Que no se apague la lámpara de Ñol

Atrás ha quedado la noche en que el Monumental, se llenó de color y emociones compartidas, desde muy temprano por esos hinchas con el pecho pintado de crema, que alistaban la garganta con sus cánticos y odas tribuneras, haciendo notar su grito abierto para que ese jugador adicional que lleva el número 12, se hiciera más notorio que nunca, en una partido de copa. Al frente estaba el hincha mas “cuervo” y famoso de la TV argentina, el “Cabezòn” Marcelo Tinelli, que inquieto jugueteaba con su llavero, observando cómo el estadio, se coloreaba de una humareda amarillenta, para recibir a esta U que quiere ser diferente y que había vendido los boletos de la ilusión con marcada preferencia.


Abajo en el verde, el otro “cabezón”: Reynoso, hizo las cosas perfectas y aquel pedido de paciencia a la tribuna y entusiasmo a la prensa, tiene fundamento en su prédica mediática de recuperar la mística de antaño y que la U recupere el pergamino de equipo copero. Contra San Lorenzo, un equipo que vino a jugar con el libro de historia bajo el brazo, se vieron 45 minutos jugados con mucho vértigo, osados desde el arranque, atrevidos en el ataque y muy seguros en el fondo. El pressing al rival pareciera ser una nueva virtud de esta nueva crema, se hace notoria la agresividad de Rainer Torres, el despliegue del mexicano Espinoza, las ganas a veces inoportuna de Alva y el trajin generoso de Miguel Torres, fundamentados en el talento de un hombre que hoy es vital en el equipo: Nolberto Solano.

Y es que uno lo ve caminar y pareciera que tuviera las rodillas defectuosas, su trote cansino, trasmite la imagen como si tuviera un agotamiento prematuro. Pero basta que el balón le llegue a ese fantástico pié derecho, para que se ilumine como una lámpara mágica, que empieza a lanzar humaredas de fantasía. Basta que se genere los espacios para sacar su wincha de ingeniero y lanzar esos fantásticos pases cruzados, con milimétrica precisión y que siempre tienen buen destino. Al buen Ñol, hoy a los 34 años le basta caminar en la cancha y sean los demás, los que corran por él y dejen que su talento haga el resto. En los primeros 45, puso enésimos pases certeros, así llegó el penal a Calheira, que el mismo Ñol ejecutó con maestría, haciendo explotar el estadio que ya lo hizo ídolo.
Lástima que el buen momento de la U, solo durara 45 minutos, porque San Lorenzo puso la diferencia en el arresto físico, e incluso con un hombre menos, estuvo a punto de poner la igualdad. Los hinchas están contentos con mucha ilusión, pero no satisfechos, tienen una alegría en el alma, pero hay una escondida preocupación, que prefieren tragársela como bocado insípido, y tiene que ver con el fuelle que le quede al equipo de aquí en adelante, para afrontar el futuro inmediato que se le avecina en la copa.

Solano fue la figura de la cancha, hoy es la portada de prensa y el ídolo mimado de la hinchada que se rinde ante su talento. Pero terminó el partido aguantando el aliento y fue a parar a la clínica víctima del sobreesfuerzo físico y su adaptación a nuestro entorno. En la retina se nos ha quedado ese fantástico primer tiempo y la lámpara mágica de su pié derecho, aunque después del partido, algunas lenguas viperinas y mala leche hayan deslizado ese tufillo maloliente que el buen Ñol, tendrá muchos problemas para terminar los partidos, que tiene serias complicaciones físicas o que está roto para el fútbol, de todo corazón y con nuestra mejor plegaria, esperamos que esto último, solo sea una desagradable, como inoportuna, joda para Tinelli.


Devaneos insensatos de fútbol

-Lo que mal comienza mal acaba- Dice la sensatez.
-Se ha cosechado, lo que se ha sembrado- dice malhumorado el sentimiento.
-Esto es consecuencia de los malos dirigentes y el DT- Grita desaforada la pasión golpeando la pared con furia.
-No podíamos esperar menos, es un grupo mas de perdedores- agrega la desilusión tomándose el rostro con las manos.
-Será para la próxima, tenemos buenos jugadores y solo falta un buen DT, además ya estamos acostumbrados- culmina el conformismo, tratando de calmar los ánimos, a este grupo de emociones que se mira a la cara, sin encontrar ninguna explicación a otro papelón, otro fracaso y otro dolor para su pueblo futbolero.

Otra Sub-20, que ha hecho trizas los sueños de millones de peruanos que creyeron encontrar en unos nombres juveniles, esa utopía bobalicona de ir a otro mundial con la nueva sangre tan necesitada para resarcir nuestro anémico fútbol, que cada día ve acercarse más su triste final.

Un grupo de quisquillosos jovenzuelos que creen haber encontrado el tesoro escondido y que solo guardan en los bolsillos demasiados centavos que alimentan su enervado ego. Un jugador que elevaron a mega estrella y que hoy se siente dueño de los sueños ajenos, que a punta de prepotencia hizo lo que vino en gana y se pasó el torneo construyendo su propia vida de acciones desquiciadas y decisiones rematadas, que ha construido su castillo de naipes con los halagos tempraneros y que ha desposado a la modelo, para desdecir sus propios conceptos errados de lo que es la responsabilidad. Un DT que le pusieron el traje de bombero con casco y botas rojas incluidas, que solo apagará el incendio que le quema la conciencia.
Mientras, el balón descansa su fatiga, disfrazando su pesar con una pálida sonrisa.

Los compadres, realizan un baile por separado, cada uno en su propia casa, cada uno con sus propios motivos para celebrar. Uno presentando la cara lavada con nueva imagen y nuevos sueños, el otro tratando de limpiar toda la mala vibra que le dejó la angustia de verse comprometidos con la desgracia. El merengue suena por el coloso de Ate, mientras que una mano siniestra les baja la palanca de la luz para dejarlos en tinieblas, danzantes y bailarines han tenido que marcharse demasiado temprano de la celebración. Al íntimo la luz se le apagaron a punta de fútbol, el amigo colombiano vino de visita y se llevó a la chica más linda de la fiesta. Mientras, el balón sonríe a medias, aunque se siente a gusto, le atormentan las dudas, presiente que este año lo tratarán con mucha dureza, a pesar que ha llegado un “Maestrito” que siempre lo trató con cariño.

En tienda rimense hay alegría, porque no tuvieron fiesta de inauguración y sin embargo se fueron de frente a celebrar al bar, hay tres razones para hacerlo, hay tres razones para alimentar la esperanza, aunque en la red no quedaron demasiadas diferencias, vale el buen inicio. El tiempo será quien le brinde el espaldarazo o el cachetazo que lo vuelva a la realidad. Mientras, el balón descansa tranquilo, esta vez se ha quedado aletargado de tanto grito en la tribuna, en un rincón del camarín se ha quedado dormidito esperando que mañana lo despierten temprano para que vuelva a sonreír.

Todos empiezan a olvidarse de los jóvenes y su fracaso, de los dirigentes y sus yerros continuos, nuevamente todos empiezan a llenarse la boca de sus colores preferidos y a pintarse las insignias en el pecho. Los gritos ya no son de abucheo y han cambiado sus estrofas, Todos empiezan por agitar banderas desiguales con una sola consigna. Esta vez,
la lucha es por sus propias ideologías y su propia camiseta.

-Ojalá y esta vez sí se hagan las cosas en serio- Dice la sensatez.
-Es hora de olvidar el pasado- dice optimista el sentimiento.
-Esta vez seremos campeones- Grita con euforia la Pasión.
-Solo queda seguir apostando por lo que tenemos- agrega la ilusión apretando el puño.

Mientras el balón espera acurrucadito a que suene le pitazo inicial para volar nuevamente por los aires, tratando de ser feliz en su diario devenir que lo hace ser parte importante de estos devaneos insensatos de fútbol.

Demasiado jovenes para morir

La selección Sub-20 ha perdido ante Ecuador y los peruanos vemos aparecer nuevamente esa niebla que nos viene empañando la visión desde hace tiempo. Pero aun y así, antes de empezar el partido, olvidando sin quererlo o casi sin intentarlo siquiera, cada hincha ha dejado de lado los recuerdos mezquinos y se ha sentado frente a la TV con la esperanza de gritar un triunfo que aminore tanta desazón que le está agujereando la paciencia. Nuevamente, ese corazón Peruano se ha aferrado a esa utopía insensata, que resulta seguir creyendo que la actuación de esta selección juvenil, tiene que ver con algún futuro venturoso que aguarda para nuestro fútbol. Y nuevamente sus ilusiones se han estrellado contra la pared, ya son tantas veces, pero le siguen sobrando ganas de seguir apostando por la confianza.

Debe existir un sentimiento masoquista, dentro de cada pecho blanquirrojo, porque nuevamente nos entusiasmamos, con Zambrano y sus minutos valiosos en la selección adulta, con Manco apuntalado por su periplo europeo y algún rasgo valioso de su pasado mundialista. Por la expectativa de lo que puedan aportar Ismodes, Anderson Cueto y Trujillo, amen de los Sanchez, Corzo, Hernandez, Zela, Saco Vertiz o el mismo Hermoza en los tres maderos, por mencionar nombres, incluso algunos con un mundial a cuestas.

Pero uno empieza a ver el partido contra Ecuador y aquel temor que los entretelones de la desafiliación y las broncas internas, jugarían en contra, se van haciendo reales. No han pasado ni tres minutos y ya nos encajaron el primero, la típica jugada aérea que siempre nos rompe los esquemas y con los defensores pegados al piso como estacas. Viene el segundo y no aparecen las figuras, tampoco se hace evidente un sistema de juego, pereciera mas bien que este puñado de uniformes rojos, han salido en manada a ver que sucede y solo atina a caer en los mismos errores de siempre, en la misma inoperancia y desorden, y en la misma displicencia consagrada, de nuestros jugadores mayores.

Mas allá de otro resultado desfavorable, se nota un aire distinto en esta Sub-20, demasiados jugadores “extranjeros” que han llegado con una disposición prepotente hacia el resto, como si el simple hecho de estar en un club de Europa les diera el derecho para sentirse “consagrados” en el triunfo. Y la razón estaría en la formación infantil que cada uno de ellos ha recibido, chicos que demasiado temprano manejan excesivo dinero, trastocan sus conductas y se hacen muy superficiales, porque nadie los preparó para afrontar este papel y a su edad más que jugadores de fútbol, ni siquiera han madurado como seres humanos.

En el Perú, ningún club se preocupa en darles una calidad formativa a los niños de sus canteras. Los ojos dirigenciales, son como cajas registradoras que solo marcan el signo de dólares y su mayor preocupación es que un chico de condiciones, se pueda formar futbolísticamente para venderlo pronto. El resultado es que ese chico, llega a la adolescencia, mirando su entorno que es peor que el suyo propio, donde el dinero juega un papel principal. Jamás recibió ninguna charla informativa sobre liderazgo, sobre conducta, drogas, sexo o algún curso de redacción u oratoria, menos es aficionado a la lectura. Entonces el vil metal es su mejor vitamina, que vigoriza el más extravagante de sus caprichos, y que solo logran saciar su sed de victoria mediática o en el mejor de los casos, maquilla sus más escondidos temores y angustias.

La noche se ha hecho densa y el sueño me toca el hombro. No sé si esta Sub-20 haga eco de la gitanería futbolera y clasifique mas tarde, tampoco me ilusiona pensarlo. Solo estoy seguro que cada peruano, olvidará un poco su entorno y se sentará frente a la TV para volver a ilusionarse con gritar un triunfo, a sabiendas que puede mutilar sus deseos y después deba volver a golpear la puerta de la esperanza, para susurrarle bajito al oído, que esto recién comienza y que aún tenemos posibilidades de clasificar. Mientras yo, me he quedado dormido, pensando en lo que dijo mi amigo Hernán, que no cambiará la historia, que esto puede ser mas de lo mismo, pero con diferentes protagonistas. Antes de despertar quisiera haberme equivocado.

Al Maestrito con cariño

Lejanos son los días, cuando aquel jovenzuelo de esmirriado físico pero de pegada prodigiosa, hacía sus pininos en el fútbol, primero pisando la cancha de Matute y después allá en la Florida, donde Cristal lo cobijó muy joven. Alguna vez cuando pudimos compartir una charla casual, nos dejó la impresión de ser un chico de una humildad marcada, pero a pesar de su corta edad tenía muy centrados sus objetivos. Al no tener cabida en el plantel principal, decidieron prestarlo al Muni (mi equipo querido) y vaya que le sirvió de trampolín, esa temporada con la casaca edil fue memorable, realmente la rompió, lo que le valió que regrese de titular indiscutible a la tienda rimense y posteriormente ponerse la blanquirroja.

Norberto Solano, el Ñol para los amigos, fue afianzándose con Cristal hasta aquella inolvidable campaña rimense que lo llevó a disputar la Copa Libertadores con Cruzeiro de Brasil. Solano no ganó la copa, pero sus buenas actuaciones le valieron para firmar contrato con el Boca Juniors argentino. Para su buena estrella, estaba en el equipo Diego Maradona, que al margen que daba sus últimos puntillazos en el fútbol y tenía la cabeza mas puesta en la adrenalina del desenfreno, que en jugar para el equipo, era Maradona, el Dios midas que hacía brillar todo lo que tocaba. Ñol tuvo el espaldarazo mundial cuando el D10s lo nombró como un “Maestrito”, apelativo que etiquetó la destreza de su buen pié y técnica depurada, dejando una huella que caló muy hondo en el exigente jugador doce de la “Bombonera”. A pesar que Ñol cruzó el charco y se instaló con éxito en la competitiva liga inglesa, cada vez que pisó Argentina, desde la tribuna bajó el cántico nostálgico de su apellido, que le hace recordar que tiene guardado un lugar, en el corazón de la hinchada boquense.

Hoy Norberto Solano, nuestro entrañable “Ñol”, ha decidido pegar la vuelta y lo hace inteligentemente, como cuando hamaca la cadera y hecha el cuerpo adelante para que su cerebro irradie energía a su botín derecho y le haga una caricia sutil al balón, que solo atina a cerrar los ojos y se deja llevar mansamente por los aires para posarse de manera precisa entre las redecillas del gol. Nuestro Ñol llega con mucha convicción de que le queda poco tiempo en el fútbol activo, pero tiene tanto por enseñar todavía. Llega a la “U” que lo recibe quizás en el epílogo de una carrera brillante, mantenerse mas de 10 años como titular en la Premier Ligue no es cualquier cosa, el “Maestrito” ha calado su nombre y el prodigio de su buena pegada, en los anales de la competitiva liga inglesa y también del fútbol mundial.

Y le hace bien a nuestro fútbol su llegada, es verdad, llega a la U en el inicio de un ciclo estudiantil distinto y ha sido determinante en su retorno, que en el banco esté Juan Reynoso, quien ha sopesado las horas y los días cimentados en la amistad, por encima del interés económico, porque a estas alturas de su carrera el buen Ñol, ya tiene definido su futuro, que hasta se puede pensar irracionalmente, que tranquilamente le alcanza para como pasarse el resto de su vida, tocando la trompeta en el balcón de su casa.

La hinchada crema lo ha recibido con gran expectativa y eso crea interés en el equipo. Ñol será el dueño de la pelota parada y el generador de fútbol, aunque ello pueda poner en duda la convivencia con la figura excluyente que resultaba Donny Neyra, ahora que ya no estaba Candelo y que tenía el camino libre para recuperar el tiempo perdido. De alguna manera, la presencia de Ñol, maltrecha los ímpetus de esté buen, como díscolo jugador. Tarea para el “Cabezón” Reynoso, quien ya puso el parche, argumentando que no le temblará la mano para sentar a Solano, ello mas allá que una prédica vana y bizantina, tendrá que ser un mandamiento de fiel cumplimiento a la hora de la verdad, porque la respuesta de Solano, ha sido que le molestaría mucho ser suplente. Antes de entrar a la cancha, como que hay algunas cosas por resolver en el vestuario crema.

El tiempo será quien dicte la sentencia final, el Ñol ha decidido regresar y esta vez no lo hace de visita, ha venido con todas sus maletas listas y sus ilusiones prendidas como velas de esperanza, ojalá y la mediocridad en la que anda sumido nuestro fútbol no lo terminen por aburrir y decida colgar ese prodigioso botín derecho demasiado pronto. Ojalá que la hinchada lo entienda si no camnina el equipo, porque tremendo currículum que nos ha llenado de orgullo tantas veces, merecen un respetable cariño y consideración. Es lo menos que se merece el “Maestrito”.

Argentina pide la mano de D10s

Era el mediodía y el Diego salía de la ducha, el celular de última generación timbró y al otro lado una voz le decía que hablaba con Grondona, el astro muy pícaro para estas cosas, de inmediato pensó, deben ser los boludos de Tinelli que me quieren cargar, y poniéndose en posición de “canchero” le aplicó la respuesta inmediata:

-Vamos chicos, díganme donde está la camarita- y se echó a reir
-No es ninguna cámara Diego, soy Julio Grondona y tengo una buena noticia para vos-
-¿En serio?... vamos dale Julio y decime de que se trata-
-Bueno a partir de este momento sos el nuevo entrenador de la Selección Argentina, estarás con Bilardo, si te podés venir mas tarde a Puerto Madero para conversarlo y hacerlo oficial-
-La que lo parió!!!- Vociferó el D10s dejando caer la toalla y el celular al piso, pegando un grito con el puño cerrado, como cuando anotaba uno de sus gloriosos goles.

Han pasado 11 largos años desde aquel 25 de Octubre del 97, cuando en un clásico contra River, el D10s del fútbol junto a Ñol Solano en el equipo, jugó su último partido a nivel profesional y decidió allí mismo colgar los botines de la manera más irreverente y muy propio a su estilo. Hoy regresa a la cancha, esta vez para ser la cabeza del cuerpo técnico que dirigirá a la selección argentina, pero más allá de estar en capacidad de hacerlo bien, el D10s cumple un sueño, le brinda un cachito de favor, la coyuntura futbolística de su país, el apasionamiento de un pueblo que respira fútbol por sus poros y que lo tiene como un tótem, al que idolatran y perdonan todo. Pesa también el hecho, de que un equipo con tantos nombres de nivel superlativo, mas que un entrenador consagrado, de pronto hoy esté urgido, de un baño interno de motivación y compromiso.

“Hay que volver a lo de siempre, a querer la camiseta, a hacerles entender a los jugadores que la camiseta se transpira, que eso es lo más importante, que no se puede cambiar dinero por gloria, eso lo entienden y hay que recalcarlo, entrenarlo y recordarlo cada mañana”

Ha sido el primer mensaje del D10s y tiene sentido, porque últimamente se hace más visible que los jugadores importantes, suelen actuar de manera superlativa en sus clubes y declinar cuando se enfundan la camiseta de su país y en ello tiene mucho que ver el vil dinero, que corrompe conciencias y valores. Quien sabe y aquel argumento del nacionalismo y el amor a la patria de los futbolistas, se vayan esfumando cada día, conforme van aumentando sus cuentas bancarias.

Por un instante visualizo el primer partido oficial el D10s dirigiendo a la selección Argentina, cuando el “Pelusa” ingrese al camarín los rostros de Riquelme, Tevez, Messi, Agüero, serán distintos, en lugar de darle la mano, lo van aplaudir. Ni que pensar cuando el equipo salga a la cancha, el Monumental abarrotado de punta a punta, donde no cabe un alma, desatará el grito desaforado y religioso ante su ídolo máximo, cuando todas las gargantas desencadenen el MARADOOOO... MARADOOOO.......MARADOOOO... de seguro que el equipo se sentirá respaldado, que el ánimo de la gente será distinto y que hasta el rival se sentirá opacado. Y es que aunque a veces suene desatinado, solo el D10s puede generar esta parafernalia insensata en un pueblo argentino, 100% futbolero y que hoy mas que nunca requiere un nuevo aire.

Algunos dirán que es una bufonada y quien realmente va a dirigir es Bilardo y el D10s solo va a poner la cara, y puede ser cierto, me hubiera gustado Bianchi como uno y al D10s de motivador, pero conociendo como es el Diego, eso era difícil que aceptara. Lo que sí es seguro y como siempre sucede en el fútbol, si el equipo camina y gana, Maradona tendrá mas halagos a su haber y aparecerán muchos que se subirán al bus del oportunismo, pero si tampoco sirve la motivación, será un fracaso mas del D10s, en su intrascendente carrera de DT, una raya mas al tigre, para quien fue el mejor del mundo dentro de la cancha y que hoy se lanza a una aventura difícil fuera de ella.

Justo cuando se apresta a cumplir 48 años y pronto a ser abuelo, Argentina le ha pedido una mano al D10s, para que revierta su presente, quizás para quien ya le ha visto la cara a la muerte, y se acerca a la media vida, esto solo sea un partido mas, puede que logre ganarlo o el destino escribirá, que a un día de su cumpleaños, volvió a morir un poco en el intento.

Que la paz sea con el mundial

Somos los últimos y era de esperarse. Aquellas ráfagas de ilusión que estuvieron matizadas con una capa delgada de actitud diferente en la fecha pasada, hoy solo resultan falaces respuestas a una realidad que duele pero se hace más cierta. Como cierta se va haciendo la profecía, que ir al mundial, para los peruanos, ya es una cruel y odiosa utopía.

Allá arriba, en La Paz, donde el aire es escaso, este equipo peruano necesitado de un soplo milagroso, se encontró con la sorpresa de encontrar su balón de oxígeno con un agujero que le empezó hacer perder aire demasiado pronto. El orgullo y la sangre en el ojo no explotaban aún cuando el segundo testarazo de Botero aniquilaba las fuerzas por completo y si faltaba el aire en esos instantes, este gol estaba terminando por ahogar las pretensiones de este grupo, que se fue cargado a Bolivia con demasiadas mochilas de responsabilidades asumidas por su misma gente, que olvidando un presente ineludible, se hizo de pancartas y alegorías ufanas, propias de nuestra mala costumbre de construirnos castillos en el aire.

Chemo hablaba de agruparse atrás y manejar la situación con perfil de humildad, esto parecería lo ideal, pero por lo visto ante Bolivia, seguimos igual, cada vez que vamos de visita, nos vacunan demasiado temprano, cuando el orden va tomando forma y los jugadores empiezan a tomar posiciones, el marcador ya tiene un dígito en contra y desde allí los planes y los deseos se convierten en ansias y estos a su vez devienen en apresuramiento y por consiguiente la angustia termina por propiciar los errores, que tienen consecuencia fatal.

No podemos asumirle la derrota a nombres que estuvieron o faltaron, la fatalidad de perder hombres en el camino se está haciendo moneda corriente y en ese ínterin, mas por necesidad que por capacidad, se sueltan al ruedo, jugadores que no tienen el kilometraje a nivel de selección que les brinde la capacidad de plantarse con personalidad en situaciones difíciles. Para este partido Zambrano y Chavez (por ejemlo) era su primera vez en la altura. A 3,600 mts, hay que saber correr lo necesario y la administración de energías es una valiosa arma, pero ésta se obtiene con muchos partidos de elite que brindan ese plus llamado experiencia.

No es hora de ponerse mas tristes de lo que ya estábamos, quizás resulte duro para los que aferrados a la nostalgia de la épica carrera del “Loco” Vargas, se hicieron la idea de que ir a La Paz, era un periplo simple y que todo era cuestión de actitud. De esto último quizás no existan quejas mayores, pero lo que se viene es mucho mas duro, Paraguay, luego Brasil de visita, con los antecedentes que llevamos a cuestas, podríamos asegurar que en casa ajena solo nos atrevemos a tocar el timbre, porque nos tiemblan las piernas, cuando el dueño de casa nos hace pasar a la sala.

La buena estrella blanquiazul

Quien lo diría, este Alianza hace unas semanas, era un enfermo con diagnóstico de pronóstico reservado. Se mantenía con vida, gracias al respirador de su esperanza y la fe de su gente que seguía saltando en el ‘comando sur’. El Dr. Richard Paez, para salvarle la vida, decidió inyectarle directo a la vena, una gran dosis de actitud, compromiso y trabajo, que fueron haciendo efecto, conforme crecían sus deseos de recuperarse. Hoy aparece renovado y jovial, aferrado a sus ansias de vivir entre alegrías y festejos. Ya no tiene esa mirada perdida en la incertidumbre, ni ese rostro apesadumbrado que conjugaba su crisis mental de no tener un horizonte y que se estaba dejando ganar por el cáncer de la mediocridad.

Hoy este Alianza es diferente, el punto de quiebre, se inició con esa buena racha, que contagió a los peruanos de un espíritu diferente para manejar la adversidad, de crecerse ante la dificultad y asumir con entereza las pruebas que el fútbol suele poner en juego a sus protagonistas, para que puedan demostrar de que están hechos.

El fútbol de hoy maneja nuevos códigos y uno de ellos, quizás el mas importante es la actitud. El equipo de Paez ha llegado a entender que debe entrar al campo y asumir el control del balón con decisión, sea de local o de visita, quizás allí parte el principio de ese nuevo estilo blanquiazul, de ir al frente con el vértigo de sus laterales, la fuerza y la técnica de sus volantes y la agresividad de sus atacantes. El dominio inicial de Alianza sorprendió a Cristal, lo hamaqueó de su parsimonia, lo sacó de sitio y provocaron errores de la defensa rimense que facilitaron los goles de Sidney Faiffer y Wilmer Aguirre. El descuento de Cristal llegó cuando el telón del primer acto estaba cerrando una actuación pareja de Alianza y una tardía reacción celeste.

Si bien es cierto la figura de Johnnier Montaño destacó por su fuerza y la habilidad e inteligencia para crear peligro continuo. Fue nuevamente el “zorrito” Aguirre el que marcó diferencias y fue la pesadilla para la zaga rimense, marcando el desequilibrio con su velocidad endiablada y esta vez nuevamente haciéndose presente en el marcador, aunque con una manita de fortuna. Cuando se tenía que asegurar el partido, le puso su cuota de sacrificio que el ‘comando su’r valoró con una salva de aplausos al final del partido. Gratificante resulta como el juvenil Aldo Corzo se va consolidando, nuevamente demostró su empuje y ese talante que lo hace diferente, ojalá que siga ese camino ascendente, porque la selección necesita sangre joven por esa banda y sobre todo con ese conchudo actuar, que se hace tan necesario para partidos transcendentes.

Este Alianza hoy camina con paso seguro, en menos de un mes, se ha tumbado a los más difíciles escollos que podía tener en su camino y ello ha levantado su optimismo, le ha cargado las baterías a su ilusión y ha empezado a pensar en grande. Este Alianza que empezó a resurgir de entre los escombros, hoy tiene traje nuevo y cercano al mes de los milagros, se alista para ir a la iglesia y agradecer por este presente que lo ha dejado honorable y ya le presentó sus credenciales a los que estuvieron lejos de sus ojos para que lo tengan en cuenta, cuando se trate de pelear un lugar entre los elegidos.

El hincha de pecho blanquiazul, hoy tiene marcada su sonrisa y no es para menos, pero ruega en silencio que esta buena estrella siga alumbrando su camino, tanta desazón le ha agujereado el alma, pero aún tiene entero el corazón, aquel que resistió los momentos amargos, con entereza y que guarda un lugar abierto para el festejo y la alegría.