Arrivederci Italia, è morto il campione

Adiós Italia, ha muerto el campeón. Lo deben llevar a casa de vuelta, los mismos que enaltecían su grandeza y le rendían culto al resultado y no les importaba como lo conseguían. El tiempo, las circunstancias y el mismo destino, le han dado muerte a ese fútbol mezquino, que alegraba corazones, porque llevaba coronas y trofeos de guerra, de manera generacional. Esos mismos que no les importaban dos centavos, si el equipo jugaba bien o mal, que solo era conjugable el verbo ganar, sin importar a qué precio, ni en qué tiempo ni lugar. En este mundial, donde los técnicos tienen un marcado protagonismo, Marcello Lippi asume su responsabilidad para su campaña, porque para los italianos, que solo les importa ganar, quedar fuera en primera fase, es un desastre total, un fracaso descomunal y una forma de morir demasiado joven.


Su funeral se ha escrito ante Eslovaquia, un equipo que hizo su negocio, que se paró al frente para mirarlo a los ojos y enrostrarle, que ya no existen los mitos, ni las devociones a la historia o los pergaminos. Se paró sin complejos y aprovechó las deficiencias que la escuadra azurra, ya mostraba desde los inicios de este mundial. Italia entró a jugar con su faja de campeón reinante y Eslovaquia fue tan irreverente, para con su estandarte que le bajó el pantalón y le dio las nalgadas de insolencia, para doblegarlo primero en el juego y después en el marcador.


Lo que marca este mundial es que ningún equipo, puede salir a jugar con el peso de su historia o el color de su camiseta. Italia, se aferró a los nombres que hace cuatro años le dieron la copa del mundo. Pero no pasó por la idea de Lippi, que los años pasan y pesan y ello es regla de oro incluso para los que tengan un nombre ganado o se crean dioses del Olimpo del fútbol. Gatusso y Cannavaro fueron en el 2006 los íconos de esa pared infranqueable que hacía de su defensa, una base sólida para ser ordenados y arriesgados en ataque. Pero hoy ya no son los mismos y no se encontraron sus reemplazos.

La razón de esa falta de renovación pueda que tenga que ver el propio calcio, donde prevalecen los nombres de otra nacionalidad. El último campeón de Europa, el Inter, su mayor referencia mediática, no tuvo a ningún titular en la lista, porque son extranjeros. Su base de jugadores, está en la Juventus que tuvo una campaña regular. Para este mundial, Italia apostaba al peso de su camiseta y tratar de ser el equipo de siempre, con defensa ordenada, mediocampo generoso y equilibrado en ofensiva. Por historia, se le daba el crédito de ser el candidato de siempre. Esta vez, se obvió el talentoso y el goleador, cada uno buscando su propio nombre y el resultado fue un equipo partido, sin orden y que solo apelaba a su orgullo marchito. No le alcanzó y aunque le anularon un gol legítimo, la historia ya está escrita.

Para Italia, esta eliminación es una catástrofe, por lo que significa hoy y lo que traerá a partir de mañana. El campeón reinante ha muerto pero el fútbol no descansa, el balón seguirá rodando, hasta encontrar su sucesor. A cada italiano que en el 2006 hincharon el pecho de orgullo cuando alzaron la copa, así como no les importó, que ante Francia fue un partido horrible, que Zidanne siendo Dios, se hizo hombre, para irse sin gloria. Que ganaron el mundial sin fútbol, solo con resultados, ahora no apelan a sus recuerdos, solo piensan en este fracaso de consecuencias funestas. A los jugadores que en el 2006, se convirtieron en héroes, nadie les quitará el mundial ganado, como tampoco le podrán quitar este bochornoso final. Una muerte súbita, una afrenta para su historia, un adiós repentino, un fracaso doloroso, pero tan real, como el mismo fútbol.

Arrivederci Italia, è morto il campione... Viva il nuovo campione


Sangre sudamericana en el mundial

El mundial sigue presentando sorpresas. Las apuestas imaginarias para elegir candidatos siempre pasan por una percepción que se nos queda en la retina, cuando culmina una eliminatoria o se vislumbran equipos que tienen un pasado reciente. Entonces, hay un antecedente para tomar en cuenta. Pero los partidos se deben jugar y en un mundial normalmente, no se reflejan en los resultados, lo que nos dice alguna corazonada o lo que mandan la lógica y teoría de la especulación, porque todo se rompe, cuando la ilusión decide no obedecer órdenes y se acuesta con el raciocinio.


Nadie pensaba que por ejemplo, que los equipos sudamericanos, llámese Paraguay, Chile, Uruguay y hasta la misma Argentina, que incluso llegó a clasificar de milagro y apretando los dientes, tuviera un inicio particularmente exitoso. Todos daban por descontado que Brasil, por historia y calidad de sus jugadores, no sorprenda con su pase a octavos. Que Paraguay y Uruguay lucharían un segundo cupo y que Chile sería un animador interesante. Argentina era la incógnita, porque dependía de cómo afrontaban sus hombres y sobre todo de cuanto explotaría su estrella donde reposa su éxito, Lionel Messi.

Casi finalizada la participación de los equipos, tenemos a una Argentina de los números redondos y un Messi que si sigue el mismo camino, puede ser la figura de este mundial, aún escaso de individualidades. Uruguay y Paraguay, han terminado de la mano en primer lugar y afrontan con optimismo su ascendente carrera para llegar a cuartos. Si todo sigue su curso como se ha venido dando, nada sería tan extraño como fastuoso, que en cuartos de final, se puedan encontrar equipos de sangre latina. Esto es fútbol y todo es posible, más aún después de ver partidos de equipos sorprendentes y otros decepcionantes.

Quizás la razón por la cual equipos como Inglaterra o la misma Alemania, al inicio no encontraron ese funcionamiento dúctil y armonioso del mundial pasado, tenga que ver que los teutones afrontan una renovación de sus jugadores, extrañen a Ballack o les falta un tiempo prudencial para afiatar sus líneas en esta nueva era. Inglaterra es el espejo de su realidad, problemas internos de alcoba, un grupo que no se ha soltado del todo y aunque tengan más tiempo juntos, ello mas puede significar una saturada forma de integración, que una seguridad de conseguir resultados. Ambos se enfrentan en la siguiente ronda y uno de los dos se debe ir a casa. Uno juega con la mixtura de juventud y sangre nueva, el otro con la experiencia de lo que queda de su historia.

Si hubo un equipo que hasta ahora ha significado la pasión, la incertidumbre y la alegría consumada ha sido EEUU. Ha sido eficiente para jugar pero no eficaz para ganar sus partidos, aparte que ha tenido una suerte negra con el arbitraje. Logró una clasificación de infarto pero merecida y se encontrará con una difícil Ghana. El equipo americano, de pasar a cuartos será un rival de cuidado y no extrañaría para nada que se pueda colar entre los elegidos. Todo va a depender del arresto físico que le sobre, porque en todos sus partidos ha jugado sin pausa y a 100 por hora. Ese desgaste puede ser su talón de Aquiles, porque lo que más le sobra es voluntad y el arrebato para ir al frente.

Uruguay en el papel le viene bien jugar ante un equipo coreano. Su solidez defensiva puede quebrar los arrestos asiáticos, que se basan en potencia física, pero tiene más oficio para definir arriba. Hay un buen indicador para buscar meterse a cuartos, su clasificación le brinda ese valor agregado, falta que lo demuestre en el campo. Argentina, repite contra México una definición del 2006, fuerzas distintas, realidades opuestas, pero un partido que en mucho va a depender de cuanto signifiquen las individualidades. Cuanto personifique Messi y cuanto lo puedan controlar, en un partido que es de pronóstico reservado, pero que lo puede terminar el que haga las cosas oportunas en el momento oportuno.

Portugal y la teoria del ketchup

Antes de llegar al mundial, uno de los grupos más difíciles de pronosticar, era sin duda el G, que tiene a Brasil, Portugal y Costa de Marfil como los candidatos y a Corea de Norte como el equipo a vencer y hacer puntos. Brasil ha empezado como empieza los mundiales, jugando con el motor encendido, pero sin el pie en el acelerador. Ya hizo sus 6 puntos que lo ponen a punto de pasar el umbral de octavos, no ha hecho partidos redondos, pero ha dejado la impresión que sus jugadores se guardan en los bolsillos, mucho por mostrar, porque la experiencia les dice que no vale la pena desgastarse en esta fase y es mas valioso el resultado, con lo justo y necesario

Portugal, vino precedido a luchar el cupo con Brasil. Su equipo no brindaba esperanzas, pero llegaba más envalentonado por tener en sus filas a Cristiano Ronaldo, como un emblema, una marca registrada que le daba un valor agregado a su nivel competitivo. Su primer partido ante Costa de Marfil dejó muchas dudas, Ronaldo más preocupado en las cámaras de TV y su look mundialista. Un empate a cuestas, un punto con olor a dudas y una paridad con más preocupación que alguna ilusión de triunfo inmediato.

Pero Cristiano Ronaldo y todo Portugal no se imaginaron que ante Corea del Norte, esa vieja teoría del kétchup, se haría realidad. La botella con la salsa de tomate, no sale al querer utilizarlo, pero de tanto agitarse, a la hora que afloja la masa sale un chorro, que puede manchar la camisa y hacer pasar un rato desagradable a la hora de comer. Un primer tiempo dificultoso donde Ronaldo solo hacía los gestos para la publicidad. Un gol y al descanso. Entonces un hombre que no tiene de Ronaldo, pero sí de cristiano, y se llama Tiago, se puso el equipo al hombro, generó juego, puso el toque distinto y se vino la avalancha. No fueron uno, ni dos ni tres, fueron 7, como el número de camiseta de Ronaldo, que también jugó fantásticos 25 minutos, marcó un gol pintoresco y Portugal puso una diferencia a favor muy difícil de igualar.

Costa de Marfil, sufrió un golpe anímico cuando Drogba sufrió la lesión del brazo. No se acomodó a jugar sin su referente mayor al 100%. No se reinventó para ser un rival de fuste y Brasil lo superó y lo ha dejado postergado, no está eliminado aún, pero deberá hacer todos los goles que soñó antes de subir al avión y esperar que el mismo Brasil que lo dejó sin ánimos, le haga los mismos goles a Portugal. Algo muy improbable que suceda, ni con la teoría del kétchup.

Francia pide una mano salvadora

En el fútbol existen códigos, que los equipos y sus jugadores, saben y cumplen a cabalidad. Aunque a veces parezca risible, siempre aquellas acciones que no tienen que ver con el cumplimiento de estos códigos, en el corto o mediano plazo, pueden pasarte la factura, cobrarte alguna deuda pendiente o simplemente hacer que se pague con la misma moneda.

Francia llegó a Sudáfrica, literalmente hablando, de la mano de Tierry Henry. Se metió por la ventana, a medianoche y cuando las conciencias dormían y la vigilancia se hizo de la vista gorda. Aquella jugada cómplice de Henry para meter una mano escandalosa y controlar el balón para cederlo a Gallas y empatar un partido que estaba cuesta arriba y su eliminación era un hecho, tuvo mas trascendencia por la forma como el árbitro sueco Martín Hansson, mandó al diablo al DT Trapattoni y calló todos los reclamos, dejando a Irlanda con las manos vacías y una desconsolada imagen, que en el fútbol no existe la justicia, ni cuando te ganan por las buenas o cuando te meten la mano descaradamente.

Pero si algo debía pagar esta selección de Francia, era esa afrenta a los códigos del fútbol. Clasificó de una manera inesperada y llegó a este mundial siendo un acertijo en su funcionamiento. Y esta Francia no es la misma ni a la del 98 ni a la del 2006, quien sabe por una razón sencilla, simple pero tan dificil de ocultar. Le falta ese genio llamado Zinedine Zidane, acostumbrado a jugar de frac, que siendo Dios se bajó a la tierra, para despedirse como un humano. Le falta ese líder con etiqueta de ganador, con laureles de campeón que aparecía cuando faltaba combustible o le daba la presencia y jerarquía que hoy no pueden asumir un puñado de voluntades.

Es cierto que este mundial ha traído muchas sorpresas, pero jugados los dos primeros partidos, Francia está mas cerca del descalabro que de la clasificación. Estos jugadores que cuenta hoy, son figuras en sus equipos, pero como grupo, han sido un fiasco. Francia ha hecho un papelón contra Mexico y su nombre está escrito en minúsculas. No tiene respaldo de su gente y su DT Raymond Demmenech, no solo se ha convertido en perdedor de partidos, si no también de confianza y su tarjeta de credibilidad, ha sido rechazada por el banco de la seguridad.

Hoy mas que nunca Francia pide una mano salvadora, al destino, a Platinni o al mismo Zidanne. Ellos ya no juegan, porque son genios en retiro que no pueden hacer nada y quien sabe la única mano que le quede por considerar, sea la de Henry, esa desvergonzada y vilipendiada mano, aquella que la clasificó a este mundial.


Cae Korea cae pantalón

Es cierto que una victoria reconforta, que alivia el ánimo y en un mundial hace soñar, pero ya lo habíamos dicho antes, Argentina tiene serios problemas defensivos que se lo han desnudado dos equipos que no son de primer orden, pero que tienen el factor físico como sorpresa. Es verdad también, que estos dos rivales han entrado a jugar, pensando en cómo anularle los espacios a Messi y no dejarlo crear, pues una ráfaga de descuido es fatal. En ello han descuidado su capacidad y se han visto superados, la diferencia entre un partido y otro es que hoy, los gauchos embocaron todas las que perdieron contra Nigeria.

A desmedro de los sistemas defensivos modernos y de última generación, que puedan mostrar otros equipos, Argentina soluciona sus problemas de alcoba, con lo que pueda resolver charlando y resolviendo en la sala, apelando a que Messi se vaya un rato al baño, se distraiga en el patio y de cuando en vez, se aparezca y frote la lámpara. Argentina termina resolviendo sus partidos, escondiendo la basurita en la alfombra y alzando el volumen de la radio para que los vecinos no escuchen las puteadas que mete el hincha, cuando lo atacan y se ve frágil y hasta timorato. Tapa sus errores defensivos con sus cualidades ofensivas.

Maradona no es un técnico calificado y es coherente pensar que no podrá resolver este problemita, con algún sistema revolucionario, porque solo tiene la capacidad de dar una buena charla motivacional. Está escrito que el D10s, apelará a que ese tridente mortal, con Tevez laborioso, Di María perseverante y el Pipita verdugo, siga metiendo miedo a todos y prendiéndole velas al único Supermán de este mundial, capaz de hacer de una individualidad, una genialidad y de un pase de gol una obra de arte: Lionel Messi. Bueno, eso hasta que algún técnico de nivel superlativo, pueda encontrar la kriptonita.

Todo hace pensar que Argentina ya está en la otra ronda, pero lo que se viene, son rivales de fuste y allí se medirá recién la capacidad de este equipo que por hoy, invita a soñar, pero que deja dudas atrás y que han sido obviadas por un marcador generoso. Argentina ha goleado, ha caído Korea, pero cuidado que al equipo de Maradona, se le puede caer el pantalón. Cada partido es una historia diferente y una forma distinta de jugarlo.


España, el puyazo fatal

Qué difícil es llegar favorito a un mundial. Desde que España tomó el avión a Sudáfrica, su gente, sus seguidores y el planeta entero lo daba como serio o el principal aspirante a llevarse la corona. Pero nadie se puso a pensar que ello, le traería demasiada presión a sus protagonistas.
Una cosa es tener un campeonato con estrellas rutilantes, con un movimiento de millones de dólares en cotización de los jugadores más renombrados del orbe y otra muy distinta, escoger de su propia raza y enfrentar tamaña responsabilidad. Ni siquiera el llevar sobre las espaldas una Eurocopa fue la base sólida para no darse cuenta que el fútbol, ha evolucionado mucho desde entonces.

Si algo puede tener España es que su selección ha absorbido lo que tienen de fortalezas los equipos de su liga.
Ottmar Hitzfeld El DT suizo, le tomó el pulso y repitió el mismo modelo por el cual el Inter destronó al Barcelona en la final de la Champions.
Un sistema aplicado en defensa con el asomo para dar el zarpazo en contragolpe. Consiguió su objetivo, logró el gol y con el marcador a favor, reforzó su impecable trabajo defensivo. Con once jugadores por detrás del balón y plantando defensa al borde de su propia área, el equipo fue capaz de soportar las acometidas españolas, que no cesaron hasta el pitazo final, pero sin resultados. España deberá ir por dos victorias ante Honduras y Chile, pero un mal arranque mundialista como éste, le puede pasar la factura

Alguien se ha llevado el fútbol del mundial

Se ha iniciado el mundial, y las tribunas se han llenado de fiesta colorida, en una mezcla de celebración enfervorizada y unión de sentimientos. Son diferentes colores las banderas, pero el mismo fervor que hace disfrutar y unir razas, nacionalidad o color de piel, en un solo mundo, convertido hoy en un balón de fútbol.

Los hinchas se sienten defraudados, porque han recibido muy poco, dentro de la cancha. Los amantes del espectáculo han visto su inversión tirada al tacho y los románticos del fútbol de antaño, de los nombres notables, aún creen que alguien va a frotar la lámpara para que aparezca el verdadero fútbol. Los impacientes, quieren que en el debut, los llamados candidatos hagan la diferencia. Los más exigentes, vaticinan el fracaso de este mundial y solo algunos cuerdos, aceptan que el mundo ha cambiado, que ha existido una evolución en todo aspecto y el fútbol, no es la excepción.

Lamentablemente, en esa evolución, el fútbol ha dejado de ser vistoso para ser resultadista, ha dejado el traje elegante por uno más práctico y útil, porque es un negocio que mueve millones de dólares en el mundo y como tal, ya no solo se juega en la cancha. Se juega en el escritorio de los mercenarios y se cotiza en la bolsa de las emociones de los hinchas, pero finalmente, se gerencia como una empresa. En ello se han convertido los clubes de fútbol, hay mucha inversión y riesgo, los capitalistas apuestan a ganar y por ende exigen resultados. Solo basta averiguar cuántos millones le toca a cada equipo eliminado en primera ronda, para saber que ir a un mundial, no solo es colmar la alegría de un país, sino la satisfacción económica de los que tienen a cargo la dirección, de una selección de fútbol. Pero es cierto también, que un país se beneficia asistiendo a un mundial, pues le da roce y crece su cotización, porque lo pone en vitrina (Equipo=Empresa-producto).

El fútbol de hoy, pretende priorizar a los equipos con jugadores más efectivos, los llamados prácticos, o mixtos, con capacidad de atacar y defender, por encima de los talentosos, salvo las excepciones que marcan los de nivel superlativo, esa es la tendencia. Hoy, se busca el resultado, desde la premisa de enrejar bien la casa y ponerle el sistema de seguridad de última generación, cerrando con 20 vueltas a la llave. Mientras eso no te da seguridad, no sales a la calle. Por eso los buenos partidos solo tienen ráfagas de buen fútbol, allí las individualidades deben estar rodeados de alguien de su misma especie, sino fracasan y no brillan como lo hacen en sus equipos. Los técnicos van tomando mayor importancia y los resultados de los partidos son ajustados. Es verdad también que los partidos del debut, no marcan lo que pueda venir después, pero se vislumbra, que cada juego es una lucha de estrategias y sistemas y una manera efectiva de adoptar la modernidad.

El fútbol es el arte del engaño, pero también de momentos y oportunidades. Este mundial es una muestra que todas las selecciones se han preparado para afrontar sus partidos de la misma forma. Primero sabiendo defender y después siendo efectivos cuando se ataca. En ello hay una mixtura de acciones que están enlazadas a un sistema defensivo y otro ofensivo, una cosa debe resultar como consecuencia de la otra, de lo contrario el error, te hace perder la llave y ya no puedes volver y entrar a tu casa. Salvo q algún extraterrestre o súper hombre, tenga los poderes para hacerlo y de nombres hay muy pocos.

La fiesta ha empezado, pero de fútbol y goles hasta el momento hay muy poco.

El mundial de las ausencias

Los cuatro años de espera, han terminado. El día en que el mundo se paraliza, para ver rodar el balón en una nueva justa mundialista, ha llegado, y esta vez, como tantas veces, el fútbol será nuestra leche y comida, nuestro sustento diario, que alimentará nuestras emociones y encenderá las pasiones. Serán días de euforia o angustia, para todas las naciones que tienen un puñado de hombres en Sudáfrica, luchando por su bandera y su camiseta, para alcanzar la gloria de besar la copa como campeón del mundo. Mientras, los peruanos, como tantas veces, nuevamente nos preparamos, para sentarnos en las tribunas imaginarias de un cómodo sofá, encendiendo la TV en HD y de las pulgadas más anchas, para disfrutar de la esencia del fútbol que nos encandila, que nos cautivará íntegros, así sea enarbolando banderas ajenas o celebrando alegrías extranjeras.

En un mundo globalizado, donde el fútbol es una industria que mueve toneladas de dólares y euros, donde los futbolistas son reyes midas de sus propias existencias, a veces hay tragedias que no pueden resolver, ni el más poderoso empresario, ni el mas millonario astro del balón, con licencia para el derroche extravagante. Hoy, en que deben ser atletas, antes que jugadores de fútbol, ninguno, por muy grande que sea su estrella o estrafalaria su cuenta bancaria, puede estar ajenos a una lesión caprichosa, esa que es como una maldición perversa, y que asesina sin compasión, a sus más cándidas ilusiones.

De todas las selecciones, Alemania debe ser la más castigada. Primero fue el deceso de su arquero titular, Robert Enke. Su reemplazo René Adler, decidió dejar el mundial, pues tenía una cita con el quirófano. El volante Simon Rolfes, no pudo superar su lesión a la rodilla y quedó fuera de lista. Pero la más significativa y también la más dolorosa, ha sido la de Michael Ballack, el volante del Chelsea y capitán teutón, sufrió la lesión de tobillo a manos de Kevin Prince Boateng, en la final de la copa de Inglaterra, quien es jugador de Ghana, rival de Alemania en el grupo D de la primera fase. Se habló mucho de la premeditación, pero igual Ballack se quedó sin mundial. El que tomó su lugar, Christian Traesch, sufrió la misma lesión y para dar crédito a esta “maldición” Heiko Westerman, se fracturó el pié izquierdo y ya es para echarse agua bendita.

Antes de ello, Inglaterra había perdido figuras de manera encadenada. Primero fue su estrella mediática David Beckham , quien sufrió la rotura del tendón de Aquiles. Quizá la más grave para su recuperación y la mas catastrófica para sus patrocinadores, quienes ya han declarado pérdidas millonarias de publicidad. Michael Owen, también se lesionó casi de la misma forma y quedó postergado. Tras los escándalos sexuales que atormentaron la casa británica, Fabio Capello, le quitó la cinta de capitán a Jhon Terry y se la cedió a Rio Ferdinand, pero este último, no pudo superar su lesión a la rodilla y se tuvo que bajar del avión a Sudáfrica.

Andrea Pirlo, puntal de la selección Italiana, sufrió una distención en la pantorrilla y su recuperación puede durar 20 días, casi lo que dura el mundial. Por América la cosa no ha sido esquiva. El hondureño Carlos Costly, se fracturó el tobillo en su mejor momento. El “Chupete” Suazo, la esperanza de gol para Chile, se aferra a superar el desgarro en el isquiotibial de su pierna izquierda. La FIFA ya aceptó el tratamiento con plaquetas, que vía intramuscular es considerado dopaje. Le colocarán directamente en el tejido dañado, buscando reparar una ausencia notable, que ya se hace notar.

Las selecciones africanas, también han sufrido en carne propia lo que significa una pérdida valiosa o una desdicha inconclusa. Ghana, tuvo que aceptar con impotencia, cuando su mejor jugador Michael Essien, se quedó con sus anhelos de brillar en este mundial. Pero no sería el único. Nadie hubiera presagiado siquiera, que en un partido amistoso ante Japón, en una jugada aparentemente normal, la estrella del Chelsea inglés y capitán de la selección de Costa de Marfil, Didier Drogba, sufriera la fractura de su brazo derecho. Aunque hay una remota posibilidad, todo hace indicar que también se perdería el inicio mundial. Sven-Goran Eriksson, su DT, considera aún posible que pueda llegar, apelará a jugar con protección si es necesario, pero desde ya están mermadas sus posibilidades.

Quien sabe la ausencia más lamentable, por su trascendencia para los que amamos el fútbol, sea la de Salvador Cabañas. El extraordinario delantero paraguayo, no estará en el mundial y sabe Dios si algún día vuelva a pisar una cancha de fútbol. Su recuperación es asombrosa y digna de su fortaleza, pero no estará en este mundial, por obra y gracia del infortunio, que le dejó una bala clavada en su cerebro, pero enterrada para siempre, la alegría de su gente, que deseaba celebrar con él, un gol, en una justa mundialista.

Algunos extrañarán a Ronaldihno y Adriano, otros putearán a Maradona por dejar a Cambiasso y otros nombres que se quedaron en casa. Pero este mundial será de los equipos resultadistas, de los que se aferren a inmovilizar al rival, para después ir en busca de la red. Será de los equipos, donde los técnicos tengan tanta o más importancia que los propios jugadores. Y es que el fútbol moderno, tiene como ingredientes mucho de estrategia, sudor y jerarquía, un poco de buen juego colectivo y una dosis generosa de inteligencia. Será un mundial con ausencias por obligación, pero también será porque hoy, son más importantes los hombres, que los mismos nombres.

A prepararse, que ha comenzado la fiesta mundial del fútbol.