Futbol de sentimientos encontrados

Es Sábado al mediodía y llega a casa mi amigo Juan con su esposa. Compartiremos el almuerzo. Juancito, como lo llamamos, es Aliancista a muerte y hoy es su cumpleaños, ha dejado que su hijo menor se vaya al estadio con unos amigos del colegio y los padres de éstos, tan Aliancistas como su vástago. Después del almuerzo, Juancito quiere ver en la TV a su Alianza, yo le digo que hoy golea y que el CNI está fácil, que mejor veamos una película, él me insiste y me responde que debe ganar, pero que por su cumpleaños, quiere que por lo menos juegue bien, que guste y que vuelva a ser el Alianza que siempre admira y recuerda. Su deseo solo se cumplió a medias.

Montaño ha ensayado tres asistencias seguidas y no está fino, falla demasiado y Alianza no asume su papel de local, se va dejando llevar por la inercia. Velásquez enredado con sus arrebatos y De la Haza, luce desordenado y Jayo mas intrascendente que nunca. Pero está escrito que en el fútbol, la genialidad y la habilidad son valores agregados, que pocos jugadores pueden jactarse. Montaño, empieza a sacar de la galera esa picardía, innata que suele contagiar a Alexander Sanchez y entonces todo pasa por lo que ellos puedan hacer. Primero un remate rasante que abre el arco y luego una asistencia de tres dedos, mortífera a Velásquez, después dos remates que pudieron ser golazos y varias habilitaciones destacadas que hicieron al colombiano, la figura de la cancha. De la Haza, con un fierrazo, le pone la cereza a la torta, que degustamos con mi buen amigo, Aliancista de corazón y tan íntimo como nuestra extrema confianza.

Es una fiebre de sábado en el Callo. Acaso y para los que pueden ver en la TV tanta gente en el Miguel Grau, parezca otro partido de primera, tan importante como una final de campeonato. Es el primer partido del Boys en segunda división, pero eso, no les parece importar a sus hinchas, que han reventado las tribunas, llenándolas de banderolas, alegría y vibración al máximo, brindando un espectáculo impresionante de fervor rosado. Resulta paradójico, que mientras al lado, en el cementerio, algunos chalacos, recen en silencio por sus muertos, a unos metros de allí, muchas gargantas están haciendo eco a un grito de aliento incesante, por las once vidas que están en el verde, se desgarran, en cánticos y alabanzas que hacen un panorama apoteósico y conmovedor. Quizás el resultado final, solo sea una anécdota, porque después de ver este frenesí chalaco, mas de un hincha de otro equipo de primera, haya sentido una envidia ajena y asolapada, cuando ha mirado el espejo de su propia tribuna.


Ya es casi medianoche y en el teléfono mi amigo Edwin, tiene la voz entrecortada. Él ha estado en el estadio y no puede terminar de contarme lo vivido, porque alguna lágrima de emoción, le corta las palabras. Ha podido estar junto a su hijo, sentado en la tribuna y el único gol del partido, el del triunfo lo ha gritado abrazado a su vástago, ha reventado la garganta y se ha sentido feliz de tener puesta la rosada en el alma. Nadie quizás entienda su irracional pasión por sus colores y tampoco nadie pueda entender como un equipo que juega en segunda, con jugadores que tienen el DNI vencido, pueda lograr convocar tanta gente y tanta pasión loca en un mismo lugar. Eso, solo puede lograrlo un equipo de tradición, tan arraigada como el mismo amor que siente Edwin por su, tierra, su barrio, su gente o su propia familia. A veces esas cosas no se entienden, solo se viven, a veces intensamente, a veces tan irracionalmente, pero es parte del fútbol.

Es Domingo, hora del almuerzo y Javier sale de su casa rumbo al estadio. Él es Trujillano, noble habitante de Ascope, tierra bendita de la buena gente y exquisita comida. Esta vez tiene los sentimientos encontrados, el equipo que defiende su tierra, bajo el membrete de la Universidad Cesar Vallejo, debe afrontar su encuentro ante lo que representa el amor de toda la vida, Universitario. Es difícil la elección, es difícil el compromiso, pero ha optado porque hoy su corazón, sea quien lleve las riendas de sus sentimientos y espera vivir las emociones al máximo dejando que sea su entusiasmo, el que acompañe esta tarde trujillana que se torna placentera.

La U ha adelantado en el marcador, pero ha perdido a su arquero Fernández. Javier está tranquilo, pero hay un mal presentimiento que va tomando forma de fantasma. El marcador se va moviendo, según el “Pompo” Cordero –un ex hijo crema- va sacando del sombrero nuevas suertes, que sus compañeros aprovechan dos veces seguidas y ya dieron vuelta al marcador. Javier tiene una desazón en el pecho y espera la igualdad para sentirse tranquilo. Pero dicen que los hijos que se van de la casa, siempre te darán dolores de cabeza. Arremetida merengue, contragolpe trujillano y es el hijo pródigo, el que se fue un día, el que le dicen “Pompo” por su cara de niño travieso, el que asesta la puñalada feroz y mortal, que matan las alegrías cremas. Javier abandona el estadio, su hija mayor está con ella, ambos sonríen, esta vez no hay dolor, tampoco resignación, cualquiera de los dos habría podido alegrarles el corazón, trujillano de nacimiento, pero crema por devoción.

En la sala, está el Rafo, junto a sus hijas, miran la TV donde está jugando su Cristal y recrean su vista en la mirada perdida de Oblitas. Se oyen los gritos despiadados de los hinchas huancaínos que esperan “ver” por última vez al “Ciego”. Su cántico es cruel y no entiende de consideraciones dirigenciales ni procesos a largo plazo. Su herencia es guerrera y espera aniquilar al rival no importando las consecuencias ajenas. El Rafo, tiene confianza, ha visto que el equipo no gana pero amaga jugar bien y por entrega no hay quejas. El inicio del partido, lo hace tener arcadas, hay un mal presagio en su pensamiento, que tiene una pelea con el optimismo de su corazón. El Huancayo ha arremetido con todo y solo espera que su rival decaiga en cansancio. Pero si hasta ayer no había tenido seguridad en defensa, esta vez Carvallo, se estaba convirtiendo en héroe. Señal de que nuevamente hay amenazas para que este Cristal vuelva a romperse.

Oblitas, firmaba el empate y el Rafo, frente a la TV, había puesto su mano en la Biblia. La misma que usa el "Vagón" Hurtado, la única que podía echar a mano Cristal, la única forma y medio por el cual Oblitas podía lanzar una plegaria y pedir algún milagro. El cielo huancaíno se abrió de par en par, como el arco de su equipo. Hurtado define cuando faltaban doce para el final y lo celebró todo el Rímac. Ataque frontal, contragolpe letal. El "Chorri" asoma en su último aire y asiste al "Vagón" que logra anotar, casi pidiendo permiso, casi como una invocación, una oración, para que este Cristal no termine hecho añicos. Su gente que confiaba tanto, no se merecía tan pesada cruz. Pareciera que en ese abrazo final de todos los jugadores rimenses con Oblitas, hubiera un pacto de solidaridad, que han asumido con entereza. Pudo haber sido el final del "ciego" y quien sabe nadie lo asegure, este Domingo, haya significado demasiado para todos los rimenses, que han sentido que la tormenta ha calmado parcialmente las angustias. Lo que si es seguro, que Oblitas, después de varios días ha podido regresar a Lima, mas tranquilo y en casa, abrazado a su almohada color celeste, ha podido dormir plácidamente.

Ha sido una semana, cargada de sentimientos encontrados, de alegrías y tristezas, pero de esto está hecho el fútbol, es su esencia, su razón de ser y por eso nos entusiasma tanto, por eso nos llena los ojos de fervor y el corazón de una pasión descontrolada, pero que siempre nos regala un motivo para disfrutarlo tanto.


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