Extrema definición

En el futbol, la instancia de los penales suelen ser la forma de definición más injusta, porque nada está escrito y nada está garantizado, pero es tan real y odiosa que en un solo instante mata ilusiones o desborda pasiones. Son esos momentos cruciales donde el ejecutante y el arquero tienen la misma relevancia, pero que el destino no respeta nombres ni pergaminos. Un penal lo pueden fallar Cazulo, Sawa, Zela, Cuesta o Platiní, Maradona o Messi. Son instantes fatales, que no siempre se relaciona con la capacidad, el talento o el equilibrio de poderes, es más una cuestión emocional, un estado mental que pasa desde la ansiedad hasta altos niveles de presión espoleada que termina marcando un resultado benevolente para el corazón cuando se gana, pero igual de doloroso para el alma cuando se pierde.
 
Fue la única manera de destrabar un partido áspero, donde Muni se puso a tiro de gracia para luchar un cupo en el podio, primero desde esa agonía para hacer la diferencia en su fundo de Villa el Salvador, después para afrontar con paciencia e inteligencia esta vuelta en el Nacional, ante un Cristal que tiene más nombres y categoría quizás, pero que le cuesta doblegar a su contrincante, se le hace difícil mantener el ritmo y terminan jugando como quiere el rival. Un trámite con más fricción y músculo que fútbol, un partido para definirse por un gol de diferencia. Cristal mas abocado en neutralizar, cortando circuitos de Ismodes, Lavandeira y García, con prodigioso trabajo de Aquino, un jugador de gran futuro que tiene el soporte de Ballón y Cazulo detrás para el equilibrio defensivo y de Calcaterra y Ramúa, en salida que forma parte de este Cristal más asociativo, de trabajos en bloques y solidario para la recuperación que suele hacerlo a veces carente de peso ofensivo.
 
Municipal mas peleador, equilibra el juego a partir de la presión en campo contrario, sin encontrar variantes, carente de salida limpia, porque no tiene en Gonzales Vigil a un referente técnico y Alfageme que pierde tan mal aquello que recupera tan bien. Le cuesta mucho la elaboración y queda más expuesto para luchar y desgastarse, que para jugar y encontrarse. Pero encomiable el trabajo edil, para siempre intentar sin desmayo, buscando el juego aunque a veces resulta tan predecible. En el tramo final la tuvo Cristal, pudiendo evitar la definición angustiosa, Calcaterra, se la devora dos veces seguidas y en el tramo final cuando el arresto físico era escaso, se hace relevante la figura de Zela, que pareciera tener dos resortes en las piernas, no paró de saltar y ganar todo arriba, en parte fue artífice para ir a los penales.
 
Una definición angustiosa y emotiva. Errar dos penales seguidos al inicio de la tanda, originó una presión adicional para ambos equipos, más aún si Penny ataja a García lo que hubiera significado un epilogo adelantado. El “loco” Delgado hizo lo suyo, pero no alcanzó, el “Lobo” y Zela ejecutaron bien en los entrenos, pero no vieron la luz en la hora de la verdad.
 
Aunque el “hubiera” suele ser una quimera y no existe para el fútbol, son esas circunstancias impropias del “pudo ser” los que se siguen regañando cuando ya no hay vuelta atrás y se debe aceptar el resultado con hidalguía. En el fondo el fútbol suele a veces tener esos actos de justicia que no necesariamente le crean una jurisprudencia a sus decisiones.
 
Este Municipal, que renació cual ave fénix y no hace mucho luchaba por no desaparecer, hoy es un equipo esforzado, irreverente a veces y muy solidario entre líneas, aunque es más seguro que deba rearmar su plantel de cara al próximo año, pues casi medio equipo está en los ojos de los grandes. Este Muni se quedó por muy poco, tanto como lo que le queda de oxigeno para disputar lo que resta, pero ha dejado a sus hinchas con un sabor a gratitud y orgullo, por dar más de lo que se podía y entregar algo que va mas allá de una camiseta y que está más ligado a una tradición arraigada en un pueblo edil que respira futbol desde antaño y porque en este torneo ha logrado hacer prevalecer la personalidad de sus hinchas y la nobleza de su historia.
 
Muni hizo lo que humanamente pudo, no hay nada reprocharle, quizás muchos sueños que volaron demasiado alto y que han costado un sufrimiento bajarlos a tierra. Esta definición pudo ser histórica, por la forma como se hizo esta campaña y por la forma como un grupo de jugadores lograron unir capacidades individuales, sumando a un colectivo que estuvo a un tris de hacer la hazaña. Pero ya ha pasado la euforia y la gente edil, como otras veces, levanta sus banderas, eleva la mirada y se va tranquilo, su alma está curtida para estos trances, llega a casa y enciende la vela eterna de la ilusión y deja tranquila su conciencia. Han habido golpes mas fuertes y vientos devastadores, que esto solo es una ventisca, un simple soplo a la emoción, que por un momento se hizo angustia y euforia, pero que ya se encuentra controlada.
 
A Cristal le espera un tramo complicado, le viene un Melgar que se le parece mucho, disparejos en el juego pero con algo que les falta a muchos, un buen plantel al que debe sumarle mucha contundencia y efectividad, a la hora de la búsqueda del resultado y la definición en el verde.
 
 

Aqui estoy, aqui existo

La U es la U reza una frase hecha por el “Puma” Carranza y que el hincha la ha hecho suya. Y cuánta razón tienen a veces, porque si existe un equipo peruano al que su hinchada hace pesar para bien o para mal ese es Universitario. Cuanto presionan en la cancha, donde juegue su equipo y cuanto lugar lejano exista, siempre hay gente crema alentando y pujando por sus colores. Y debe ser algo de eso lo que hace que la U, cuando más herida de muerte se encuentra, logra aquello que se acerca más a la grandeza y la fortaleza mental que al propio juego en cuestión. A veces se hace creíble aquello de que la U es más grandes que sus problemas.
 
Si hay algo cierto en el fútbol, es que un equipo es fiel reflejo de su DT, de la personalidad para encarar el juego y hasta de la forma en que se pretende afrontar un campeonato. Juan Reynoso debe ser el mejor técnico peruano en la actualidad, los números hablan por sí solos y no hace falta cuestionamientos de su capacidad, para lograr tercamente que sus equipos funcionen según la disponibilidad y perfiles de sus jugadores, rotando sus participaciones parejas en todo el torneo y privilegiando el plantel, que es su fortaleza como director de una empresa, donde su mejor patrimonio, no es su maquinaria ni su infraestructura, sino su personal.
 
 
La llave más complicada de semifinales, ha sido jugar contra Melgar, porque no se enfrenta a un equipo, se choca contra una fuerza pareja y con un aliado fundamental que es la altura de Arequipa. La U lo afrontó desde el primer partido en Lima, con un primer tiempo arrollador, donde fue una tromba, desdibujando a Melgar hasta someterlo a la mínima esencia de sus debilidades. Pudo haber hasta goleado sin despeinarse, pero su mejor momento no lo trasladó al marcador y su falta de contundencia lo hizo pagar caro, aparte de que se le apagaron dos motores en pleno vuelo. Melgar es de esos equipos que radican en la paciencia, su virtud para acomodarse y ser contundente en los momentos claves.
 
La vuelta en Arequipa, a pesar de lo remoto que resultaba en el papel, fue un fiel calco del primer partido. Un arranque crema explosivo, arrollador, con la sangre en el ojo. Asfixió a un Melgar que como en Lima, no encontraba el hilo de la madeja, cundiendo otra vez la desesperación en sus líneas. Manicero primero y Polo después, hacían el milagro en Arequipa, un 2-0 que lapidaba a Melgar que perdía a Quina y Fernandez por lesión, estaba sin ideas, sin claridad y sin juego, eran causas que parecían colocar un manto negro al pie del Misti. La frase del “Puma” Carranza se hacía un proverbio en la cancha.
 
Pero quedaban balas en la cacerina de Reynoso, el empuje rojinegro, se fue reflejando en un dominante complemento donde todo gira 180°, deja Melgar de ser parco y hace mas juego asociado, con Fernandez, el recuperado  “Churrito” Hinostroza y “Wally” Sánchez, desnivela a partir de la rotación del balón, para ahogar los ímpetus cremas y aunque falla un penal con Cuestas, no deja de golpear. el colocho Fernández hace el primero y luego Alexis Arias un jugador con el sello en la frente de Reynoso, para hacer el ida y vuelta temporizando el juego, hace el milagro emparejando la cuenta y concediendo al equipo del Misti la posibilidad de lograr el Bi-campeonato.
 
Reynoso ya no es el de antes, ha entendido que antes que seguir el instinto del primero me defiendo y después existo, debe agregarle una dosis de riesgo, de variantes en el juego, que es justamente donde ha invertido, tiempo y dedicación para la elaboración con paciencia y tino, algo que le ha servido para revertir los resultados cuando le tocan partido chatos, por el rival o por esas cosas que tiene el fútbol. Reynoso contra la U jugó tanto de local como de visita, con dos líneas definidas para defender con lo justo y presionar con volumen. De seguro existirán partidos que los pierda, porque los riesgos traen consecuencias, pero vale en demasía que hoy arriesgue más de la cuenta y que de cara a pretender ser posible DT en un equipo extranjero, le viene bien seguir los preceptos que hoy le exigen la modernidad que impera en el fútbol competitivo.
 
Se le viene otra final a Reynoso y al pueblo arequipeño, se encuentra frente a un Cristal que pasó de la angustia al éxtasis, casi en las mismas circunstancias, pero en diferente escenario, nuevamente tiene en frente  a un rival que trabaja en serio en el futbol peruano y que aspira a coronar con otra estrella su esforzado trabajo. Ya no es casualidad y tampoco obra de la ventura, Juan Reynoso, llega a otra instancia final y al margen del resultado que obtenga, como que ya se va haciendo hora de que se reconozca su capacidad, quizás en otro nivel de competencia, quizás en nuestra propia casa, con su propia gente, porque aunque no le gusta el tumulto y tampoco hablar demasiado, desde hace un buen tiempo, su trabajo parece hacerlo por él de manera notoria, dejando un mensaje descifrable de decir siempre: Aquí estoy, aquí existo.