El gordo bello de Careca

Quien lo diría y las cosas que tiene el fútbol, si hace unos meses nomás -algunos días para ser exactos- los adjetivos mas benevolentes eran sinónimos de “inservible” o “innecesario”, claramente prescindible para los técnicos y una piedra en el zapato para la exigente “Trinchera Norte”. Quien lo diría, si aquel muchacho bonachón de físico mofletudo, que asomaba con condiciones para el fútbol, por su técnica sutil y la fuerte pegada, era un cúmulo de errores de comportamiento, amparado por un entorno difícil de sobrellevarlo, las malas amistades le hacían una marca exigente y él era débil de carácter, mas se hablaba de su vida pública turbulenta que de su ascenso como buen futbolista. Su figura rolliza ha sido tema de burlas y exageradas llamadas de atención, como portadas de pública mofa, pero siempre el muchacho, fiel a su estilo, se salía por la tangente y terminaba en el mismo lugar, de donde no lograba despegar.

Pero el fútbol, así como tiene revanchas, brinda oportunidades muy escasas y a menudo no son aprovechadas por aquellos jugadores que tienen una varita mágica en los botines, pero una gran cantidad de materia inservible en el cerebro. El fútbol que brinda espacios y circunstancias, quiso entonces que la desgracia sea una forma de condición para que este regordete moreno con cara de niño travieso, el destino le regaló un espacio, sin que alguien le haga sombra. Mayer Candelo, el cerebro y motor de la “U”, el creador de fútbol, debía alejarse por una seria lesión y se hablaba de sustitutos inmediatos, la urgencia de resultados y sobre todo de buenas actuaciones, puso a Careca en la disyuntiva de replantear el equipo, de cortar cabezas y reorganizar el sistema, se acercó a Donny Neyra -que andaba peleado con la hinchada, que hacía partidos para 5 puntos y a veces había salvado la noche con algún zapatazo que lo salvó a él mismo de la furia en la tribuna- lo miró a los ojos, le extendió la mano y le dijo “usted me sirve, no se vaya aún”. Entonces comenzó un romance extraño, que nadie entendía bien, pero que el argentino, sabía muy adentro que en algún momento, este regordete, le terminaría dando la razón a punta de buenas actuaciones.

Hoy miro a Donny Neyra, hacer una filigrana, seguro de si, habilitando a sus delanteros y ponerlos de cara al gol, lo veo de cuando en vez, ensayar un furibundo “fierrazo” que levanta toda la trinchera, aquella que lo insultaba, que le había puesto la cruz y que últimamente corea su nombre con orgullo. Hoy esa misma trinchera que pedía su salida abrupta, observa a un menos rollizo jugador, que se viene cuajando, porque entendió que el fútbol es demasiado efímero como para darse el lujo de seguir siendo comparsa de su conformismo, que era el tiempo de decirle a la cara a todos los que solo veían en él un buen filón para la noticia frívola, que también sabía jugar al fútbol y que podía convertirse en un icono de esta “U” que sigue en racha, tumbando rivales, aunque aún no sea un buen equipo, pero que en base a sus individualidades, que trabajan bien en el grupo, el camino hacia el título cada vez lo sientan mas cerca.

Quien lo diría, en nuestro entorno futbolero, donde estamos tan escasos de figuras relevantes, un díscolo personaje, que pudo quedarse para siempre, con la etiqueta de promesa, hoy, gracias a una situación fortuita, haya encontrado la oportunidad de ser el referente mayor del equipo de Careca, el jugador que la hinchada sigue con la mirada y que en estos últimos partidos, ha estado incluido en gran parte (por no decir todas) las jugadas de gol de esta “U” que sigue remando en el camino correcto, mas allá de lo que ocurra con los demás rivales directos de este apertura que empieza a teñirse de crema. Aún es temprano para pintarlo de favorito, pero si sigue creciendo como grupo sólido, el título va dejando de ser una utopía.

Quien lo diría, el “gordito de 100 kilos”, el inquieto moreno de mirada traviesa, el que estuvo a punto de irse de la tienda merengue, por presión de la hinchada, hoy es el emblema, el referente y quien para beneplácito de los que añoramos ver aparecer figuras en nuestro fútbol nos parece saludable, mas allá del color de camiseta que le pinte. Algo vio Careca en este gordito, algo le dijo para sus adentros que a falta del genio de la lámpara, tenía muy cerca de este jugador que se viene constituyendo en figura estelar de esta crema. Por el momento el DT argentino se siente tranquilo, porque no tuvo que buscar demasiado para encontrar a su "gordo bello".

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