El pitufo vestido de rojo

Puede ser que su metro sesenta de estatura, engañe al que lo mire por la calle y solo repare en ese rostro marcado por los años. Pero sus ojos, no dejan escapar esa picardía que lo ha acompañado por siempre. En Santa Marta, su ciudad natal que abriga Magdalena, departamento de Colombia, lo conocían como "El Pipa" debido al apodo de su padre a quien llamaban "Pipón". Nació pequeño de estatura, pero con un don que lo distinguía del resto: Era valiente para reñir y hábil para resolver y encontrar siempre una solución a sus problemas.

Su nombre de pila es Anthony William de Ávila, pero todos lo conocen como “Pitufo”. Aunque este, es un Pitufo diferente. El fútbol le cambió la vida. Recaló en el América de Cali, quien le pintó de color rojo su atuendo, con el cual marcaría los diferentes matices de su personaje, en una dilatada trayectoria por las canchas, que le han permitido consagrar un lugar privilegiado, en los corazones de la hinchada americana. Sus 29 goles en Copa Libertadores, le han dado un nombre propio en la historia, amén de los mas de 200 que conquistó con la casaca roja. En la selección Colombia, tiene pergaminos de color mundialista, siendo parte de la plantilla en Estados Unidos (1994) y en Francia (1998). Ha sido parte de la generación de futbolistas mas venerada en Colombia y fue muchas veces subcampeón de América, quizás le quedó pendiente alzar la copa.

Este Pitufo, dentro de una cancha de fútbol, ha sido vanidoso y gruñón, algunas veces y hasta tontín, otras tantas, pero jamás le podrán achacar que haya sido un Pitufo perezoso o temeroso, porque supo ser valiente cuando le tocó estar y mas de un defensa de apellido conocido, se acuerde hoy de sus gambetas endemoniadas y ese rush que le imponía a los contragolpes.

Este Pitufo hoy tiene 45 años y descansaba placidamente en sus aposentos construidos a punta de goles. Pero tuvo que ser su alma mater, el América de Cali, quien al estar pasando momentos financieros amargos, lo timbró, y esta vez no fue para saludarlo. Lo invitaba a ponerse de nuevo el disfraz de Pitufo bromista, todo de rojo, para regalarle a su gente, la mayor de las sorpresas y poder llenar el Pascual Guerrero, que lucía vacío y sin vida.

Un ex futbolista que frisa los 46 años, tiene su cabeza llena de pensamientos, que involucran a su familia, sus negocios o hasta puede ser tomado como referente para un cargo administrativo o deportivo, incluso como entrenador, pero es difícil pensar que se pueda meter a la cancha y competir a nivel profesional. Son muy pocos, los que han logrado pasar la barrera de los cuarenta y seguir dándole a la redonda. Anthony de Ávila es un caso excepcional.

El Pitufo se puso de nuevo la indumentaria roja y nada menos, que en el clásico dominguero del Cali pachanguero, contra el Deportivo. Comandó la delantera, cargando en la espalda sus casi 46 años. Al frente estaba el peruano Mariño, que no pasa los 30 y en el arco, con su cara de niño y con 19 primaveras, se plantó Jaiber Cardona. El América ganó 3-1 y el Pitufo marcó y celebró como antes y como siempre. Ganó el delantero mas viejo del planeta, dándole un portazo en las narices a cualquiera que haya pensado que a esa edad, un futbolista, solo mira el partido por TV.

Si cuando anunciaron su retorno, muchos solo lo vieron con sorna y hasta fijaron que solo era una estrella de circo para llenar los estadios. Esa misma gente, hoy hojea con avidez las páginas de los diarios y mira el noticiero del día en Cali: El Pitufo ha vuelto. El no sabe hasta cuando, pero ya ha marcado un récord mundial. Es imposible no sonreír complacido, al verlo correr y picar el balón, con esa misma picardía y ese mismo número 7 que lo acompañaron en su vida y lo hicieron querido en esa hinchada, que hoy llena las gradas, para ver a su equipo y a este Pitufo vestido de rojo, que cual viejo diablo, al borde de la media vida, pareciera que ha hecho un pacto eterno, con el reloj del tiempo.

1 comentario:

  1. Muy bueno el articulo Librano, no vi nada en los diarios o se me paso?. Es una noticia digna de destacar por el hecho de rescatar a un jugador (retirado?) que dejo el sello personal de su juego. Bien por el y por el America.

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