El Señor de los cielos

TRIUNFAZO!!!
Son partidos como este, los que hacen olvidar a los peruanos, que hace unos meses tiraban por la borda todas sus ilusiones y pisoteaban su esperanza. Son triunfos como este, los que rompen los esquemas del sentimiento, los que desfogan las emociones y hacen samaquear el corazón a una intensidad de 9.9 en la escala de Richter.
 
Son epopeyas como esta, las que exaltan el fervor y unen en un solo abrazo a los 30 millones de peruanos, marcando la escarapela del orgullo patriotero en su pecho. Son este tipo de resultados, por la trascendencia, el rival y sobre todo porque se rompió una hegemonía de muchos años, los que en una etapa crucial de clasificación, encienden la flama de la ilusión que entusiasman más de la cuenta, desbocando el sentido común, el equilibrio y el raciocinio. Y es que el hincha es así, le cuesta entender que hay motivos para celebrar, pero también para poner los pies bien fijos sobre la tierra.
 
HAZAÑA EN LAS ALTURAS
Era un partido que definía la suerte de ambos. Debía asumirse riesgos para romper una supremacía de resultados adversos. Gareca optó por partir el esquema, fijando bloques de contención, con un 4-3-3 para controlar el posicionamiento rival y neutralizar el desborde por bandas, anticipando a los grandotes fuera del área. Arriba un tridente para hacer presión alta en momentos justos y ventilar la recuperación, evitando que Ecuador realice ese juego de demolición con sus aviones por los costados y cuando se tenía el balón, administrarlo con propiedad.
 
Fueron vitales en este orden táctico la zaga sin fisuras, con Rodriguez -pareciera que juega en la Premier League- ganando todo arriba, Ramos siendo la sombra y complemento así como Corzo para jugarse entero y cerrar su lado. Trauco, aún con desbalance y sufriendo el desborde de Valencia. Tapia como el soporte para recuperar y Yotún para la salida prolija. La ratificación de Cáceda repercutió en un arquero bañado en confianza y respondiendo acertadamente cuando le tocó actuar.
 
Costando la elaboración por la agresividad ecuatoriana en la marca, que importante resulta tener a Paolo arriba. Con lo que le cuesta jugar en altura, puede que no trascienda en el juego, pero es una pesadilla para el rival, logrando aligerar los espacios que recorren Cueva y Flores para el desequilibrio. Esta vez Carrillo fue el volante mixto para desbordar, pero copando defensivamente la franja por donde Ecuador es letal cuando hace la contra. Así como la tuvimos dificil, generamos de cara a la red. Los inicios de cada tiempo fueron trascendentales, para dar el equilibrio y oxigenación.
 
Europa nos ha devuelto a un Flores más entero físicamente, mas jugador, ya no es el “orejas” que solo escucha, también está bien de la cabeza y toma buenas decisiones. Si Perú hoy se ha reencontrado con los resultados, Flores ha resultado vital, marcando goles decisivos en momentos claves. Hoy es un referente de Gareca y funcional jugador, que es mas practico que vistoso, pero sumamente eficaz. En Quito no fue la excepción y abrió el camino con un sablazo cruzado que remeció el Perú entero.
 
Ingreso importante de Cartagena, en un momento crucial, quitó y la distribuyó adecuadamente, su actuación pasa por esa madurez futbolística que acentúa a su corta edad. Un buen prospecto y realidad vigente que se espera se consolide con más kilometraje. Cuando todo se orientaba que la “foquita” Farfan ingrese a recorrer la banda derecha y ser la puñalada asesina. Gareca optó por un “caballito” de Troya, un nombre desconocido para la zaga ecuatoriana, pero que en su mejor versión y apareciendo de sorpresa, hizo el segundo con una técnica exquisita, abriendo el pie y poniéndola tan justa a un rincón inexpugnable para Banguera.
 
LOS MOMENTOS DEL FUTBOL
Qué duda cabe hoy en día, el fútbol es de momentos. Mientras las selecciones referentes de Europa bostezan esperando a sus rivales de turno, en Sudamérica cada partido cuesta sudor y lágrimas. Los que empezaron como una tromba, han decaído por efectos de un recambio generacional que ha encontrado a equipos como Chile, Paraguay o Ecuador en momentos inciertos y a Perú en un momento sublime y con nuevos rostros. Argentina sin hallar el rumbo y Uruguay luchando siempre, aseguran una definición de infarto, como hace muchos años no se veía.
 
En el fútbol moderno las dependencias van quedando de lado, prevalece mucho mas el juego asociado y como las individualidades aportan al colectivo. Lo vemos en las selecciones donde los nombres relevantes no funcionan cuando deben ser equipo y les cuesta en demasía plasmar su categoría a los resultados inmediatos. Son estas eliminatorias las más duras y difíciles del mundo, donde cuesta demasiado sostener una regularidad.
 
TAN CERCA Y TAN LEJOS
Hoy seguimos tan cerca de las posibilidades reales de ir al mundial. Se depende de sí mismo y la capacidad para demostrarlo en el verde, pero a la vez nos sentimos lejos, por esas circunstancias ajenas que son parte del futbol, algunas que se juegan en un escritorio y otras que están ligadas al lado espiritual y mental, algo que adolecemos y que en el pasado nos ha pasado factura, que en verdad de Dios, esperemos no nos vuelva a suceder. No ahora que estamos tan cerca. Será vital en el tramo final de esta clasificación, la humildad, como el bálsamo para el manejo de las emociones y la jerarquía, para demostrar el aplomo y la capacidad en los momentos determinantes.
 
LA SUERTE DEL CAMPEON Y LA FE DEL HINCHA
Aunque siempre será discutible su existencia en el fútbol, mucho se habla de la suerte del campeón, aquella premisa que acompaña a los que logran objetivos sorteando dificultades que parecen inverosímiles. Quien sabe y si Perú clasifique al mundial, lo que más se recuerde, sea esa jugada fatídica de infarto que provocó el gol fallado por el Boliviano Justiniano en la puerta del arco peruano, en el minuto final, que nos hizo creer que ya nada pareciera imposible.
 
La bicolor se encuentra en zona de clasificación y a dos pasos de asegurar un cupo para Rusia. Es hora de poner los pies en la tierra, aún no es momento de comprar los boletos, ni de aventurar un epílogo glorioso. Por ahora solo se puede hacer las reservas, pero con cargo de devolución. Y cuan paradójico resulta el fútbol, que le brinda a Gareca la oportunidad, a su reniego de voluntad, de ir a Buenos Aires y darle a Perú la posibilidad más cercana de clasificación, en el mismo lugar donde un día se la quitó.
 
Se vienen las fechas decisivas en el mes de Octubre, mes de los milagros. El hincha peruano celebra jubiloso, porque tiene motivos para la sonrisa y hace de la fe una devoción en una montaña. Hoy ha ido a las Nazarenas, le ha puesto la bicolor al Cristo Moreno y ha rezado por su presente y su futuro, por este triunfo épico en las alturas, pero también para agradecer por esta realidad tan necesitada, al Señor de los Cielos.
  

1 comentario:

  1. Genial Dieguito, gracias por la alegría que producen tus palabras. Abrazo de gol.

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