Si hay un hincha
que hoy tiene el orgullo inflado en el pecho, como un globo de gas, ese es el
peruano. Quizás se deba a ese kilométrico periodo de anonimato mundialista, la
forma vibrante y excitante de la clasificación a Rusia o simplemente se trata
de un estado emocional de desfogue, producto de una coyuntura política y social
de un país éticamente destartalado, que encuentra en el fútbol ese bálsamo que permite
calmar su decepción. Es la única explicación para lo que se vivió en el Hard
Rock Stadium de Miami, que pareció el Nacional de Lima, con banderas y gente de
rostros felices, comparsas y el aliento desgañitado del hincha, que ya no solo
sigue a su selección a todas partes, ahora cree en ella y apuesta la camisa. Un
marco impresionante que conmovió a todos por TV, una experiencia inmortal para
los que cantaron el himno con lágrimas en los ojos y una daga de nostalgia en
el corazón.
Estos partidos de
preparación, antes de la justa mundialista, son tubos de ensayo, sondeos que
hacen los técnicos, para evaluar el terreno que pisan y hacer las pruebas de sus
equipos, sus sistemas y el funcionamiento colectivo más allá de una evaluación
de rendimiento individual. Para Gareca fue precisa la ocasión, Croacia un rival
con nombres descollantes y con similitudes a Dinamarca, primer rival a vencer
en Rusia, el primer y más importante escollo a salvar.
Se hizo un buen
primer tiempo, con el posible once titular y un 4-4-2 con variantes y cambios
posicionales en los hombres de avanzada, con Farfán y Carrillo en buen nivel
competitivo, Cueva y Flores más laboriosos que lucidos, solidarios para la oportuna
presión alta, reduciendo espacios a una Croacia que no está aún en su pico de
rendimiento, pero que tiene a un excelente jugador como Modric, al que Tapia
anuló con marca posicional, siendo baluarte en la recuperación y el equilibrio con
Yotun para la salida prolija. En defensa, un nombre para ponerle atención al
rezo de contar con alternativas de titularidad permanente: Anderson Santamaría.
Hacer un partido
con un buen resultado como este 2-0 ante Croacia apagando estrellas de la talla
de Modric, Rakittic, Perisic, Kalinic y Mandzukik, tiene su valor agregado,
desde la premisa de acostumbrarnos a esta sana costumbre de saborear la
victoria, tuteando a cualquier rival y sus emblemas, jugando sin complejos y
con mucha actitud. La templanza de un jugador, justamente parte por creer
primero en sí mismo, en su capacidad física y técnica, para luego medirlo ante
el rival. El primer gol de Carrillo, fue producto de provocar el error pujando y porfiando bien arriba, sin miramientos a los galones. El segundo fue una conclusión de imponer un estilo, una forma de juego autentica, del toqueteo y la sorpresa vertical, como alternativa valida y plausible de llegar a la red.
Gareca sigue
encontrando esas variantes que requiere para el ensamble, basado en la
versatilidad de sus jugadores, no es bueno hacerse predecible y que los rivales
nos encuentren muy fácil la tuerca. El balón al piso, siendo muy ordenados para
pararnos defensivamente, mucha movilidad cuando se recupera el balón y
profundidad cuando se busca la verticalidad en ataque. Precisión para enlazarnos
mejor con el balón y edificar el juego desde el fondo. Una idea de juego que se
intenta fortalecer, jugando bien, que no necesariamente tiene que ver con lo
estético, pero muy tácticos, para los relevos, el retroceso y copamiento de los
espacios. En todo ello hay un porcentaje de riesgo que debe asumirse en cada
partido y en ello se ve una buena disposición para encarar el reto con una buena
cuota de valentía.
Era una
oportunidad para ver a Benavente, aunque pisó el verde en un momento complicado,
cuando los técnicos hacen las variantes. El hincha calenturiento desea ver al “Chaval”
eludiendo rivales y anotando o que Beto da Silva sea el nuevo Paolo, No razona
que con los cambios los rivales corren y meten, haciendo un partido más peleado
que jugado. Lo importante en estos partidos es que con los reemplazos no se
pierda la posición y el juego no decaiga, que se priorice el funcionamiento
colectivo antes que el individual, apuntar a un plantel y no solo a un equipo. Este
resultado es importante, pero solo es anécdota, hay muchas conclusiones que
tendrá Gareca, el hincha por su parte celebra y tiene la sonrisa limpia, eso está bien, pero
tranquilos, esto simplemente es un ensayo y solo es el inicio del camino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario