Triunfazo para seguir creyendo

Si Alianza no hubiera caído en el hoyo, Jordy Reyna quizás seguiría siendo una linda promesa. Si La U no hubiera navegado en tempestad, el “Oreja” Flores” sería un eterno suplente. Si la FPF hubiera hecho caso a los equipos, no hubiera existido la bolsa de minutos y tampoco el torneo de reservas. Si la Copa Libertadores Sub-20 no se hubiera hecho realidad, seguiríamos apostando por figuritas repetidas que terminaron en juveniles eternos. Si los Benavente, Deza o Hinostroza, seguirían en Lima, no tendrían ese valor agregado, que significa el roce y la preparación física que tienen a su edad, para un alto nivel de competencia.

Son algunos ejemplos, para una respuesta que se hace convincente: la apuesta es por las divisiones menores. Hoy la Sub 20 ha clasificado al hexagonal final, siendo líder en su grupo, eliminando a Brasil, el gigante, el campeón de esta categoría, donde los fracasos, eran una constante para todos los equipos peruanos, que siempre alimentaron una esperanza, pero terminaron matando una ilusión.

Pero si alguna virtud tiene el hincha peruano, es que nunca termina de creer y si algún defecto se le asume, es que se embriaga de triunfalismo y se enceguece con resultados efímeros tan rápido, que termina perdiendo el rumbo. Después de la derrota ante Ecuador, el fantasma de siempre asomó la cara, los miedos y temores miraban tras la cortina, clasificar dejando de lado a Brasil, era la prueba de fuego para validar a este equipo y blindar la confianza. Triunfazo y un avance meritorio en el objetivo de ir al mundial y un bálsamo para la gente, que sigue teniendo la fe encendida.

Ha quedado demostrado, que ya no se juega con la camiseta. El mundo del fútbol se va haciendo de los jóvenes, un futbolista debe tener un pico alto de rendimiento competitivo frisando los 20 años y que el kilometraje que requiere un juvenil, debe ser consecuencia de un proceso y no una urgencia de los clubes. Que jugar en el primer equipo no sea un ruego y debutar en primera, sea una manera de madurar y no un maltrato a la ilusión juvenil. El kilometraje futbolístico debe empezar desde la edad adolescente y emigrar no solo debe ser un sueño, si no una constante forma de progreso.

Pero al margen del heroico empate ante Uruguay, el triunfo pujado ante Venezuela, los errores y la desconcentración ante Ecuador y este triunfazo ante Brasil, nos quedamos con un logro que tiene relevancia y que garantiza poder ser competitivos, pensando en el futuro claro está, si hasta ahora se logró ser un equipo, nos aventuramos a pensar que hay un plantel. Los nombres de Guarderas y su visión de juego, de Hinostroza y su conchudez, de Reyna y su explosión, de Benavente y su categoría, de Flores y su alegría, de Gomez y su pegada, Deza y su sapiencia, de Campos y su seguridad. Hay nombres y hombres, como para ponerlos en negritas y subrayado.

Es la hora de celebrar, pero momento para hacer la pausa. No caer en el exceso, ni en el triunfo ni en la derrota. En esta categoría los errores y las virtudes se magnifican, ha sido una clasificación esperanzadora, pero ahora se viene lo más bravo y real, que tiene que ver con el verdadero objetivo, trasladar al resultado este buen trabajo. Hay material y solo es cuestión de no perder lo mejor que tenemos, nuestra identidad de juego.

Vamos PERÚ!!!


Sub 20: oncena de Perú ante Brasil es una incógnita