Perdonen si esta
vez una lágrima se escapa, es por la emoción contenida que ha explotado en mil
pedazos, cuando ha sonado el pitazo final en Huaral y que nos ha devuelto la
vida. Ese mismo pitazo final que sentenció nuestras voluntades hace 7 años y decretó
el castigo del destierro futbolístico, que nos hizo deambular por los quintos
infiernos.
MUNI querido, MUNI
de mi vida, hay tantas razones para seguir desahogando el sentimiento, tantas
cosas han pasado en este vía crucis interminable, este camino de espinas
recorrido descalzos, mordiendo los labios de resignación y masticando un dolor
injusto, insano y hasta sobrenatural. Esta hinchada fiel ha recorrido junto a
tu camiseta cada tramo de amargura, ha seguido el camino cruel del averno y de
la vergüenza y ha tenido que regresar hasta su propio génesis, para emprender
el camino nuevo, el camino de la esperanza con aires de gloria. Ha sido un
camino duro y degradante, pero allí estuvo tu gente devota, de fe
inquebrantable que hoy siente una satisfacción de matiz inconmensurable.
Perdonen el exceso
de entusiasmo desbordado, pero hay tantas razones para seguir disfrutando esta alegría
interminable que nos turba la razón, nos complace el espíritu y nos entusiasma
los sentidos, en este epílogo del sueño añorado y tantas veces esquivo, que nos
ha marcado el alma de sufrimiento, pero que al final nos ha recompensado la
esperanza y engrandecido nuestro orgullo.
MUNI querido, el
sueño se ha cumplido, esos largos 7 años han marcado el alma como azotes en la
espalda, fueron años que se hicieron siglos que hoy recompensan nuestra
ilusión y el convencimiento que nunca debimos irnos. Y es que finalmente
uno no termina de irse ni de despedirse del lugar de donde más lo extrañan. Es
el mejor homenaje para el maestro “Tito” Drago que desde un lugar del cielo,
hoy festeja en una nube. Es el mejor regalo para esta hinchada fiel y constante
que siente un estímulo para seguir creyendo y seguir soñando.
Quizás algunos solo
lo admiren, pero los demás nunca lo van a comprender, esto no es tan solo un
sentimiento, ni una pasión a veces inexplicable, esto es una RELIGIÓN, que vive
en el alma de todos los que aman con desmesura esta camiseta, esto es un CREDO
enigmático, que vive dentro de uno mismo, una exaltación febril, que solo lo
entendemos los bienaventurados seres de corazón edil que nacieron con una
franja tatuada al pecho.