Los compadres clandestinos del fútbol

Las cosas que tiene el fútbol. Quien lo diría, hace unos días estábamos maldiciendo nuestra suerte y soltábamos censuras unidas a oscuras predicciones, cuando nuestra selección fue abofeteada con alevosía y ventaja, sin que siquiera hagamos una mueca de defensa. Sin embargo, no tuvo que pasar mucha agua bajo el puente, para que volvamos a vestirnos de euforia, porque si algo bueno tiene el fútbol nuestro de cada día, son sus hinchas, su gente, que se evangeliza en hinchada fiel y deja de lado el pasado que lo acongoja, para llenar la tribuna y conceder sus pasiones a la justa causa de sus colores.

Un nuevo clásico, que dejó un resultado emparejado y tuvo como beneficiados a terceros, en la recta final de este clausura que amenaza con sorpresas arriba y abajo, pero también en la mesa de la FPF, que ya empezó a lanzar el tufillo de desagrado, para decidir por ejemplo, que el torneo del 2008 sea con 14 equipos. Bueno mas allá de producir arcadas, sabiendo como se maneja Burga y sus correlogionarios, eso no será ninguna sorpresa.


Hoy que nuestro fútbol vive horas de sabor desagradable, ha sido meritorio lo que se vio en la tribuna, gente vestida de esperanza para ver buen fútbol, que se fue tranquila, porque abajo en el verde, los compadres se enfrascaron en una riña que tuvo un tiempo para cada uno pero que mas allá de quien pudo haberse llevado el triunfo, nos ha dejado algunos signos de interrogación:

El “café” Mendoza, es un colombiano privilegiado y no por sus primores de buen futbolista, sino por esas horrorosas deficiencias técnicas de cara al gol, que tuvo y tiene a menudo, pero sin embargo, para su buena estrella, puede darse el lujo que en su hoja de servicios, figure haber jugado por Alianza y la “U”, encima de todo fue pugnado por ambos clubes, como si se tratase de tremenda figura. Cabe la pregunta ¿Quién se beneficia realmente con esta clase de fichajes?. Acaso la respuesta sea que el único tamiz que existe, es manejado de manera exclusiva, por ladinos dirigentes y vivazos empresarios.

Alianza siempre ha sido cuna de nuevos valores e incluso generó toda una vorágine de expectativas, para esperar la aparición de los nuevos “potrillos” que apacigüen la tan necesitada regeneración de nuestro fútbol. Pero, su hoy técnico Arrue, aún no se atreve a soltar a Reimond Manco desde el inicio e insiste en los nombres de reventados gladiadores íntimos. Acaso la aparición de nuevas figuras, dependa solo del técnico y no de un adecuado trabajo de divisiones menores, cabe preguntarse entonces, si es mas importante, apostar por la renovación progresiva o por la desidia de cuidar los resultados inmediatos, al margen de que estos últimos, incluso puedan ser negativos.

Un técnico de mediano cartel, como Careca, ha llegado a la “U” como muchos, a llenar el currículum y experimentar técnicas y estrategias. Pero lo mejor de todo no es el resultado de su aplicada disposición, sino los hombres que ha escogido para ello, resaltando de sobremanera los jóvenes, Fernández en el arco, Duarte, Balta y Rabanal, que por lo pronto, ya pisaron el suelo, en un partido de exigencia, ello al margen de sus actuaciones individuales, va marcando su kilometraje. Esta medida le está dando la razón, la que incluso puede generar que arregle extender su contrato por un par de años. Suerte la de Careca, o personalidad para asumir los retos, algo que no se encuentra muy a menudo en nuestro medio, a veces ello es la clave del éxito mediático, aunque tratándose de la "U" esta historia ya ha sido escrita hace tiempo, con otros protagonistas, pero con los mismos resultados.

Este fin de semana los compadres, cada uno por su lado van a enfrentar realidades que apuntan a un bien común, que es despertar la ilusión de un pueblo golpeado. Sus hinchas, serán nuevamente protagonistas de esa turbulencia que los aprisiona y los hace olvidar pasados tormentosos. Alianza y la “U” son los equipos de mayor hinchada, nunca se sabrá quien tenga mas simpatizantes o verdaderos hinchas, pero está claro que han logrado tapar con un dedo, el presente desagradable. Quien sabe si el clásico no se hubiera jugado tan pronto después del desastre de Quito, nuestro ánimo no hubiera curado tan rápido. Pero de una cosa si estamos seguros, que estos compadres, se odian como enemigos, pero sin siquiera ellos proponérselo, unieron a los amantes del fútbol, el fútbol nuestro de cada día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario