Aqui estoy, aqui existo

La U es la U reza una frase hecha por el “Puma” Carranza y que el hincha la ha hecho suya. Y cuánta razón tienen a veces, porque si existe un equipo peruano al que su hinchada hace pesar para bien o para mal ese es Universitario. Cuanto presionan en la cancha, donde juegue su equipo y cuanto lugar lejano exista, siempre hay gente crema alentando y pujando por sus colores. Y debe ser algo de eso lo que hace que la U, cuando más herida de muerte se encuentra, logra aquello que se acerca más a la grandeza y la fortaleza mental que al propio juego en cuestión. A veces se hace creíble aquello de que la U es más grandes que sus problemas.
 
Si hay algo cierto en el fútbol, es que un equipo es fiel reflejo de su DT, de la personalidad para encarar el juego y hasta de la forma en que se pretende afrontar un campeonato. Juan Reynoso debe ser el mejor técnico peruano en la actualidad, los números hablan por sí solos y no hace falta cuestionamientos de su capacidad, para lograr tercamente que sus equipos funcionen según la disponibilidad y perfiles de sus jugadores, rotando sus participaciones parejas en todo el torneo y privilegiando el plantel, que es su fortaleza como director de una empresa, donde su mejor patrimonio, no es su maquinaria ni su infraestructura, sino su personal.
 
 
La llave más complicada de semifinales, ha sido jugar contra Melgar, porque no se enfrenta a un equipo, se choca contra una fuerza pareja y con un aliado fundamental que es la altura de Arequipa. La U lo afrontó desde el primer partido en Lima, con un primer tiempo arrollador, donde fue una tromba, desdibujando a Melgar hasta someterlo a la mínima esencia de sus debilidades. Pudo haber hasta goleado sin despeinarse, pero su mejor momento no lo trasladó al marcador y su falta de contundencia lo hizo pagar caro, aparte de que se le apagaron dos motores en pleno vuelo. Melgar es de esos equipos que radican en la paciencia, su virtud para acomodarse y ser contundente en los momentos claves.
 
La vuelta en Arequipa, a pesar de lo remoto que resultaba en el papel, fue un fiel calco del primer partido. Un arranque crema explosivo, arrollador, con la sangre en el ojo. Asfixió a un Melgar que como en Lima, no encontraba el hilo de la madeja, cundiendo otra vez la desesperación en sus líneas. Manicero primero y Polo después, hacían el milagro en Arequipa, un 2-0 que lapidaba a Melgar que perdía a Quina y Fernandez por lesión, estaba sin ideas, sin claridad y sin juego, eran causas que parecían colocar un manto negro al pie del Misti. La frase del “Puma” Carranza se hacía un proverbio en la cancha.
 
Pero quedaban balas en la cacerina de Reynoso, el empuje rojinegro, se fue reflejando en un dominante complemento donde todo gira 180°, deja Melgar de ser parco y hace mas juego asociado, con Fernandez, el recuperado  “Churrito” Hinostroza y “Wally” Sánchez, desnivela a partir de la rotación del balón, para ahogar los ímpetus cremas y aunque falla un penal con Cuestas, no deja de golpear. el colocho Fernández hace el primero y luego Alexis Arias un jugador con el sello en la frente de Reynoso, para hacer el ida y vuelta temporizando el juego, hace el milagro emparejando la cuenta y concediendo al equipo del Misti la posibilidad de lograr el Bi-campeonato.
 
Reynoso ya no es el de antes, ha entendido que antes que seguir el instinto del primero me defiendo y después existo, debe agregarle una dosis de riesgo, de variantes en el juego, que es justamente donde ha invertido, tiempo y dedicación para la elaboración con paciencia y tino, algo que le ha servido para revertir los resultados cuando le tocan partido chatos, por el rival o por esas cosas que tiene el fútbol. Reynoso contra la U jugó tanto de local como de visita, con dos líneas definidas para defender con lo justo y presionar con volumen. De seguro existirán partidos que los pierda, porque los riesgos traen consecuencias, pero vale en demasía que hoy arriesgue más de la cuenta y que de cara a pretender ser posible DT en un equipo extranjero, le viene bien seguir los preceptos que hoy le exigen la modernidad que impera en el fútbol competitivo.
 
Se le viene otra final a Reynoso y al pueblo arequipeño, se encuentra frente a un Cristal que pasó de la angustia al éxtasis, casi en las mismas circunstancias, pero en diferente escenario, nuevamente tiene en frente  a un rival que trabaja en serio en el futbol peruano y que aspira a coronar con otra estrella su esforzado trabajo. Ya no es casualidad y tampoco obra de la ventura, Juan Reynoso, llega a otra instancia final y al margen del resultado que obtenga, como que ya se va haciendo hora de que se reconozca su capacidad, quizás en otro nivel de competencia, quizás en nuestra propia casa, con su propia gente, porque aunque no le gusta el tumulto y tampoco hablar demasiado, desde hace un buen tiempo, su trabajo parece hacerlo por él de manera notoria, dejando un mensaje descifrable de decir siempre: Aquí estoy, aquí existo.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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