Germano Löw

Lo que es el fútbol. Siempre se terminan cumpliendo los preceptos que lo hacen una pasión de multitudes. “Goles que no haces…goles que te hacen” reza la frase que acompaña las oportunidades que se presentan en un encuentro y que si no son aprovechadas cuando te tocaron, en su momento, después te arrepientes, pero en la mayoría de casos, tiene efecto retardado y hace más daño a la tribulación de no haberla aplicado, pero ya resulta irreversible. Francia salió dispuesta a resolver temprano. Creó dos situaciones de gol claras. Ninguna las aprovechó y Alemania, sin despeinarse, hizo un gol y manejó el partido a su antojo. Ya está en cuartos y esperando pacientemente el día del partido con Brasil.
 
El equipo alemán es muy compacto en sus líneas, pero este equipo en particular, tiene una peculiaridad, es como si calentara de a pocos. Los equipos que lo atacaron en los primeros 15 minutos, con orden y vehemencia, le llegaron bien, pero no resolvieron. Esta Alemania es como esos asesinos que se ven amenazados, si solo logran herirlo, es mejor que recen, los va a liquidar sin compasión. El tema pasa porque posee un plantel rico en musculo y talento. Tiene un arquero A1, que es un libero más que alivia el trabajo de sus centrales Hummels y Boateng los que a su vez cubren con rapidez las espaldas de los volantes centrales Khedira, Kroos y Schweinsteiger, Lahm es un defensor con vocación creativa, tanto por banda como el centro. Ozil es un enganche que aunque no luce su mejor juego, es incisivo y generoso para cubrir los espacios. Arriba está Muller, un caza recompensas, un loco suicida que no duda en resolver con la vida misma esas pelotas que parecen perdidas.
 
Solo bastaron 13 minutos para con una jugada trabajada, pero que tuvo complicidad de la defensa gala, hizo el primero y después sin muchos lujos, apelaron a la seguridad en líneas y la precisión del pase justo, para mantener el balón el mayor tiempo posible en campo rival. Mats Hummels tiene una versatilidad bárbara para mostrarse en las dos áreas. Marco de cabeza y defendió hasta cuatro mano a mano de alto riesgo. Miroslav Klose jugó 69 minutos, pero no logró marcar. Sin embargo, el peso que dio al ataque alemán fue muy necesario para desequilibrar a la defensa. La primera parte fue un control total del balón de Alemania con esporádicos avances franceses. Los volantes germanos, plagados de buen toque, llevaron el balón desde el medio hacia las bandas intentado abrir a la defensa francesa. Mucha importancia tuvo ahí el despliegue de Müller y Klose a las espaldas de la defensa gala.
 
Desde un primer momento, los dirigidos por Didier Deschamps se vieron sometidos al manejo de pelota del mediocampo rival. Algo que se fue acrecentando a partir del tanto de Mats Hummels. Recién sobre el final de la primera parte tuvo una chance clara Valbuena, bien tapada por el arquero alemán. En la segunda parte pasó poco. Los teutones le cedieron la iniciativa a los galos, que no tuvieron la inventiva necesaria para complicar a una defensa que, a diferencia del encuentro ante Argelia (mucho tuvo que ver Hummels), estuvo siempre bien ubicada. Sobre el final, Lloris le tapó a André Schürrle un contragolpe que era para liquidar la historia.
 
El partido pudo tener distinta historia, si no es porque Manuel Neuer, le tapó el remate a quemarropa a Karim Benzema a segundos del final que decretó el triunfo con justicia, no porque haya sido mucho más que su rival, apenas le alcanzó con entender qué era lo que había en juego. Por la historia, los germanos eran los candidatos, y en la cancha lo demostraron porque le hicieron sentir a su rival que eran mejores. Así, los dirigidos por Joachim Löw se metieron en la cuarta semifinal seguida en Copas del Mundo.
 
El tanque alemán debe resolver algunos temas pendientes de cobertura en defensa. Brasil tiene la particularidad de ser vertical y abrir la cancha y jugar a meterse por bandas y resolver con la puñalada al área. Alemania es sólida en sus líneas y sus jugadores parecen experimentados. Le viene una prueba ante el anfitrión, casa ajena para ellos acostumbrados muy poco de visitar tierras latinas, aunque hoy en día se puede observar que han fusionado muy bien el estilo propio europeo, con la técnica sudamericana. Se espera una final adelantada, una prueba de sobrevivencia donde solo uno de los dos quedará con vida.
 
 
 

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