De fútbol y emociones estamos hechos

Hoy si tenemos ganas para hablar de fútbol. Porque temprano por la eurocopa, Alemania había sacudido sus temores confiados, ante una atrevida Turquía y en el epílogo de un duro encuentro, aseguró estar presente en su sexta final. Entonces quedaba meterse de lleno a la cocina de nuestro torneo doméstico y preparar los aderezos para un partido especial, esos que requieren mucho condimento y que paladea el hincha cuando en juego hay mas que tres puntos. Esta vez el premio se duplicaba y encontraba a Universitario encaramado en la cima y a un Cristal que a despecho de su realidad, se jugaba la vida misma y sus anhelos eran como esa carnecita fresca que la metemos al asador para cocinarla toda, sin que pierda su aroma ni mixtura.

Ni el frío y la persistente llovizna, fueron impedimento, para que el hincha se olvide del reciente sinsabor que le ha dejado la bicolor, como un escozor en la lengua, que duele cada vez que toca algo picante como el mal recuerdo de Uruguay. Ese hincha partió con sus banderas al José Díaz, unos iban cantando sones de victoria y los otros apeando su confianza a la fuerza de sus deseos. Un marco espectacular en las tribunas, hacían presagiar una noche de fútbol, por un lado Universitario tenía al frente al rival mas duro, el escollo mas difícil, por el otro, Cristal quería pisarle el píe, mirándolo fijamente a los ojos. Que importaba entonces la lluvia, el frío o la cancha sintética, si total los peruanos olvidamos muy rápido y era la hora de dejar la garganta en la grada.

Minuto 8, Donny Neyra, se para frente al balón, cuando toma carrera parece que le va a pegar un fierrazo, pero cuando su botín llega a tocarlo, echa el cuerpo adelante y le sale un tiro perfecto, con fuerza, con viada, la pelota cruza el cielo celeste y se va a clavar arriba, donde Heredia solo se hace un ovillo de impotencia. Un golazo espectacular que hizo explosionar la trinchera y ponerse de pié hasta al hincha mas celeste. Neyra con la selección nunca ejecutó un tiro libre, porque Solano era el dueño del balón, después de ver este pedazo de gol, pasaron por la cabeza tantas cosas, ahora lejanas, ahora distintas. La respuesta celeste fue vertiginosa, tuvo el mismo nombre pero otro apellido, el “jotita” Donny Sanchez emparejó un partido que desde ese momento se hizo de ida y vuelta, trajinado, con mucha fibra y temperamento. Careca manda temprano a Duarte al vestuario como duro castigo a la falla y Lobatón crece en tienda rimense. Pero otra vez Neyra, se escabulle por derecha, tocando con sutileza, encuentra a Rainer Torres quien deja solo al 'Vagón' Hurtado para el 2-1.

El complemento fue de matices relevantes por ambos bandos. Cristal empujando y porfiando por la paridad y la “U” soltando ráfagas de buen fútbol, “Malingas” haciendo honor al mote, se pierde la ventaja de manera grosera y Neyra se “devora” la mas fácil en la puerta del arco. Cuando el reloj ya marcaba el final, el 'Gato' Fernández, saca una mano milagrosa que ahoga el gol en la garganta de Ximénez. Allí se quedó el marcador, con una trinchera saltando y bailando de alegría, porque está a tres puntos de bañarse de gloria, están acá muy cerca, en Matute, donde lo espera un Alianza recuperado y que viene en alza. El festejo en casa ajena no viene siendo una utopía, tampoco un espejismo, aunque deba esperar un traspié de Cristal en Huancayo. El hincha crema, ese que anoche calentó el ambiente y llenó la tribuna de euforia, ya puso a helar la champaña, porque presiente que este fin de semana, puede volver a vivir la vuelta olímpica del 99, aunque Alianza podría ser el final de su racha o la víctima de sus deseos atrevidos.

Cristal y sus hinchas se fueron masticando su bronca y reclamando justicia. En la cancha dejó la piel y a desmedro del resultado, hay razones para sentir que la igualdad pudo ser lo mejor, pero la realidad le enrostra que ya perdió el tren que lleva al título, ahora debe comprar boletos con nuevas fechas y quizás no llegue a tiempo al destino. Estos partidos así de vibrantes y llenos de expectativa, como que se vuelven un antídoto efectivo ante ese virus tóxico llamado fútbol peruano y nos hacen perder la memoria por un instante, acaso y a nombre de colores propios tatuados en el corazón, pero tan efectivos que ya estamos esperando con ansias un nuevo clásico, con la misma ilusión y esperanza como esperaremos próximamente un nuevo partido de nuestra selección. Así somos por el fútbol y de eso estamos hechos.

2 comentarios:

  1. Es cierto, y del fútbol aprendimos muchas emociones.

    Por eso, prefiero mil veces ir al estadio. Sobretodo porque los cacasenos de CMD ya no enfocan el recibimiento de la tribuna en la salida del equipo.

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  2. Es cierto, y del fútbol aprendimos muchas emociones.

    Por eso, prefiero mil veces ir al estadio. Sobretodo porque los cacasenos de CMD ya no enfocan el recibimiento de la tribuna en la salida del equipo.

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