La Copa America del mundial

El mundial Sudáfrica 2010 está en el pico de efervescencia. La fiesta en las tribunas va dejando su huella de vistosidad, belleza y colorido. En el verde algunos participantes han tenido que abandonar la fiesta, porque no fueron invitados a los cuartos de final. Se quedaron con el traje de gala sin usar, con muchas desilusiones rotas, un boleto de regreso a casa y una valija con algunas decepciones individuales que golpean la confianza y esa expectativa que generaron, cuando llegaron a esta cita mundial del balompié.

Si algo ha tenido este mundial, es una clara muestra que las distancias en el fútbol ya no existen y la lógica, es solo una quimera circunstancial y endeble que tiene una credibilidad cada vez menos aceptable. Uruguay, Paraguay y Chile, eran las selecciones que acudían al mundial, con las mismas esperanzas de antaño, buscando cambiar la historia o morir en el intento. No pasar los octavos era predecible, regresar temprano no era sinónimo de fracaso, por la simple razón de no tener la bandera brasileña o argentina, que siempre son los llamados a ser los representantes y candidatos a pelear lugares de privilegio, pues un regreso prematuro tiene repercusiones tormentosas. Pero en ninguno de los pronósticos más creíbles estaba previsto que los representantes de Sudamérica, se pusieran de acuerdo, para colarse a la fiesta y vestidos de etiqueta, primero pasando los octavos y luego cuatro selecciones a esta instancia de cuartos de final, con la cada vez más creíble posibilidad, que hasta se pueda dar una final sudamericana.

Ya se han definido las llaves y los que han llegado a esta instancia lo han logrado de manera diferente y algunos de forma notable, meritoria y hasta histórica. Uruguay ha pasado la barrera generacional que dejó Enzo Francéscoli quien dejó sentado un liderazgo futbolístico, mas nunca pudo colocar su nombre en la siguiente ronda. Hoy en la era de Forlan y Suarez, está escribiendo una página gloriosa, como inolvidable, acaso y después de casi 40 años, se ponga tiro para definir un momento trascendental.

Paraguay, con gente corajuda y envalentonada por su raza, también está tejiendo su propio camino memorable. Ha conseguido ser un equipo sólido en defensa y con lo justo ha privilegiado su característica aguerrida y esta vez con una delantera que mete miedo. Puede pasar de ser una agradable sorpresa a una embriagante realidad, porque tiene con qué hacerlo posible.

Chile se ha ido dejando la sensación que su atrevimiento de jovenzuelo avezado, le costó caro y sangró demasiado temprano. Pero ha quedado sentado que hay aires de cambio generacional y actitud en su fútbol. El equipo de Bielsa se fue raspando la posibilidad de querer y no poder, pero dejando latente, que hay madera para seguir la senda. Por lo pronto ya tiene el respaldo de su gente, algo que algunos vecinos les ha quedado como materia pendiente.

Argentina, ha plasmado en la red la calidad individual de sus hombres y con eso le alcanzó mas no le sobró nada. Su ícono Lionel Messi, solo ha jugado para 7 puntos, y solo le falta el gol para convertirse en lo mejor de este mundial. Por encima de los sentimientos encontrados que Maradona tiene para con su engreído, el Lio marca la diferencia con el resto, mucho del éxito de Argentina, dependerá en demasía de los botines del Messi..as, es el único superhéroe que rompe los esquemas y los rivales, apuntan a encontrar la kriptonita. El D10s espera impaciente, que su estrella fugaz, lo siga iluminando, como en el 86, cuando tocó el cielo con las manos.

Brasil, tiene demasiada experiencia y mucha riqueza técnica que ha sabido sacar de pocos y según su necesidad. Es candidato firme para llegar a la final, porque su colectivo lo hace fuerte atrás y fulminante en ofensiva. Dunga puede que haya roto el molde tradicional, pero en esta era resultadista, hasta el mismo Brasil, se somete a los rigores de guardar el frac y ponerse el overol. Su calidad individual prevalece, pero su sistema rígido lo hace impenetrable. Solo le basta meter el cambio de ritmo, para avasallar al contrario, siempre que no haya algún iluminado que les estropee la fiesta.

Los partidos no se pronostican, se tienen que jugar. Cuando culminaban las eliminatorias sudamericanas, nadie en su sano juicio, pudo pensar siquiera, que cuatro representantes sudamericanos se estén jugando la posibilidad de entrar a cuartos de final y hacer que sea posible soñar despiertos. Los sudamericanos, estamos acostumbrados a soñar, es que además de ser gratis, se siente bonito y le hace bien al corazón. Solo queda, cerrar los ojos y esperar que la Copa América, se termine jugando en pleno mundial de Sudáfrica 2006.

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