La trilogía mágica del fútbol

Hugo “Cholo” Sotil es una leyenda de nuestro fútbol. Un predestinado que hacía diabluras en una cancha de fútbol, capaz de darle un baile a sus rivales, en un metro cuadrado, siempre sonriente y divertido. Aunque por sus venas corra sangre aliancista, en su pasado glorioso se puso la franja de mi Muni querido y la selección nacional. Pero su mayor logro, fue allá en la madre patria, aquella tierra que nos trajo hijos paridos para conquistar y que con su gambeta endemoniada, logró resarcir el orgullo peruano. Fue ese sortilegio calzando botines, el que encandiló a un pueblo azulgrana, logrando que se rinda a sus pies y lo adore para siempre.

Hoy a sus 62 años, el “Cholo”, reposa en su sofá, toda la adrenalina vertida, después de haber visto como su Barza se ha llevado la Champions de una manera fabulosa. Tratando de esconder algún suspiro asolapado, ha dejado que los recuerdos vivitos le adormiten la mente. Fueron tantos momentos gratos, tardes gloriosas con la camiseta azulgrana y sobre todo aquella inolvidable Liga española de 1974, por la cual hasta el día de hoy, le guardan un agradecimiento demasiado especial.

De alguna manera, los peruanos nos hicimos hinchas del Barza, a partir de nuestro “Cholo” Sotil. Fue nuestro distintivo insertado en las páginas del libro de historia del Barcelona, un grande que ha visto pasar por sus filas fenómenos del balón, que marcaron épocas tan gloriosas algunas y tan desabridas otras tantas. Sotil y Cruyff antaño, la triple “R” brasileña, encumbrada con Romario, Ronaldo y Ronaldinho. Fue la cuna que recibió al D10s Maradona, a quien lo llenó de lisonjas por doquier, sin saber que empezaría entre sus brazos, esa terrible adicción a lo prohibido. De alguna manera siempre hubo una razón para sentirse admirador de este equipo catalán, que ni siquiera su archí enemigo el Real Madrid, con todos sus “galácticos” pudo destronarlo en simpatía.

Somos privilegiados observadores del Barcelona de estos tiempos, un equipo fantástico, que ha logrado el trébol de tres hojas, la Liga, la Copa nacional y finalmente la Champions de una manera encandiladora. Es una hazaña mítica que lo encumbra como una leyenda. Este Barza es un agradable deleite para la vista, un bálsamo para la pasión, cada vez que hace una oda al fútbol bello, produciendo sensaciones de placer que llegan al éxtasis. Este Barza, tiene todo lo que otros quieren y no le falta nada, de lo que otros tienen, le sobra eso que seduce al hincha, que vibra con ese toqueteo que trastorna al rival, lo saca de quicio y lo lleva por los caminos prohibidos de la seducción, hasta hacerlo su vasallo, un simple plebeyo que doblega sus fuerzas, ante tanta perfección que se desparrama en cada centímetro del terreno de juego.

No fue suficiente el arranque fantástico y agresivo de los hijos de la Reyna, tampoco aquel espíritu guerrero de un “apache” ni tampoco el pergamino de algún Cristiano ilustre. En Roma se ha consolidado la trilogía mágica MIX (Messi, Iniesta y Xavi) para hacer del Barza, el equipo del fútbol total, con ráfagas de preciosismo que pregona Xavi, el cerebro que se puso botines, el abanderado del pie fino, a veces tan perfecto y letal como un beso apasionado lleno de veneno. Iniesta, el genio con overol que trajina la cancha, doblegando las marcas y haciéndose espacios para generar la pared y el pase exacto, como alguna lección de geometría, y Messi, el cada vez más cercano sucesor del D10s, el sabio que se hizo futbolista, el pequeño gigante venido de alguna galaxia lejana, donde viven los dioses del balón. El mejor del mundo, que vino a Roma para llevarse la Champion y el balón de oro, en un solo paquete.

El primero fue una puñalada de Iniesta al área y Eto’o se llevó de paseo a Vilic para ejecutar con rabia y dejarla en la red, en un instante del partido que fue fundamental para su trámite. El segundo, fue otro pase de Iniesta que surcando los aires, fue buscando destino. El Lio Messi, se eleva como un pajarillo doblegado por el viento y le pone la cabeza, como si fuera su propia zurda bendita. El balón, fue a dar al fondo, quedó sonriente, allí donde se esconden las ánimas y se producen las más grandes sensaciones de alegría. Fue suficiente para sentenciar un partido espectacular e inolvidable, que marcó el compás para esta danza de figuras dentro del Estadio Olímpico de Roma

El Pep Guardiola debe sentirse orgulloso hoy más que nunca, su sueño de estrellitas y duendes, se ha hecho realidad y ha entrado a la posteridad. Como el mejor técnico debutante de la historia. Ha logrado que su equipo, sea la fantasía acariciada de todos. La precisión y el pressing asfixiante, es su norma para jugar. Una tenaz lucha para recuperar el balón y echarse a jugar bonito cuando lo tienes consigo. Ese es el estilo de este Barcelona que ha roto el viejo paradigma, que los equipos bellos no ganan y tampoco saben ser campeones.

Hoy se han prendido las luces multicolores del Camp Nou, para albergar a sus hinchas, que reciben a sus héroes embriagados de gloria y los pasean por ese mítico escenario, que hoy es un coloso vestido de magia y regocijo eterno, nadie está sentado, todos están de pie, para ver pasar coronado a su nuevo rey, el que hoy es la mejor expresión del fútbol en el mundo y que se asemeja a la perfección divina de una trilogía fantástica y exquisita. Solo queda aplaudir, porque el fútbol bello y total si existe, que nunca se muera. Que Viva el Rey.


1 comentario:

  1. Estimado Librano. espero que no se ofenda porque me gusta leer sus post por las cualidades evidentes que tiene para escribir. Lo malo es que se desperdicia en un exceso de lirica que tanto danio le hizo al futbol peruano en la decada del '70. He visto buen futbol y mucho! pero creo que los jovenes del Peru hoy en dia se confunden mas con alabanzas desproporcionadas como la que Ud. le hace al gran Hugo Sotil. No porque no las merezca, sino porque hay que voltear la pagina respetando siempre lo que el Cholo le dio al futbol peruano.
    Saludos.

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