Una tregua para tomar aliento

La fecha premundialista ha sido la causa de que este apertura, que ya empezaba a calentarse, se haya tenido que sacar de la hornilla y ponerse a enfriar un rato en la mesa. Si retrocedemos en el tiempo podríamos decir que el acercamiento de un partido de nuestra selección generaba expectativa, aunque mucho mas ilusión que esperanza. Esta vez como nunca se ha sentido la paralización del torneo. Y es que las circunstancias se dan en un escenario que dejaba para la vista una sensación distinta, los equipos daban el espectáculo y el hincha ya se había enchufado, la última función había dejado a un Universitario mas líder que nunca y afianzado en su creencia viva de que el título está muy cerca y se puede palpar con los dedos. Aunque haya ensuciado el rostro de su máxima figura: Donny Neyra, con esas actitudes de niño malo, endiosado en el aplauso mediático que vienen dejando sus últimas actuaciones y que le haya valido un cupo en la selección del “Chemo”. Acaso ello mismo haya pasado desapercibido por la buena campaña crema.

El tremendo partidazo que hicieron Cienciano y un sorprendente Aurich, con goles para todos los gustos y emociones repartidas, que marcaron el debut histórico de los Bazalar, padre e hijo jugando juntos. Aunque el tema de la altura cada vez se vuelva mas simple de afrontar, que el mismo actuar de un Cienciano a quien le cuesta hacerse de un sólido estandarte y se muestra como un equipo a veces mezquino y a veces tan contundente, pero siempre tan ligado a pelear la cima, aún a costa de su propia irregularidad, un mal común de nuestros equipos.

Alianza ha resucitado, pero sigue siendo un muerto viviente, solo esperando el final de este amargo y casi trágico apertura que como le pasó a Cristal el año pasado, se estaba haciendo una terrible pesadilla. Ni la calidad de Montaño, tampoco la repatriación de Baylón y Aguirre le marcaron diferencias notables, el barco se ha manejado a la deriva y se ha guiado
mas por la intuición de su sorprendido y cándido DT interino, que un día se levantó y encontró el buzo al pie de la cama, que por su propia capacidad de resolución de los conflictos internos que dejan una estela gris en el cielo de Matute. Quizás esta paralización les sea mas ventajosa a los íntimos, que por ejemplo a un Cristal que se consolida en su fuerza vencedora, que ha recuperado su nombre en esencia y mas allá de las individualidades, el equipo se mira parejo y solo espera hacer “el partido” para sentirse mas seguro de lo que quiere y de lo que apuesta de cara al título.

Esta interrupción no llega bien, no tenía que ser en este momento, porque ya le habíamos encontrado el gusto a la entrada y de pronto nos quitaron el plato de fondo, nos ponen otro menú, uno mas refinado con olor a Buffete, pero nosotros tan afines y famosos por el arte culinario, somos románticos con nuestros gustos y realmente el que estábamos digiriendo era el mismo de siempre, pero esta vez el sabor estaba diferente y mas agradable. No sabemos como afrontarán los equipos este receso, la premisa de no perder el ritmo futbolístico, es la mayor preocupación de todos los DT pero así como existe presión por la pelea que se libra arriba, también hay preocupación con lo que sucede abajo, el Boys ha dejado el sótano a costa del Vallejo que sucumbió en el Miguel Grau, pero ni siquiera el alma del “Caballero de los mares”, puede garantizar que los jugadores rosados puedan estar tranquilos, sin fútbol y sin plata, no se mira buen panorama en el puerto.

Queda la interrogante entonces, cuando se reanude el campeonato, si Universitario será capaz de seguir la racha triunfadora. Si Cristal se consolidará en su juego y consiga ser un equipo sólido en ideas y consecuente con sus argumentos. Si Alianza en la apuesta a destiempo por el nuevo técnico, pueda abotonarse bien la camisa para una presentación digna y conseguir olvidar este sabor amargo de su realidad indeseada. Que los equipos no pierdan el ritmo y nos entreguen un final de campeonato con la misma brillantez con que los encuentra esta parada obligada en el camino, realmente nos genera muchas dudas, tan igual o peores de las que ya nos viene ocasionando la razón de la pausa: La Selección del “Chemo” y su aventura pre-mundialista.

El gordo bello de Careca

Quien lo diría y las cosas que tiene el fútbol, si hace unos meses nomás -algunos días para ser exactos- los adjetivos mas benevolentes eran sinónimos de “inservible” o “innecesario”, claramente prescindible para los técnicos y una piedra en el zapato para la exigente “Trinchera Norte”. Quien lo diría, si aquel muchacho bonachón de físico mofletudo, que asomaba con condiciones para el fútbol, por su técnica sutil y la fuerte pegada, era un cúmulo de errores de comportamiento, amparado por un entorno difícil de sobrellevarlo, las malas amistades le hacían una marca exigente y él era débil de carácter, mas se hablaba de su vida pública turbulenta que de su ascenso como buen futbolista. Su figura rolliza ha sido tema de burlas y exageradas llamadas de atención, como portadas de pública mofa, pero siempre el muchacho, fiel a su estilo, se salía por la tangente y terminaba en el mismo lugar, de donde no lograba despegar.

Pero el fútbol, así como tiene revanchas, brinda oportunidades muy escasas y a menudo no son aprovechadas por aquellos jugadores que tienen una varita mágica en los botines, pero una gran cantidad de materia inservible en el cerebro. El fútbol que brinda espacios y circunstancias, quiso entonces que la desgracia sea una forma de condición para que este regordete moreno con cara de niño travieso, el destino le regaló un espacio, sin que alguien le haga sombra. Mayer Candelo, el cerebro y motor de la “U”, el creador de fútbol, debía alejarse por una seria lesión y se hablaba de sustitutos inmediatos, la urgencia de resultados y sobre todo de buenas actuaciones, puso a Careca en la disyuntiva de replantear el equipo, de cortar cabezas y reorganizar el sistema, se acercó a Donny Neyra -que andaba peleado con la hinchada, que hacía partidos para 5 puntos y a veces había salvado la noche con algún zapatazo que lo salvó a él mismo de la furia en la tribuna- lo miró a los ojos, le extendió la mano y le dijo “usted me sirve, no se vaya aún”. Entonces comenzó un romance extraño, que nadie entendía bien, pero que el argentino, sabía muy adentro que en algún momento, este regordete, le terminaría dando la razón a punta de buenas actuaciones.

Hoy miro a Donny Neyra, hacer una filigrana, seguro de si, habilitando a sus delanteros y ponerlos de cara al gol, lo veo de cuando en vez, ensayar un furibundo “fierrazo” que levanta toda la trinchera, aquella que lo insultaba, que le había puesto la cruz y que últimamente corea su nombre con orgullo. Hoy esa misma trinchera que pedía su salida abrupta, observa a un menos rollizo jugador, que se viene cuajando, porque entendió que el fútbol es demasiado efímero como para darse el lujo de seguir siendo comparsa de su conformismo, que era el tiempo de decirle a la cara a todos los que solo veían en él un buen filón para la noticia frívola, que también sabía jugar al fútbol y que podía convertirse en un icono de esta “U” que sigue en racha, tumbando rivales, aunque aún no sea un buen equipo, pero que en base a sus individualidades, que trabajan bien en el grupo, el camino hacia el título cada vez lo sientan mas cerca.

Quien lo diría, en nuestro entorno futbolero, donde estamos tan escasos de figuras relevantes, un díscolo personaje, que pudo quedarse para siempre, con la etiqueta de promesa, hoy, gracias a una situación fortuita, haya encontrado la oportunidad de ser el referente mayor del equipo de Careca, el jugador que la hinchada sigue con la mirada y que en estos últimos partidos, ha estado incluido en gran parte (por no decir todas) las jugadas de gol de esta “U” que sigue remando en el camino correcto, mas allá de lo que ocurra con los demás rivales directos de este apertura que empieza a teñirse de crema. Aún es temprano para pintarlo de favorito, pero si sigue creciendo como grupo sólido, el título va dejando de ser una utopía.

Quien lo diría, el “gordito de 100 kilos”, el inquieto moreno de mirada traviesa, el que estuvo a punto de irse de la tienda merengue, por presión de la hinchada, hoy es el emblema, el referente y quien para beneplácito de los que añoramos ver aparecer figuras en nuestro fútbol nos parece saludable, mas allá del color de camiseta que le pinte. Algo vio Careca en este gordito, algo le dijo para sus adentros que a falta del genio de la lámpara, tenía muy cerca de este jugador que se viene constituyendo en figura estelar de esta crema. Por el momento el DT argentino se siente tranquilo, porque no tuvo que buscar demasiado para encontrar a su "gordo bello".