a Suarez, que no se encontró en el partido. El cerco y anticipación francés lo anulan fácil al no tener a Cavani de referencia. El objetivo de buscar la paridad se esfuma, como el sueño de los uruguayos, cuando el que menos fallaba y el más regular de todos, le vio la cara al infortunio. Griezzman ensaya un remate seco y mordido que descoloca a Muslera. El arquero pone mal las manos, el balón se le escurre y se va adentro en un blooper que pone todo cuesta arriba. 
 
Con resultado puesto, Francia manejó mejor los tiempos, circulando adecuadamente el balón. Uruguay en su estilo, sin bajar los brazos, pero lejos del área. Se ve un equipo fragmentado que facilita a Francia el control del juego. No fue buen partido de MBappe, no le dieron espacios para desbordar. Pero esa preocupación minimizó a un Uruguay que no encontró formas de desbordar y buscar a Suarez.
 
"Hoy lo único que se terminó fue un sueño, pero después de que se termine este mundial van a haber más partidos, la Copa América. Así como se terminó un sueño van a venir otros que hay que tratar de perseguirlos y de conquistarlos". En el día del Maestro, Óscar Tabárez sentencia el epílogo de un momento de tristeza, con toda la nobleza de una persona que aprendió de las derrotas a ser cauto y paciente. Un hombre bueno que imparte a sus jugadores enseñanzas de vida y que tiene muy claro que para perseguir un sueño, cada mañana hay que estar bien despierto, para mirar a la realidad que se posa en la ventana.

 

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