Dicen que los genios del fútbol viven en una galaxia
distinta, tienen su propio hábitat, sus estrellas brillan de otra manera y su
vía láctea tiene marca registrada. Dicen que debe existir un Olimpo en donde
reposan sus talentos y regodean sus ánimos, disfrutando un confort con
privilegios, solo reservados para los que tienen el don especial de tratar bien
al balón. Dicen que de cuando en vez, suelen hacerse mortales y aparecer en el
momento justo, en una cancha de fútbol, para frotar la lámpara y desparramar
gestos inmortales que alegran los corazones de los amantes del fútbol. Debe ser
cierto, porque lo que hizo Leo Messi ante el Bayern se acerca mucho a esos
rasgos de extraterrestre.
Y resulta difícil hallar otra explicación a este triunfo
culé de marcador abultado, sin subrayar el nombre de Messi, si hasta las
premonitorias palabras del Pep Guardiola "Así
como está, Leo es imposible de parar" se cumplieron a plenitud, la pulga
en tres minutos hizo un doblete espectacular y generó un desequilibrio que
buscó todo el partido pero que le costó superar ante la marca escalonada y la
buena disposición del Pep, que arrancó con línea de tres pero cambiando ante la
avalancha culé en una línea de cuatro definida para tener solidez en el fondo.
El inicio vertiginoso del Barsa originó que el mejor arquero del mundo se haga
notar. Primero un mano a mano a Suarez, otro a Neymar Jr. y otro a Dani Alvez
salvando con el pie. Neuer, era la figura del partido y el muro de Berlín
puesto en el arco bávaro. Se jugaba al límite con un ida y vuelta a mucho
vértigo, con un Barcelona punzante y profundo, pero un Bayern, solido por
momentos y llegando con lo justo arriba. Lewandowsky ante desborde de Müller
llega tarde y pierde la mejor ocasión.
Luis Enrique priorizó mantener cerrada las subidas de Lam
tirando a Neymar por su lado y buscar las asociaciones de su tridente
apoyados de un Rakitic siempre prolijo y un Mascherano que remendaba todo lo
que se descocía. Pero quien conoce más su obra que su propio creador. En el
complemento el Pep cesó el vértigo del Barcelona en base al mejor manejo del
balón, un tiki taka pausado y lejos de su arco. Mejor parado en la cancha, se hizo
corto aunque sin generar peligro para el arco de Stegen. Era un control del
juego pero no del partido. La figura de Mascherano crece cortando avances y
habilitando mejor. Las ausencias de Robben y Ribery, se hicieron notar más de
lo debido. Pero el equilibrio estaba dado para jugar contra el reloj y partir a
casa con las maletas llenas de esperanza. La mano de Guardiola se veía por
partida doble en el Camp Nou que empezaba a impacientarse.
Pero ante un sistema defensivo
escrupulosamente efectivo y las ansias por las agujas del reloj, no había otra,
hay que tocarle la puerta al Olimpo, para que el genio se haga mortal y decida
bajar a la tierra y nos regale un final feliz de goles. Y no fue uno, fue un
doblete. El primero, Dani Alves roba un balón y de reojo habilita a Messi,
quien pisando el área suelta un latigazo terrible que bate a un Neuer que
parecía un muro inexpugnable. El Pep se exalta por la desconcentración de su
defensa y Leo lo celebra efusivamente con la gente. Tres minutos más tarde,
vino la oda al embrujo que tiene Messi en los botines. La recibe frente al arco
y encara a Boateng, quien en su intento de adivinar el perfil, queda
desparramado ante el amague de adentro hacia afuera que hace Leo a una
velocidad vertiginosa y frente a Neuer, con segundos para decidir, la pica de
derecha para hacer un globo de perfección y encanto, que se cuela junto a la
desesperación bávara y la exaltación de la gente culé que se expande por el
mundo entero. GOLAZO!!!... Una joya, un pedazo de gol que por su ejecución,
sentenciaba todo en Barcelona y se escuchaba el aplauso eterno para esta
genialidad descomunal, porque nos dejaba pensando en verdad de qué planeta ha
venido.
Con un Bayern al borde del KO, el Pep
arriesga y pone toda la carne al asador, buscando acortar la diferencia apuesta
por ir al frente, pensando más en la revancha que el propio partido. Pero fue
una acción suicida, con espacios este Barsa mata, el tridente de Messi, Neymar
Jr y Suarez, desacomoda las intenciones y es letal de contra. Se vino el
tercero casi en el epílogo y realmente fue una sinvergüencería de Neymar Jr.
Balón robado y habilitación de Leo para que el brasileño defina con mucha calle
y esquina por entre las piernas de Neuer decretando la diferencia marcada, para
ir a la revancha con medio boleto en el bolsillo. Aunque con los alemanes nada
es definitivo. Nada tiene final hasta que termina.
Solo queda darle gracias al barbas, por el
fútbol, por los goles y por esta magia llamada MESSI. Gracias Leo, gracias
GENIO, la única manera de vencer al Goliat del arco era con la honda del
talento y la magia de tu botín (Te la debía del mundial). Dicen que los genios
del fútbol son así, parecen mortales y resulta tan gratificante tenerlos en la
tierra para disfrutarlos y admirarlos como exponentes máximos del fútbol,
aunque a veces y solo a veces, pareciera que pertenecen a otro planeta y que
son genios venidos de otra galaxia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario